Ayer, el Nuevo Grupo Sindical, una organización claramente unida al gobierno morelense - a nivel de complicidad-  se tomó el atrevimiento de cerrar los accesos al primer cuadro de Cuernavaca para apoyar a un grupo de vendedores ambulantes que el gobierno de Graco Ramírez dejó sin su lugar de trabajo, sin que la Policía -bajo control estatal, por supuesto- interviniera contra los taxis que bloqueaban las calles.

Nadie respeta la ley

Las expresiones de descontento popular que observamos todos los días son una palpable muestra de que se le ha perdido totalmente el respeto a la autoridad y que la falta de calidad moral del gobernador Graco Ramírez Garrido para conducir los destinos de Morelos, se traduce en la práctica, en una sociedad sin gobierno.

Es difícil creer que luego de que desde el año pasado el gobierno federal se hace cargo de pagar la nómina de la enseñanza pública, el gobierno del estado no disponga de los recursos financieros necesarios para cubrir prestaciones firmes de los trabajadores de la educación que hoy cuestionan diversos funcionarios pero cuyo compromiso existe y deberían están programadas.

Por asedio de protestas

Hemos venido sosteniendo que los espacios de maniobrabilidad se le están acotando gradualmente al gobernador Graco Ramírez Garrido, y ayer pudimos confirmarlo, cuando acudió a tomarle la protesta al nuevo secretario ejecutivo del Consejo Ciudadano de Desarrollo Social en la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda.