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SERPIENTES Y ESCALERAS

“La universidad pública es la última trinchera que le queda a este país como la institución más confiable. De la universidad tienen que salir las grandes opciones para mejorar este país. A los universitarios, tocan a uno y nos tocan a todos”

Alberto Galarza, Rojo

 

Graco Ramírez cometió un serio error cuando decidió utilizar a los alumnos de la UAEM como parte de su vendetta contra el rector. A lo largo de cuatro años el jefe del ejecutivo ha cometido muchas equivocaciones, pero al tratar de hacer colapsar la máxima casa de estudios el tabasqueño no sólo presionó a la directiva de la UAEM, también puso en riesgo el semestre de más de 40 mil alumnos. Nunca antes un gobernador hizo reaccionar así a la comunidad universitaria.

Desde hace varias semanas el gobernador enfocó las baterías de su gobierno en contra del rector en una especie de venganza personal que expuso públicamente el tamaño de sus rencores y la proclividad de su gobierno a tomar revanchas personales. Graco ha llamado ladrón al rector, le exige cuentas y asegura que lo meterá a la cárcel. El tabasqueño ha desplegado una enorme ofensiva en contra del jefe universitario y no ha dudado en utilizar la estructura del estado para acabar con la imagen y credibilidad de Alejandro Vera.

Pero atacar al rector a través de los alumnos fue un gravísimo error de cálculo de Graco. Al intentar hacer colapsar financieramente a la universidad, el peredista encendió los focos rojos en la comunidad estudiantil e hizo salir a las calles a los alumnos en defensa de su educación. Con este movimiento la lucha del tabasqueño se amplió: ahora sus diferencias no son sólo con el rector, son con toda la comunidad universitaria y las familias de los estudiantes.

Ese ha sido el problema de Graco a lo largo de cuatro años. Sus rencores son enfermizos, sus odios públicos y su carácter domina sus decisiones. Puede ser que Alejandro Vera haya cometido errores administrativos o incluso, como lo asegura el tabasqueño, que el manejo de las finanzas universitarias sea incorrecto. Aún así los culpables no son los alumnos y ellos nunca debieron ser parte de la venganza del gobernador.

El duelo con la universidad se ha convertido ahora en un ejercicio de poder entre varios grupos que observan en el actuar del jefe del ejecutivo una patología muy peligrosa para el estado. Graco Ramírez ha perdido la cordura, su actuar ha dejado de ser racional y sus arranques coléricos son cada vez más frecuentes y peligrosos para la entidad.

El tema de la UAEM es un ejemplo de lo que no se debe hacer en política, pero también de la fuerza de los jóvenes. El gobernador ha cometido varios errores en esta historia, se ha dejado llevar por sus pasiones, lo mueve el odio y está profundamente influenciado por las frustraciones de su esposa. Frente a ello hay una comunidad estudiantil que observa, que entiende lo que pasa y que ya reaccionó ante los ataques del gobierno.

Si hay alguien informado en este país son los jóvenes. Los universitarios son personas pensantes, inteligentes, que entienden su entorno y no se dejan llevar por intereses políticos o campañas mediáticas. Los alumnos de la UAEM conocen a su rector, saben cómo es (bueno o malo) y entienden lo que hace el gobernador contra su escuela. Es iluso pensar que con bobas estrategias de medios o un troleo intensivo en redes sociales los estudiantes cambiarán su modo de pensar. Ellos más que nadie entienden lo que pasa y actúan de la forma más honesta que puede existir.

La manifestación estudiantil de la semana pasada es histórica. El movimiento impulsado por los alumnos superó en número al de las agrupaciones que piden la salida de Graco; la marcha mostró la fuerza de una generación en quien recae la responsabilidad de cambiar la historia de nuestro estado y nuestro país. Fueron miles de jóvenes los que salieron a las calles con un solo objetivo: salvaguardar su derecho a la educación.

Ahí es donde se equivocó Graco. Al intentar doblar al rector utilizando a los alumnos como chivo expiatorio el tabasqueño cometió uno de los errores más graves de su carrera política. Independientemente de lo fundamentadas que pudieran estar las acusaciones del gobernador en contra del rector, el perredista nunca debió poner en riesgo los estudios de los alumnos universitarios.

