La Marcha por la Unidad de Morelos, convocada por la dirigencia estatal del PRD, representa una respuesta a las hechas por grupos contrarios al actual administración del Gobierno del Estado y el arranque del Proceso Electoral 2018, en el que Graco Ramírez como muchos de los perredistas asistentes buscan ser actores protagónicos y aparecer en las boletas electorales.
Según los organizadores ayer manifestaron su respaldo a las políticas sociales y la estrategia de seguridad entre 30,000 y 35,000 morelenses.
Más allá de las cifras, la marcha fue una expresión contundente del grupo dominante en el Partido de la Revolución, hoy en el poder, y una advertencia a los adversarios políticos, tanto propios como extraños, tiene la capacidad de movilización y los medios para enfrentarlos en las calles y en las urnas.
Por ello, llama la atención el discurso de confrontación político-electoral de Guadalupe Acosta Naranjo, ex líder del PRD Nacional y coordinador de los diputados federales del Sol Azteca; y el llamado del gobernador Graco Ramírez al diálogo y la construcción de acuerdos políticos para que haya gobernabilidad en el país en los próximos años y de eso sabe el perredista, porque es en la lucha y la confrontación en donde mejor se mueve.
La expresión de ayer se da también en el marco del arranque de campañas en 10 estados -un tercio del país- en donde se habrá de elegir gobernadores, alclades y diputados locales y que los resultados son fundamentales para el Proceso Electoral Federal 2018.
Pero de ello están ajena la mayoría de los mexicanos, pues su prioridad es comer, tener empleo y medios económicos para satisfacer las necesidades cotidianas. Las elecciones definitivamente no son una prioridad.