Pueden valuar la obra, pero no al autor.
Florestán
Una de las características de quienes llegan al poder es que parte del falso supuesto de que es para siempre.
No importa en qué actividad: política, económica, sindical, clerical, social, del crimen organizado, dan ese supuesto por hecho, lo que es el mayor de los errores, el poder tiene como elemento esencial su caducidad.
Esa convicción, que va mucho más allá de la creencia, va de la mano con el arribo al poder y a lo largo de los años he llegado a escuchar, de al menos un poderoso, que ya sabe todo, lo que además de falso, es un pecado de soberbia. Nadie, nunca, a lo largo de la humanidad puede sostener esa afirmación derivada de la locura del poder que además de ser, como le decía, finito, es limitado.
Y eso se remarca en el ejercicio del poder político.
A lo largo de mis 56 años de ejercicio profesional en los que como reportero he visto pasar once presidentes de la República, de Gustavo Díaz Ordaz, de 1964 a 1970, que fue el primero en esas fechas, hasta ahora la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Y en todos sus antecesores y sus más cercanos colaboradores, he visto, y registrado ese común denominador de que el poder es para siempre.
Por eso, al inicio, hacen proyectos solo para ellos alcanzables en su desproporción de los tiempos y al terminar todos coinciden en el pretexto de que seis años no alcanzan, sabedores de que ese es su plazo fatal, sea quien sea.
Dicho esto, no sé si la presidenta Sheinbaum, que no tengo duda es diferente, tenga clara la caducidad del poder, pero más que ella, los suyos, perdón, los que la rodean, que siempre son los que dicen a los presidentes en turno que son como el profeta Josué, capaz de detener el tiempo, lo que es imposible hasta para los presidentes de México.
Si no pregunten a los que se fueron.
RETALES
1. ACLARANDO. La presidenta del Tribunal Electoral, la magistrada Mónica Soto, me dijo ayer que no es exacta la versión de que esa instancia cerró la puerta a Adriana Dávila para presidir el PAN; que al contrario;
2. ACAPULCO. La presidenta Sheinbaum regresa el domingo a Acapulco y volverá a recorrer las zonas afectadas y a escuchar y consolar a los damnificados, a diferencia de su antecesor que nunca salió de la base naval. El mismo que el 1 de noviembre de 2023 afirmó que para marzo de 2024, el puerto estaría al cien por ciento, otra mentira; y
3. ¿SUPREMACÍA? No me gusta, al contrario, rechazo el título de que la iniciativa que aprobará el Senado para blindar la Carta Magna de cualquier acción de inconstitucionalidad se conozca como la supremacía constitucional del poder reformador. Siempre he rechazado las supremacías y más las políticas, sobre todo en un régimen que invoca la igualdad democrática, donde no cabe ningún tipo de supremacismo.
Nos vemos el martes, pero en privado