El formato del debate presidencial planteado por el INE repitió su error de poner a los candidatos a hablar de temas en vez de a debatir.
Xóchitl Gálvez encontró la forma de colarse entre una maraña de preguntas abstrusas para imponer un tono de debate, de crítica y desafío a la candidata oficial Claudia Sheinbaum.