Cuauhtémoc acusa a Graco de corrupto y promete encarcelarlo; Graco acusa a Cuauhtémoc de delincuente y lo relaciona con un asesinato: quiere encarcelarlo. En Morelos se acabó el diálogo político, lo que vemos es un duelo de cabrones en donde ninguno responderá por un chipote con sangre.
Se acerca el final del sexenio y el escenario social y político se pone cada vez más complejo en Morelos. Cinco años de conflictos no han dejado nada bueno para nadie. O se recompone el camino o las cosas irán muy mal en el futuro.
Cuando los políticos le metieron la mano a la seguridad, las cosas se salieron de control en Morelos. Graco Ramírez está haciendo lo mismo que criticó a sus antecesores.
Los políticos hablan de leyes, de justicia, de igualdad, pero muy poco de impunidad. Todos saben que el problema de violencia, de inseguridad y de corrupción tiene un punto de origen: la impunidad. Para que las cosas cambien no es necesario hacer más leyes, basta con aplicarlas.
La corrupción que padece Morelos no es exclusiva del gobierno estatal, las dependencias federales también se han convertido en botín económico y político de sus titulares; las delegaciones están constantemente tomadas por ciudadanos que reclaman y denuncian. Ahora es el PRI quien alerta del mal manejo de los delegados.
En Morelos se vive en el terror, dice el Obispo de Cuernavaca. Cierto. El gobierno reprime, persigue, hostiga y golpea a sus críticos. Estamos en el peor momento de la historia de nuestro estado. Nunca antes tuvimos un gobernador tan malo como el actual. Pero no hay mal que dure seis años.
A Graco no le preocupa la opinión política del Obispo; mucho menos lo que ocurre en la feria de Tepalcingo. Lo que enfada al gobernador es que Ramón Castro se volvió el punto de unión de todos sus enemigos y en motivo de encuentro de aquellos que quieren sucederlo en el cargo. Nuevamente el tabasqueño equivoca la forma de enfrentar a sus adversarios.
El peor escenario para el graquismo se volvió real: sus enemigos se juntaron. Aquellos a quienes este gobierno ha lastimado a lo largo del sexenio se sentaron juntos alrededor de una mesa y hablaron. No hubo manifiesto ni declaraciones tronantes, sólo mensajes a favor del estado. Lo que no se dijo, pero se vio, es lo más importante.
El panorama electoral del PRD es muy complicado en Morelos. Aunque lo nieguen, las cosas no les están saliendo bien y los enemigos que han acumulado comienzan a hacer frente común para ponerles un alto. Los perredistas necesitan replantear el camino; la duda es si se atreverán a hacerlo.