Los 43 a dos años; ¡las diez mentiras!
Está claro que ninguna democracia —que se respete— debe tolerar que sus jóvenes sean desaparecidos.
Nadie duda que el caso Iguala no se debe repetir y que, por ello, deberá caer todo el peso de la ley sobre los responsables intelectuales y materiales de la desaparición de los 43 normalistas.
Sin embargo, esa sociedad tampoco puede tolerar —y debe rechazar con la misma fuerza que reclama justicia— que manos perversas utilicen la muerte de los normalistas con fines político-electorales, y que voces interesadas engañen de manera sistemática a una sociedad que parece aplaudir la mentira y el engaño, porque se le hace creer que los normalistas pudieran estar vivos.
Y es que, a dos años de la detención y desaparición de los normalistas —que según la versión oficial fueron incinerados y tirados al río—, pocos tienen certeza de lo ocurrido, pero muchos vividores de la tragedia y la protesta han hecho el negocio político y económico de su vida.
Mientras tanto, a nadie importa aclarar las mentiras.
1. Es mentira que el de los 43 sea un crimen de Estado, como pregonan manos interesadas en desprestigiar al gobierno para obtener renta electoral en 2018. Detrás de esa mentira están las redes de AMLO y la mano de uno de los más grandes mentirosos, Epigmenio Ibarra.
2. Y es mentira el crimen de Estado, porque está probado que AMLO impuso a la familia Abarca en la alcaldía de Iguala. Y gracias a esa mafia vinculada al narcotráfico, se financió el partido Morena en Guerrero.
3. Y la mentira es mayúscula si se recuerda que el crimen de los 43 se produjo en un municipio gobernado por el PRD, donde el alcalde fue impuesto por AMLO y el gobernador, Ángel Aguirre, fue llevado al poder en Guerrero gracias a los oficios y al dinero de Marcelo Ebrard y del GDF.
4. Pero la mentira es demencial si se recuerda que las normales rurales —como Ayotzinapa— son aliadas de la CNTE; si recordamos que la CNTE es aliada de Morena y de AMLO, y si identificamos que AMLO impuso a la familia Abarca en Iguala y Marcelo Ebrard impuso a Ángel Aguirre como gobernador de Guerrero, ¿de dónde sacan que es un crimen de Estado?
5. Los culpables del crimen de los 43 están en Morena, el PRD, la CNTE y las mafias del narcotráfico. Y si no existe un solo vínculo de crimen de los 43 con el gobierno federal… ¿de dónde sale el cuento de que la desaparición de los normalistas es un crimen de Estado y que el gobierno federal es responsable, criminal y que esconde los cuerpos y/o a los normalistas vivos?
6. Lo cierto es que las mentiras en el caso de los 43 obedecen a una causa político-electoral, tripulada por la mafia creada por AMLO, a la que no le importa destruir la democracia, la confianza ciudadana, las instituciones y la estabilidad, con tal de acceder al poder.
7. Lo sorprendente es que parte de la prensa internacional, un sector de la CIDH y de la ONU y algunas de las mentes más brillantes de la opinocracia mexicana, se prestan a la gran farsa del crimen de Estado y al cuento del “gobierno asesino”; patraña que ha sido piedra angular para el descrédito del gobierno y de las instituciones en la sucesión presidencial ya en marcha.
8. Pero resulta aún más ridículo que —mientras hoy veremos que los mentirosos de siempre festejan la victoria de sus mentiras y mientras que el gobierno federal se esconde por temor a esas mentiras— los verdaderos responsables del crimen de los 43 estarán muertos de risa.
9. Y es que, en efecto, los culpables de ordenar la persecución, detención, asesinato e incineración de los normalistas son los matarifes de Guerreros Unidos, grupo criminal al que pertenecía toda la familia de los Abarca, los mismos que financiaron a Morena en Guerrero. ¿Y quién dice algo de eso?
10. La clave del crimen es la lucha encarnizada entre las bandas criminales de Los Rojos y Guerreros Unidos. Los primeros tenían a su servicio a maestros y alumnos de Ayotzinapa y querían el control de los segundos, que controlaban Iguala y otros municipios de Guerrero. Por eso el secuestro y desaparición de lo normalistas.
Pero las mentiras han sido tales, que hasta la PGR empieza a creerlas. Y esa sería una mayor tragedia.
Al tiempo.