El menosprecio por las funciones y destrezas militares no es nuevo en el presidente López Obrador quien el jueves, al abordar la humillación por parte de delincuentes de perseguir a un convoy, cometió la insensatez de afirmar que los soldados hicieron bien en huir y que los cuida tanto como a las bandas criminales.
Al día siguiente, en vez de rectificar, repitió lo mismo.