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El Regional/ Eolo Pacheco

SERPIENTES Y ESCALERAS

La última oportunidad

El gobierno de México dio un giro al discurso que desde hace semanas mantenía respecto a la pandemia del Covid-19; se acabó el tono tranquilizador y sereno, el que decía que no pasaba nada y que todo estaba bajo control, el del presidente que se burlaba del coronavirus, el que presentaba amuletos protectores e insistía en salir y seguir abrazándose. El del sábado por la noche fue un mensaje diametralmente opuesto: la crisis es inminente, habrá muchos enfermos y muertos, debemos actuar de inmediato.

SERPIENTES Y ESCALERAS

La salud y la economía

El covid-19 ha puesto en jaque al mundo entero y replegó a gran parte de la población global; nadie estaba preparado para esto, las grandes potencias están colapsando y lo que viene, dicen los expertos, todavía es peor. El reto ya no es de un gobierno, sino de la sociedad en su conjunto, la única manera de salir delante de esta situación es sumando esfuerzos, haciendo conciencia y actuando con solidaridad.

SERPIENTES Y ESCALERAS

Crisis y oportunidad

La situación es delicada, pero si se atiende correctamente puede resultar en algo bueno.

La contingencia que provoca la pandemia del coronavirus representa, quizá, el mayor reto que haya enfrentado Morelos en toda su historia. El COVID-19 pondrá a prueba a todas las instituciones del estado y también a sus titulares; de la manera como las autoridades atiendan esta situación depende lo que vendrá en el futuro para todos. Las crisis también pueden ser oportunidades.

SERPIENTES Y ESCALERAS

¿Vale la pena robar?

Cuando hay justicia y la ley se aplica, la corrupción desaparece.

Hace unos años Enrique Peña Nieto dijo en un acto público que la corrupción es un asunto de orden cultural, por lo cual era necesario construir una nueva cultura ética en la sociedad mexicana. La expresión del entonces presidente de México fue desafortunada y le granjeó múltiples críticas, porque muchos consideraron que sus dichos eran falsos y ofensivos para el pueblo mexicano. La realidad es que en nuestro país robar ha sido fácil y casi siempre sin consecuencias.