Como se vio en el último debate presidencial del domingo, también Claudia Sheinbaum ve moros con tranchetes en la reunión decembrina de la presidenta del Poder Judicial de la Federación, Norma Lucía Piña Hernández, con tres magistrados electorales y la sospechosa presencia del líder del PRI, Alejandro Moreno.
La buena:
Ante las manifestaciones de la chantajista, rijosa y ex aliada suya Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y la “marea rosa” en defensa de la República, al presidente Andrés Manuel López Obrador le preguntaron ayer por el blindaje de Palacio Nacional y la bandera monumental en la Plaza de la Constitución.
La Comisión de Quejas y Denuncias del INE dictaminó “ilícito” llamar “narcocandidata” a Claudia Sheinbaum, como lo hizo Xóchitl Gálvez en el segundo debate presidencial.
Y sí: la calumnia debe sancionarse.
La incumplible y necia exigencia de “presentación con vida” de sus compañeros asesinados por la delincuencia organizada, mezclada con la cachetona reclamación de plazas automáticas y otras prebendas, es la constante de las protestas de los normalistas de Ayotzinapa.
Aunque los tres que debatieron anoche se digan triunfadores, a Santiago Taboada le favorecen dos virtuales espaldarazos (el segundo muy, pero muy machuchón) que lo perfilan ganador del 2 de junio.
El equipo defensor de los 14 militares encarcelados con falsarias acusaciones de la Fiscalía General de la República implicándolos en la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa logró que ocho fueran liberados en forma condicionada para seguir su proceso.
Una reportera preguntó ayer en Palacio Nacional: