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Catón

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

El doctor Wetnose, reputado ginecólogo, examinó cumplidamente a su paciente. Salió y le dijo al marido de la mujer: "No me gustó nada el aspecto de su esposa". "Bueno, doctor -razonó el tipo-. Lo que le vio usted no es su mejor ángulo"... La señorita Peripalda, catequista, se estaba confesando con el padre Arsilio. "En la noche -relató- me asaltan malos pensamientos y tentaciones de la carne". Manifestó el buen sacerdote: "Ésas son cosas del enemigo malo. Para luchar contra ellas asperja tu lecho con agua de San Ignacio.