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El Universal/ Carlos Loret de Mola

HISTORIAS DE REPORTERO

Por fin, los mexicanos nos ponemos de acuerdo en algo

El cierre político del 2021 se inscribe perfectamente en la tónica del gobierno del presidente López Obrador: ninguno de los temas que interesan a todos los mexicanos está en el centro de la discusión, y un tema que sólo interesa a una persona acapara todos los reflectores.

Ni la violencia criminal imparable ni la alerta global por la cuarta ola de Covid ni la interrupción de la recuperación económica ni los escándalos de corrupción que salpican todo el derredor presidencial son temas en el escenario político.

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Un invento 4T que costó 160 millones

El presidente López Obrador quiso tener tres partidos satélite más. En la elección intermedia de este año, Fuerza por México (del dirigente sindical obradorista Pedro Haces), Redes Sociales Progresistas (vinculado a “la maestra” Elba Esther Gordillo) y Partido Encuentro Solidario (Hugo Eric Flores) compitieron por primera vez. Los tres, liderados por personajes alineados con el primer mandatario, fueron arrasados. Ninguno obtuvo el mínimo de votos necesario para mantener su registro y ser partido político.

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Presidente de cero

En su fiesta del Zócalo, el presidente presumió que habían bajado los asesinatos. Según los datos oficiales, citados por López Obrador, la baja fue de 0.7%. Así de ridículo. En ese mismo discurso, presumió la recuperación económica. Ayer salieron las cifras: la inversión cayó 1.6% y el consumo subió… 0.9%.

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El presidente reparte impunidad

Fue una mañanera a la defensiva. El presidente López Obrador, arrinconado por las evidencias, tuvo que salir a justificar la corrupción de su secretario particular, de su fiscal general, de su zar antilavado de dinero y de su nuevo encargado de repartir medicinas.

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3 años: con el Ejército todo, sin el Ejército nada

El presidente delinea la segunda mitad de su mandato: está en campaña. De vuelta al Zócalo tan suyo, tan lleno de gente, en su mejor forma, donde se siente más cómodo, más auténtico, más él. Un gobierno que sólo tiene palabras, necesita permanentemente el discurso. Y en el Zócalo, a falta de resultados, sobran arengas.