Día 43: mexicanos varados en medio del océano
El viernes llegó el primer correo: “Llevo un mes encerrado en un crucero, esperando que nos transporten a México (somos varios mexicanos y mexicanas), pero cuando dan una fecha de viaje, dos días antes cancelan porque, dicen, la CDC (Centers for Disease control) no los autorizó”.
Un gobierno sin oferta de futuro
Lo que se ve adelante para México causa escalofríos.
El país entra estos días en la fase fúnebre de la epidemia. Según las previsiones oficiales, el pico de infección y muerte para Ciudad de México se alcanzará esta semana, el 7 de mayo, con un promedio de mil infecciones diarias. El pico de la epidemia del país se alcanzará dos semanas después, el 21 de mayo, con 5 mil infectados diarios.
Mujeres, mujeres, mujeres
Con “abrazo de un no seguidor que lo lee”, Eduardo López Arellano dice: “No comparto con usted casi ninguna de sus ideas. Pertenece usted al círculo de personas que les podrían decir que construyan un ensayo hablando bien de Hitler y lo lograrían (que sus convicciones lo permitan es otro cuento). Por poner una analogía, usted podría refutar a alguien que dijera que está oscuro diciendo que no hay oscuridad sino ausencia de luz...”.
QUE las organizaciones Transparencia Mexicana, dirigida por Eduardo Bohórquez, y Tojil, fundada por Estefanía Medina, están algo alarmadas con la información recabada de los gobiernos estatales sobre las acciones que realizan a propósito del covid-19, pues en casos como los de Campeche, encabezado por Carlos Miguel Aysa, Tabasco, por Adán Augusto López, y Morelos, por Cuauhtémoc Blanco, resulta que no tienen un sitio web dedicado a reportar lo básico de la epidemia en su entidad.
Trascendió
QUE la mayoría parlamentaria de Morena y sus aliados buscan el voto de un opositor en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, sumar así un total de 25 y con ello alcanzar las dos terceras partes necesarias para convocar a un periodo extraordinario y aprobar la iniciativa de Andrés Manuel López Obrador sobre reasignación presupuestal por la pandemia de covid-19.
Es la bolsa y la vida
La feligresía no piensa.
Cree, siente, pero no piensa.
Florestán
En la actual crisis sanitaria y económica no existe opción, aunque algunos insistan en lo contrario: la vida es antes que la bolsa diciendo que de la crisis sanitaria se saldrá, pero de la económica no y que por eso hay que optar por la economía por encima de la vida.
Yo siempre he tenido claro que la vida es el valor supremo, el más preciado, pero ahora resulta que ante esta crisis quieren desplazarla por la economía como un bien superior.
Día 39: una pequeña luz al final del túnel
En las últimas semanas, conforme el virus avanza por el mundo, las noticias no parecen alentadoras.
El nuevo virus parece más letal que otros similares, causando reacciones brutales e inesperadas en aquellos contagiados. Ayer mismo las autoridades mexicanas informaban que entre seis y ocho de cada 10 que necesitan un respirador artificial mueren. Y abundan los reportes de cómo algunos de los recuperados quedan con serias afectaciones. En fin, miedo.
Los datos sobre la inmunidad de los ya aliviados son aún confusos.
Hacia la dictadura presupuestal
En el pensamiento clásico de la división de poderes se habla de dictadura o tiranía cuando uno de los tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo o el Judicial, captura o anula a los otros.
Es decir, cuando uno de los tres poderes manda sobre los otros y rompe el ejercicio de gobierno equilibrado por la división de poderes.
Abundan signos en sentido contrario
Como en toda guerra, el daño se mide con el saldo principal del número de muertos. La de Vietnam, que duró 20 años (1955-1975), costó a Estados Unidos 58 mil 220 vidas, pero esta cifra quedó rebasada el martes con 58 mil 365 víctimas del covid-19, acumuladas en tristes dos meses.
Los saldos oficiales en tiempos del covid
Todos vivimos con permiso.
Florestán
En todos los países del mundo, sobre todo los más afectados por el contagio del coronavirus, sus respectivas sociedades han puesto en duda los saldos oficiales.
Y ese escepticismo no tiene que ver con las cifras en sí, sino con la cercanía de las víctimas.