Esa mala maniobra logró lo que los estrategas universitarios no habían podido: detener el desgaste de Alejandro Vera. Nuevamente la UAEM mostró que es una comunidad unida y cerraron filas en torno de un rector que ha defendido a los estudiantes por encima de su propia integridad personal. Alejandro Vera puede tener errores, pero frente a Graco Ramírez no tiene comparación.

El movimiento estudiantil superó las expectativas de los propios organizadores. La fuerza de los alumnos no es resultado del liderazgo de una persona, es más bien el efecto de una coyuntura en donde los alumnos se sintieron agraviados por el gobernador y notaron que sus estudios se pusieron en riesgo. La salida de los jóvenes a las calles no fue para defender a una persona, sino para mantener intacto su derecho a la educación.

La pregunta ahora es ¿Hasta dónde piensan llegar los estudiantes? Con una sola salida hicieron reaccionar a la federación, recibieron la solidaridad de otras universidades y pusieron en la agenda nacional el gravísimo problema financiero que enfrentan muchas instituciones de educación superior. Visto en pesos: una sola marcha fue capaz de recopilar cien millones de pesos para evitar en lo inmediato el colapso financiero de la UAEM.

Por eso insisto: ¿Qué sigue?

Los universitarios de Morelos mostraron ya de lo que son capaces. No se doblegaron a las amenazas del gobernador, ni se dejaron seducir por las estúpidas campañas de comunicación y amenazas de este gobierno. Los alumnos mostraron lo que ningún político ha hecho en los últimos tiempos: defendieron su institución y su derecho a decidir y ser mejores personas y mejores ciudadanos.

El movimiento estudiantil ya obtuvo una parte de los recursos económicos que la universidad necesita, pero no son suficientes para sacar adelante a la UAEM de la crisis que enfrenta. Los cien millones conseguidos son sólo una parte del problema, pero se necesitan al menos otros 400 para estabilizar el funcionamiento de nuestra máxima casa de estudios.

Hace meses la UAEM pudo entrar a un programa nacional de rescate financiero universitario, pero no accedió porque el gobernador no dio su aval. Graco Ramírez preside la comisión de educación de la Conago, pudo incluir a la UAEM en ese programa, pero decidió apoyar a universidades de otros estados porque repudia al rector. Sus rencores contra Alejandro Vera fueron mayores que su responsabilidad como representante de un estado.

Será interesante observar qué sigue en esta historia. Después de la marcha los alumnos pueden volver a sus aulas y regresar a la vida normal de un estudiante, pero también podrían decidir convertirse en el factor de cambio que requiere nuestro estado y nuestro país. Los alumnos ya dejaron ver de lo que son capaces, mostraron su fuerza como comunidad y sus convicciones generacionales.

Los universitarios son quienes pueden hacer posible la transformación que Morelos necesita para salir adelante.

Y no hablo en sentido figurado.

  • posdata

Sin buscar reflectores ni hacer ruido, algunos personajes políticos fueron clave en el movimiento estudiantil en defensa del derecho a la educación. Luego de la manifestación de media semana, una comisión de alumnos de Morelos se trasladó a la Ciudad de México a la secretaría de gobernación para buscar diálogo directo con el secretario de gobernación y fueron recibidos por intervención de algunos legisladores morelenses.

Antes de llegar a la vieja casona de Bucareli, el convoy fue desviado hacia la Ciudadela, donde por momentos los jóvenes parecieron perder la paciencia porque no se veía disposición federal para atenderlos. Entonces aparecieron algunos personajes que se solidarizaron, hicieron llamadas y pidieron a las instancias federales que atendieran a la comitiva morelense.

El primero en activarse y buscar que un subsecretario atendiera personalmente a los jóvenes fue el presidente del congreso federal Javier Bolaños. El panistas tenía ese día la comparecencia del secretario de hacienda, pero se dio tiempo para hacer llamadas y solicitar a Roberto Campa que atendiera a los estudiantes. En el mismo sentido se movieron Maricela Velázquez y Matías Nazario.

A la reunión con Campa entraron sólo alumnos. El diálogo establecido entre autoridades y universitarios fue directo, sin intermediarios. Fueron ellos, los jóvenes, quienes expusieron sus razones, quienes abogaron por su universidad y los que de manera directa obtuvieron una respuesta. No venimos a abogar por un rector, venimos a defender nuestra universidad, dijeron los alumnos. La respuesta de gobernación fue clara: no dejaremos sola a la universidad. El primer compromiso del gobierno federal con los estudiantes fue por cien millones de pesos, para atender los compromisos más urgentes.

