Milenio/ Redacción

Trascendió

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Que pasaron apenas 17 días desde la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Guanajuato, en la que los gobiernos federal y estatal ofrecieron trabajo conjunto frente al crimen organizado, para lograr la captura de José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, aunque la ruta para llegar a este punto no fue fácil, pues en 18 meses de la operación Golpe de Timón se aplicaron al menos cinco despliegues sin pescar al llamado rey del huachicoleo.

Que la maniobra del PT en la Cámara de Diputados para reclutar legisladores, desplazar al PRI como tercera fuerza y “agandallarse” la presidencia de la Mesa Directiva en el último año de la actual legislatura chocó contra pared y parece destinada al fracaso gracias a la soberbia del coordinador petista, Reginaldo Sandoval, y su lugarteniente Gerardo Fernández Noroña ante sus propios aliados.

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Que el canciller Marcelo Ebrard abrió un frente de críticas al poner a la periodista Isabel Arvide a las puertas del consulado de México en Estambul, pero en otras áreas, donde acaso importa más la experiencia, se la jugará con una profesional como Maki Teramoto, a quien designará hoy en la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior, espacio desde el que se combate lo mismo a rancheros racistas que a alguaciles abusivos. Una por otra.

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Que una vez más por “motivos de salud”, no sea usted malpensado, Emilio Lozoya libró la cárcel y comparecerá ante la justicia martes y miércoles pero no en el Reclusorio Norte, donde está citado, sino por videoconferencia desde su cama del hospital Ángeles del Pedregal, para responder por los cargos de corrupción que se le imputan en los casos Odebrecht y Agronitrogenados. Recordemos que primero se fue directo al doctor por su mal gástrico, apenas llegado de Madrid, y ahora porque no vaya a contagiarse antes de soltar la sopa completa.

Que en el gobierno de la 4T tienen en la mira a José Murat Casab, ex gobernador de Oaxaca, por caso Lozoya-Odebretch, pues hasta hace poco el priista se presentaba como el “arquitecto” del Pacto por México y se ufanaba de ser el hombre elegido por el entonces presidente Enrique Peña Nieto para negociar, junto con Luis Videgaray y Miguel Osorio Chong, los acuerdos con la oposición. Los malpensados corrieron a leer su libro Pacto por México.

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Que lo que sigue de sorpresa fue lo que recibió el nuevo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz, pues cuentan que encontró “una dependencia prácticamente desmantelada” y “ajena a los macroproyectos del Tren Maya y del Aeropuerto de Santa Lucía”, lo que en voz de sus colaboradores revela la distancia que ya había entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el renunciante Javier Jiménez Espriú, más allá del diferendo por el traspaso del control portuario y aduanal a la Marina.