Pasajes de la vida cotidiana, hallazgos recientes, así como personajes secundarios son reunidos por Enrique Ortiz, conocido como Tlatoani Cuauhtémoc, en un volumen que ofrece una versión digerida de ese episodio histórico
¿Sabías que entre los acompañantes de Hernán Cortés viajaba un astrólogo que predijo la derrota de los españoles en la llamada Noche Triste? ¿O que entre los soldados del extremeño destacó una valerosa mujer que llegó a ser representada en códices de Tlaxcala?
Las peripecias de esos personajes secundarios han quedado frecuentemente sepultadas entre el cúmulo de información, referencias o interpretaciones que académicos o eruditos han traído hasta nuestros días sobre esa época histórica. Enrique Ortiz, conocido en redes sociales como Tlatoani Cuauhtémoc, pone el ojo en esas historias y episodios poco conocidos para contar una versión más digerida de La Conquista.
En su libro La Conquista para gente con prisa (Planeta, 2024), el divulgador de la historia ofrece una especie de anecdotario sobre esos sucesos que comenzaron con la llegada de Cortés a territorio maya en 1519 y culminaron en 1521 con la toma de Tenochtitlan, el corazón del imperio mexica.
Se trata, dice a Reporte Índigo, de “una versión sintetizada de muchas fuentes y libros”, de los cuales ha extraído la información más importante con la idea de presentar estos sucesos “de una manera amistosa, llena de detalles, con pasajes de la vida cotidiana, información de nuevos hallazgos arqueológicos o personajes secundarios que casi nunca reciben la atención frente a otros nombres como Cortés, Marina, Cuauhtémoc”.
“El principal objetivo es la divulgación histórica y sembrar la curiosidad en los lectores”, explica el autor, quien espera que su libro sea la puerta de entrada a ese episodio trascendental de nuestra historia.
El volumen es el segundo de esta serie. En 2021 publicó El mundo prehispánico para gente con prisa, también con Planeta.
Enrique Ortiz ya alista el tercer volumen de esta colección que estará dedicada a otro momento crucial en la historia del país: El virreinato
¿Quién mató a Moctezuma?
Ortiz, quien consultó diversas fuentes bibliográficas para documentarse, asegura que sus textos no buscan ensalzar héroes o condenar villanos de esta época tan polarizada y politizada, sino mostrar a los personajes o situaciones con sus matices y en su contexto.
“Para mí es de gran importancia la objetividad porque entre más conozcas un periodo histórico, el contexto y las circunstancias que vivieron estos personajes, menos espacio tienes para omitir, crear juicios de valor, condenar o alabar. Hernán Cortés, Moctezuma, Cuitláhuac, Cuauhtémoc son fruto de su contexto y de las condiciones que les tocó vivir. No fueron ni villanos, ni héroes. Creo que ya es momento que la historia de bronce, la que llaman oficial, también tenga matices”, dice.
Uno de los episodios en los que el autor se detiene es la muerte de Moctezuma y las distintas versiones que se tienen sobre ese acontecimiento. El relato más conocido y divulgado ha sido que el tlatoani mexica murió apedreado por sus propios súbditos siendo prisionero en el Palacio de Axayácatl; otra versión, dada por cronistas e historiadores de ascendencia indígena es que los españoles habrían acuchillado al gobernante en la llamada Noche Triste, cuando Hernán Cortés abandonó el Palacio donde lo tenían encerrado.
Ortiz refiere también una hipótesis más moderna planteada por el arqueólogo e investigador Carlos Javier González, quien sugiere que habría sido el mismo Moctezuma el que habría pedido a Cortés una “muerte digna, de guerrero” para alcanzar la Casa del Sol.
“Qué fue finalmente lo que le sucedió a Moctezuma, nunca lo vamos a saber posiblemente, y existen reflexiones como esta de Carlos Javier González que dice que un guerrero, cuando era derrotado, cuando caía en desgracia, lo que esperaba era una muerte florida, una muerte sacrificado en batalla para cuidar su honor”, comenta el divulgador.
Sobre el uso político de la Conquista
Enrique Ortiz, que en sus redes suma ya más de medio millón de seguidores, asegura que en México a la gente sí le interesa la historia y ser parte de las discusiones que genera, principalmente de episodios tan polémicos como La Conquista cuya narrativa ha ido cambiando de acuerdo a los contextos políticos y sociales del país.
“Es un tema muy polémico y no le veo mucho sentido usar la historia como tema político o por ideales”, comenta el autor al recordar que en el sexenio pasado, con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, se hizo un uso político de las celebraciones por los 500 años de la llegada de los españoles a territorios mesoamericanos. Siempre los gobiernos en México y en todos los países del mundo han usado la historia como una forma de legitimación o para emular los pasos de personajes históricos o políticos, y de repente, fijan posturas muy complicadas.
Por ejemplo, Echeverría, el ex presidente dijo que el único consumador de la Independencia fue Vicente Guerrero, dejando en la oscuridad a Agustín de Iturbide; eso no es hacer historia, eso es hacer política. Y cuando fueron los 500 años de la Conquista también hubo mucho sesgo en cuanto a lo que realmente sucedió en estas tierras; se sigue reclamando disculpas a España, cuando incluso ya son de otra familia monárquica”, concluye.
Dosis de historia, según el autor
El agorero de la expedición. Blas Botello era un astrólogo que acompañó a Hernán Cortés en su expedición y predijo la Noche Triste. El hidalgo, que también era conocido como el Montañés, posiblemente por ser originario de la región de Cantabria, era un hombre importante de la expedición, ya que era dueño de uno de los caballos de la expedición.
El totoloque. Se refiere a un juego de apuesta. Moctezuma habría apostado grandes cantidades de oro con Cortés y sus principales. Según Ortiz, el juego se basaba en tirar unos tejuelos de oro con unos bodoques (bolas del mismo material), a una distancia marcada por rayas en el piso.
La Conquistadora. El autor menciona a María Estrada, una asturiana armada con una adarga y una lanza combatió valientemente al lado de otros jinetes españoles. Acompañaba a su marido, Pedro Sáez Farfán en la expedición.
La lebrela que cazaba para los españoles. Ortiz destaca la historia de esta perra, alta y robusta, que los conquistadores hallaron a orillas de la laguna de Términos. La sumaron al grupo y les ayudó a cazar liebres, venadillos y otros animales para comer.