Un pacto por la seguridad
Las cifras sobre delitos son una vergüenza para todos los partidos e insoportables para los ciudadanos.
El país no aguanta más: el año pasado se cometieron 29 millones de delitos y la impunidad fue de 93 por ciento (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, del Inegi).
Diga lo que diga, el gobierno del PRI no ha podido con la delincuencia.
El anterior, del PAN, tampoco pudo.
Y cuando AMLO gobernó el Distrito Federal la delincuencia se disparó a tal grado que puso a la capital del país como la ciudad más peligrosa de México.
El problema no es de partidos, sino de ausencia de un gran acuerdo político sobre la forma como se va a combatir a la delincuencia.
Por el excesivo celo al 'debido proceso' salen libres secuestradores, homicidas y narcos. ¿Seguimos así, o cambiamos?
¿Ni una palabra por los militares asesinados a mansalva, y ríos de tinta por delincuentes muertos en combate con las fuerzas de seguridad?
Antes de hablar de candidaturas presidenciales los partidos tienen que pactar en favor de la seguridad con medidas concretas.
Pero no va a ser así. Doble contra sencillo a que llegaremos al primer debate entre candidatos presidenciales en 2018 y la pregunta va a ser: ¿cómo piensa combatir la inseguridad? Una vergüenza.
Seguimos estancados en la inseguridad y no hay respuestas institucionales ni partidistas.
¿Cómo que 93 por ciento de impunidad? Una de cada tres personas adultas ha sido víctima de un delito.
Sin seguridad personal y patrimonial la democracia pierde su valor.
Hay municipios en el Estado de México que están en semáforo rojo para el Departamento de Estado de Estados Unidos. Ya no son sólo algunas ciudades fronterizas.
La delincuencia golpea la seguridad y la integridad de los ciudadanos, y también a la economía del país. Dos datos:
-En 2004, por las vías del tren Chiapas-Mayab, se llegó a movilizar un máximo de dos millones 542 mil toneladas de productos. En 2015 se transportaron sólo 545 mil toneladas de mercancías, 78.5 por ciento menos que en 2004 (nota de Everardo Martínez, EL FINANCIERO, jueves de la semana pasada). No se puede. Los asaltan. Se roban la mercancía de Ford, Cargill, Cemex…
-En 2006, antes del inicio de la lucha contra el narco, los ductos de Pemex tenían 204 tomas clandestinas. En 2015 esas tomas aumentaron a cinco mil 252, lo que implicó un robo, sólo en 2014, de 20 mil 645 millones de pesos (información oficial entregada por Pemex a solicitud de El País).
Y no hablemos de trenes descarrilados a propósito (Querétaro) para saquear la carga. O de los asaltos a los trenes que van al puerto de Lázaro Cárdenas, para robarles autopartes. Y policías tirados en el piso, sometidos por la delincuencia que los canjea por presos. Camiones incendiados porque a los normalistas les da la gana. Rufianes que corretean automóviles para asaltarlos en Periférico y Reforma (afortunadamente detenidos). El cobro de derecho de piso en delegaciones de la CDMX. Y periodistas amenazados de muerte y acosados a diario por narcos que han sentado sus reales en el barrio de la Condesa.
Nada de candidaturas presidenciales ahora. Primero, un programa transexenal contra la inseguridad, acordado por todos los partidos, con pocos puntos pero concretos, y sanciones drásticas a los que no cumplan.
Es que así no se puede vivir ni tiene sentido la democracia.
Twitter: @PabloHiriart