Los hermanos Óscar y Francisco Javier Rodríguez Borgio compraron al despacho panameño Mossak Fonseca tres empresas offshore en Islas Vírgenes Británicas, territorio al este de Puerto Rico, para manejar millones de dólares a través de ellas. Pese a tener diversas acusaciones en México que implicaban a los hermanos en supuestas operaciones de lavado de dinero y compra de combustible robado, la firma en Panamá mantuvo los servicios con ellos. Millones de documentos y correos electrónicos de la firma a los que tuvo acceso Univisión Investiga junto con el Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores, denominados los Panamá Papers, muestran que muchos de sus clientes fueron aprobados sin mayor escrutinio pese a que afrontaban investigaciones criminales o habían sido condenados por diferentes delitos. En el caso de los Rodríguez Borgio, Mossack Fonseca, hizo un esfuerzo por poner trabas al negocio con los empresarios. El expediente de los hermanos en el bufete de abogados está colmado de cuestionamientos a su reputación. Sin embargo, en la cadena de mensajes consultados no figura ninguna decisión en firme de suspender la relación. Los Rodríguez Borgio han sido propietarios del Grupo Gasolinero México y de los casinos Big Bola, la cadena de casas de juego con mayores ganancias en México en 2014, por 323 millones de dólares. Los documentos muestran que desde junio de 2011 los hermanos usaron los servicios de Mossack Fonseca. Francisco Javier aparece firmando una autorización el 24 de octubre para que alguien, cuyo nombre fue dejado en blanco, actuara como director de la firma Linard Consultants Inc. con sede en las Islas Vírgenes Británicas. Francisco Javier dijo a Univisión Investiga en una conversación telefónica que no recuerda con precisión a la sociedad Linard Consultants Inc.