¿Y a quienes motejaban como Los Papayos?
A los hijos de gobernadores, legisladores y líderes del partidazo. ¿Y por qué el mote de Los Papayos?
El dueño de Morena pregona que su partido lo integran mujeres y hombres honestos y de bien, que no luchan por el dinero y menos por cargos.
Sin embargo, la terca realidad confirma el discurso “engañabobos” de AMLO frente a hechos que ofenden e indignan.
La siguiente historia retrata de cuerpo completo las mentiras de AMLO y la deshonestidad e inmoralidad de diputados de Morena en el Congreso de Oaxaca.
En la década de los 60 y 70, en los gobiernos estatales —todos en manos del viejo PRI—, era común escuchar la expresión Los Papayos.
¿Y a quienes motejaban como Los Papayos?
A los hijos de gobernadores, legisladores y líderes del partidazo. ¿Y por qué el mote de Los Papayos?
A pocas semanas de que inicie el registro de candidatos al gobierno del Estado de México —para el relevo del priista Eruviel Ávila—, en el PAN de esa entidad se gesta lo que parece una rebelión contra el jefe nacional azul.
Y es que los panistas mexiquenses detectaron lo que —a su juicio— tiene todas las características de una traición mayor, operada nada menos que por el propio Ricardo Anaya.
Todos, o casi todos, recuerdan “la madriza” mediática que manos interesadas y voces preocupadas propinaron a Enrique Peña Nieto por la invitación al entonces candidato Donald Trump.
Como es público —porque lo dijo el jefe del PAN—, Ricardo Anaya tiene un salario de 48 mil pesos mensuales. Percibe el salario medio de un “Godínez”.
Luego de un largo proceso de negociaciones y acuerdos políticos, una mayoría de senadores otorgó la Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas, el llamado Héroe de la gasolinera.
Sin duda merecido reconocimiento a un mexicano ejemplar que, sin medir el riesgo para su vida, entregó la suya para tratar de salvar muchas otras vidas anónimas.
A nadie sorprende que los mexicanos de la generación de los años 50 guarden —en la memoria— estampas de la Revolución cubana, Fidel Castro, el Che y el parteaguas de la entrada de los barbudos a La Habana de 1959.
Dice el refranero popular: “El pez por la boca muere”.
Y viene a cuento porque el escándalo de la llamada casa blanca, de Angélica Rivera, fue detonado a partir de un reportaje de farándula.
En los primeros minutos del miércoles, ya irreversible la victoria de Trump, lanzamos un tuit con la pregunta: ¿“Tons qué, regresaría Videgaray”?
Nadie, en su sano juicio, puede estar contra investigar a fondo las pillerías de gobernadores como Javier y César Duarte, de Veracruz y Chihuahua, y del mandatario saliente de Quintana Roo, Roberto Borge, por citar solo tres casos.