No sé quién inventó la receta electoral del arroz cocido, pero en México funciona muy bien.
La receta consiste en sembrar la idea de que una elección está decidida mucho antes de que suceda. Y no sólo decidida, sino por mucho margen.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) legalizó esta semana la alucinación pactada del INE con Morena y el gobierno.
El Presidente ha dejado claro el tamaño de sus aspiraciones transexenales.
Sus reglas del 5 de junio otorgan un destino transexenal a sus precandidatos presidenciales.
El INE le ha concedido a Morena la petición alucinatoria de que no está en precampaña para la Presidencia, sino en una contienda por la Coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.
El salto es tan forzado, que dio paso a unos lineamientos cautelares del propio INE, que hacen todo más forzado aún.
Todo México sabe que hace meses los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena están en campaña, gastando en sus figuras un dineral.
Ciudades y carreteras abundan en bardas y anuncios espectaculares diciendo que fulana o zutano es el que sigue.
Me dirán que alucino elefantes en la sala, y es verdad, pero en mi versión oftálmica se debe a que los elefantes están realmente ahí, en la sala, a la vista de todos, y que lo extraño es que no sean más vistos o más comentados por otros observadores.
La ocupación de Zacatecas por el crimen es un hecho tangible y a la vez tiene una naturaleza espectral, dice Claudio Lomnitz, en su extraordinario relato “Zacatecas: La zona del silencio” (Nexos, junio 2023).
Hay tres clases de municipios asolados por el crimen en Zacatecas.
Primero, los municipios de ciudades grandes, como Zacatecas, Guadalupe o Fresnillo, que los cárteles se disputan a tiros, sin que las domine ninguno. Hay en esas ciudades un dominio compartido, un “pluralismo criminal”, que produce una continua violencia y la mayor cantidad de muertos.
Los cárteles que se disputan Zacatecas tienen un control minucioso del territorio. Todo lo que pasa es registrado por halcones o revisado por retenes.
Zacatecas es el lugar de paso del mayor número de carreteras que van a la frontera norte desde el Sur, el Centro, el Bajío, el Noroeste y el Golfo de México.