Afirma la ministra de la Corte, Yasmín Esquivel Mossa, que no plagió la tesis de Edgar Ulises Báez Gutiérrez, sino que ella fue víctima de plagio.
Infiere que, gracias a la investigación realizada por el académico de la UNAM, Guillermo Sheridan, se enteró del supuesto delito.
La pregunta de Gómez Leyva procede y los aludidos debieran responderle: ¿cómo confiar en una investigación profesional, rigurosa, imparcial de su caso si el Presidente no deja de injuriarlo y asegura que “pudo ser un autoatentado, no porque él se lo haya fabricado, sino porque alguien lo hizo para afectarnos a nosotros, no lo descarto…?”.
Ayer aquí reproduje un tuit del titular de Desarrollo Económico de CdMx sobre el fallido intento de matar a Ciro Gómez Leyva, colgando a “la oligarquía rapaz y la oposición moralmente derrotada, mezquina, traidora y mentirosa” la capacidad “de pagar un atentado” para culpar a “quienes replican los ataques mediáticos…”.
Del cascajo social que subió a redes mensajes de celebración por el mortífero ataque a Ciro Gómez Leyva proviene un machuchón que cobra como secretario de desarrollo económico en el gobierno capitalino.
El poder siempre es igual.
Solo cambia de personas.
Florestán
Vicepresidenta de la Mesa Directiva en San Lázaro, la panista Noemí Luna recurre a una metáfora luminosa para describir lo sucedido con el plan B que deforma la legislación y descuartiza las instituciones electorales:
“No pudieron destruir la casa, entonces quieren saquearla...”.
Ahora sí que, con el debate respeto.
Florestán
En la historia moderna de México no hay referentes de que un ex presidente de la República haya ocupado posteriormente un cargo de elección popular.
No mentir, no robar, no traicionar es la seductora consigna que suele repetir el presidente López Obrador y sus devotos la repiten como loras y pericos.
Sin embargo, su Movimiento de Regeneración deshonra el encomiable compromiso:
Miente cuando afirma que busca una mejor democracia que la que usó para alzarse con el poder.