Los universitarios son un factor de poder que hasta ahora se había mantenido al margen de los problemas del estado. Y me refiero a un sano factor de poder, no al poder pervertido de los partidos o de los políticos. Los jóvenes decidieron moverse e hicieron posible que las cosas cambiaran.

Insisto: la transformación que Morelos necesita en todos los ámbitos, pasa por una nueva generación de mexicanos: los universitarios.

Políticamente hablando: quien tenga a su lado a los universitarios, tiene la mitad del triunfo electoral en el 2018.

  • nota

La nota la publica El Sol de Cuernavaca: No hay presupuesto para la Beca Salario en el 2017.

Desde San Lázaro el diputado Javier Bolaños anuncia que dentro del presupuesto el programa llegó en ceros, pero afirma que se buscarán recursos para mantenerlo vivo. No es defender a una persona (Graco Ramírez), sino a miles de jóvenes que son beneficiados por este modelo.

"Más que un apoyo al gobernador Graco Ramírez, es un respaldo a los jóvenes morelenses, quienes viven problemas muy graves por falta de oportunidades, obra pública e inversión; eso se va a priorizar en las agendas".

Los recortes presupuestales para el estado de Morelos el próximo año serán muy fuertes, irán en un rango de entre 25 y 30 por ciento en cada rubro; en el tema de educación, la reducción es de 30 por ciento, en tanto que en turismo y salud alcanza 25 por ciento.

El 2017 será un año difícil.

  • post it

Desde hace tiempo Graco Ramírez se cerró al diálogo con la universidad. Públicamente el gobernador habla de conciliación, pero condiciona cualquier trato a la salida del rector. Primero que se vaya y luego hablamos, dice.

Insistentemente la universidad ha tocado puertas con el gobierno del estado, hablan constantemente con el secretario Matías Quiroz, se han entrevistado con los diputados Francisco Moreno, Lucía Meza y Javier García; también con la dirigencia nacional del PRD. La respuesta siempre es la misma: Graco dice que dialoga hasta que el rector renuncie.

Puede ser que Alejandro Vera haya cometido errores que quizá ameriten sanciones. Es posible, incluso, que la postura pública del rector al frente de movimientos sociales no sea la adecuada y resulte ofensiva para la clase política. En cualquier caso ni los alumnos ni el cuerpo académico ni el administrativo de la UAEM no son sujetos de una negociación política. Ahí es donde falló Graco.

El desgaste de Alejandro Vera en la lucha que libra contra el gobernador de Morelos era notoria desde hace varias semanas, los cuestionamientos de corrupción en contra del rector hicieron mella en su credibilidad y lastimaron seriamente al psicólogo, pero cuando Graco agredió a la comunidad universitaria, cerró filas en torno a Vera.

Ese es el problema de tomar decisiones enojado. Por eso este gobierno ha fallado constantemente y hoy se encuentra al borde del abismo.

A Graco le dominan sus rencores.

  • redes sociales

Dos iniciativas de ley hay en el congreso que van a añadir presión a la de por si complicada agenda política y social del estado. Una es a la que el gobernador dio carácter de preferente y que tiene que ver con la posibilidad de que personas del mismo sexo puedan adoptar. El PRI y Nueva Alianza han anticipado que la rechazarán, mientras el PAN (paradójicamente) se mantiene al margen; el presidente del congreso, Francisco Moreno Merino ha pedido al jefe del ejecutivo que la retire “porque no es momento de discutirla”.

La otra iniciativa de ley es la de jubilaciones y pensiones, la impulsa el diputado Jaime Álvarez Cisneros y de integrarse a la agenda legislativa seguramente provocará nuevamente la movilización de los trabajadores del estado. Esta iniciativa ya fue presentada anteriormente, se le conoció como la Ley Graco y fue inmediatamente rechazada por varios diputados. Hoy el representante de Movimiento Ciudadano la revive, la promueve y trata de llevarla al pleno. Igual que la otra, tampoco se ven condiciones para que se apruebe, pero el simple hecho de abanderarla acarreará un enorme desgaste para su promotor.

En esta legislatura ya cualquier cosa puede pasar.

Comentarios para una columna universitaria: eolopacheco@elregional.com.mx

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