La Comisión de Quejas y Denuncias del INE dictaminó “ilícito” llamar “narcocandidata” a Claudia Sheinbaum, como lo hizo Xóchitl Gálvez en el segundo debate presidencial.
Y sí: la calumnia debe sancionarse.
La Comisión de Quejas y Denuncias del INE dictaminó “ilícito” llamar “narcocandidata” a Claudia Sheinbaum, como lo hizo Xóchitl Gálvez en el segundo debate presidencial.
Y sí: la calumnia debe sancionarse.
La Constitución se ha vuelto la loca de Palacio.
Florestán
Ayer los deudos de Ayotzinapa tiraron petardos contra la fachada de Palacio Nacional, donde vive el presidente que les prometió resolver su agravio: investigar y castigar a los responsables de la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa en noviembre de 2014.
La incumplible y necia exigencia de “presentación con vida” de sus compañeros asesinados por la delincuencia organizada, mezclada con la cachetona reclamación de plazas automáticas y otras prebendas, es la constante de las protestas de los normalistas de Ayotzinapa.
Claudia Sheinbaum ha tenido dos lapsus freudianos en sus discursos públicos.
Uno, el primero de marzo, en el arranque oficial de su campaña. Dijo:
“Sólo hay dos caminos este 2 de junio: que siga la corrupci… (aquí corrigió), que siga la transformación, o que siga la corrupción”.
Aunque los tres que debatieron anoche se digan triunfadores, a Santiago Taboada le favorecen dos virtuales espaldarazos (el segundo muy, pero muy machuchón) que lo perfilan ganador del 2 de junio.
Es tan generoso el 10 de mayo que hasta los que no tienen madre lo celebran.
Florestán
El título de esta columna es el del texto que publico en la revista Nexos del mes de mayo, en vecindad de una reflexión notable de Jesús Silva-Herzog Márquez: “¿Cambio de régimen?”.
El equipo defensor de los 14 militares encarcelados con falsarias acusaciones de la Fiscalía General de la República implicándolos en la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa logró que ocho fueran liberados en forma condicionada para seguir su proceso.
Lo suyo, lo suyo es el exceso.
Florestán