Es el año de Villa. Vuelvo a él:
No consta que Villa tuviera un proyecto de revolución o de gobierno nacional.
Tenía en cambio una utopía colectivista, el sueño de un país de colonias militares donde los soldados, que habían peleado por su tierra, se dedicaran a trabajarla y a convivir en una viril armonía de temibles soldados vueltos admirables rancheros.
El presidente López Obrador hizo el jueves una inaudita confesión: que gobernó menos durante dos meses para ocuparse del proceso de selección de su virtual candidata para relevarlo en 2024.
Lo dijo así:
Que quien tuvo un “contratiempo” para llegar al informe legislativo de Clemente Castañeda y su “destape” a la candidatura por la gubernatura de Jalisco fue el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, pero el que sí acudió fue el gobernador Enrique Alfaro, quien rompió con el líder naranja la semana pasada, además de ser la cabeza del grupo Jalisco de cara a la reunión que tendrán en unos días rumbo a 2024.
Es criminal envenenar el pozo.
Florestán
Que antes de volver a Palacio Nacional, después de entregar el bastón de mando a Claudia Sheinbaum en la puerta del restaurante El Mayor, Andrés Manuel López Obrador conversó unos 10 minutos a solas con la corcholata ganadora al interior de la zona arqueológica del Templo Mayor. De última hora, el mandatario canceló cena y ceremonia privadas para el acto y pidió a los asistentes bajar a la calle para hacerlo ante las cámaras.
La ruptura de Ebrard se robó la noticia de la elección oficialista, pero el hecho político duro, el importante, es que la candidata firme y formal de Morena y sus aliados ya es Claudia Sheinbaum.
Bien se sabe que los mexicanos vamos hacia una elección en extremo competida, reñida y con patadas bajo la mesa.
El tamaño del ego es inversamente superior al de la inseguridad.
Florestán
Ayer terminó el llamado proceso histórico de Morena, dirigido por el presidente López Obrador a lo largo de dos años, para ungir a su elegida, Claudia Sheinbaum, como candidata de Morena y, afirma, su sucesora.
La ruptura de Marcelo Ebrard con la sucesión oficialista, abre un horizonte, esperado por muchos, pero aún así sorpresivo y de consecuencias no predecibles, camino a 2024.