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PUNTO Y APARTE

* ESPÍN Y EL ESCORPIÓN

Abraham Lincoln (Hodgenville, Kentucky, 12 de febrero de 1809 – Washington D.C., 15 de abril de 1865) acuñó la siguiente expresión: “Casi todos los hombres pueden soportar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre en particular, dale poder”. Aunque ha pasado mucho tiempo desde que el malogrado presidente norteamericano emitió tan importante declaración, sus palabras siguen vigentes y las traigo a colación frente a lo ocurrido con el diputado Julio Espín Navarrete, presidente de la Junta Política y de Gobierno del Congreso local, quien el 15 de junio del presente año se sumó al Partido de la Revolución Democrática (PRD) tras haber llegado en 2015 al Poder Legislativo bajo las siglas del Partido Nueva Alianza (PNA), esto después de haber renunciado al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Luego de su adhesión al partido del sol azteca y por ende al grupo parlamentario perredista, los observadores políticos lo vislumbramos al frente de alguno de los órganos de control del Poder Legislativo. Y no nos equivocamos.    

Escribir en torno a Espín Navarrete me hace recordar un excelente western de 1969 dirigido por el italiano Sergio Garrone y titulado “Una larga fila de cruces”. ¿Por qué razón? Nomás chequen ustedes. El ixtleco ha sido, entre otras cosas, dos veces presidente municipal de Puente de Ixtla: la primera en 2000 y la segunda en 2012 bajo las siglas del PRI. Pero además diputado local por el Distrito IX en 2009 como abanderado priísta, y en 2015 representando a Nueva Alianza. El 1 de septiembre pasado sustituyó de manera natural a la perredista Hortencia Figueroa Peralta en la presidencia de la Junta Política y de Gobierno, no sin antes haber validado diversas acciones dentro del Congreso con tal fin, en lo cual fue decisiva la participación de Francisco Moreno Merino, presidente de la Mesa Directiva, quien repitió en el cargo.

Como Espín Navarrete no puede negar su naturaleza, una vez colocado al frente de la Junta Política y al cabo de unas cuantas semanas proyecta la imagen de alguien que pretende llevársela por la libre mediante grilla, causando problemas en uno de los tres poderes de Morelos caracterizado por la gobernabilidad, la cohesión y los acuerdos legislativos. Esos elementos han frenado -por citar tan solo ejemplo- la embestida externa de bien identificados grupúsculos aglutinados en el Frente Amplio Morelense (FAM). Investido como vicepresidente de la Mesa Directiva, Espín Navarrete relevó a Francisco Moreno en la conducción de algunas sesiones, desempeñándose con eficacia. Pero fiel a su idiosincrasia, el ixtleco vuelve a traicionar, quizás sirviendo tras bambalinas a algunos personajes adheridos al FAM o porque se siente incómodo al ver su fotografía pegada en la parte posterior de vehículos del transporte público. Hoy está siendo factor de división y el problema amenaza con escalar porque dos o tres actores del Congreso le están prestando oídos, yéndose con el canto de las sirenas. Vaya usted a saber lo que les prometió.

El 30 de septiembre de 2009 ocho diputados adscritos entonces a la bancada del PRI habían rechazado el “liderazgo” de Espín Navarrete, simple y sencillamente porque era más grillo que coordinador parlamentario. Y decidieron que Jorge Arizmendi García fuera su relevo. Un día después, el 1 de octubre del mismo año, hubo sesión en el Congreso y en ella tenía que validarse la designación de Arizmendi mediante la lectura del acta referente a tan importante paso. Sin embargo, aquello no pudo concretarse debido a una burda maniobra perpetrada por Espín Navarrete para reventar la sesión. El entonces legislador priísta ordenó a uno de los guardias de seguridad del Congreso el acceso de tres individuos al Salón de Plenos por una de las dos puertas posteriores (a un costado de la Mesa Directiva), quienes se “liaron a golpes” en un pésimo montaje. Empero, aquel teatrito también era del conocimiento del priísta Andrés González García, presidente de la Mesa Directiva, quien al ver la “violencia” suspendió la asamblea.

Es importante recordar que el Salón de Plenos estaba repleto de gente afín a Amado Orihuela, a la sazón diputado local priísta, quien había apoyado a Jorge Arizmendi. Pero el entonces dirigente cenecista tampoco la vio venir… y la payasada fraguada por Espín funcionó, aunque solo pospuso por unos días su completa defenestración, junto con la del cuautlense Andrés González García, quien fue relevado en la Mesa Directiva por el aliancista Othón Sánchez Vela. Quitarle a Espín Navarrete el control del grupo parlamentario y sacar a González García de la Mesa Directiva provocó un efecto dominó en otros actores priístas de aquel tiempo. Todos fueron bajados. Etcétera, etcétera.

Así las cosas y regresando a la actualidad, concluiré recordando el viejo cuento de la rana y el escorpión. Cuando llegaba la época de lluvias, la rana ayudaba a todos los animales que se encontraban en problemas ante la crecida del Río Níger (África). El escorpión también quería cruzar el afluente y le pidió al batracio llevarlo sobre su espalda, ante lo cual se negó: “¡Ni pensarlo! ¡Te conozco lo suficiente para saber que si estoy cerca de ti me inyectarás un veneno letal y moriré!”. Pero el escorpión insistió: “No digas estupideces. No te picaré pues si lo hiciera te hundirías en las aguas y yo, que no sé nadar, pereceré ahogado”. La incuestionable lógica del escorpión convenció a la rana y aceptó. El arácnido subió en su resbaladiza espalda y comenzaron la travesía por el Níger. Pero a la mitad del camino el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor agudo y percibió cómo el veneno se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba le quedaron fuerzas para gritarle al escorpión: “¡Lo sabía! Pero ¿por qué lo has hecho?”. Lacónicamente respondió el escorpión: “No puedo evitarlo. Es mi naturaleza”. Conclusión: Julio Espín Navarrete volvió a sucumbir… mientras Francisco Moreno convalecía de una cirugía. Estaremos pendientes de los acontecimientos y después diremos, aunque no me extrañaría que esta mañana el ex alcalde de Puente de Ixtla amaneciera en el plantón del rector. 

Cambiemos de frecuencia. El nuevo Secretario de Hacienda mostró de inmediato que han cambiado las cosas en esa dependencia y tiene hoy mayor apertura y dinamismo. Jorge Michel Luna salió ayer a explicar y defender la propuesta de paquete económico que el gobierno de Graco Ramírez entregó al Congreso apenas el sábado anterior, y principalmente a responder dudas sobre lo que debemos esperar los morelenses en materia financiera para 2017. La síntesis de su exposición es que no debemos temer al desastre en ningún sentido; habrá presupuesto con un piso de 21 mil 516 millones de pesos, suficiente para las necesidades básicas, y habrá Beca Salario que tanto interesa a políticos de todos los partidos y sobre todo a sus 108 mil beneficiarios y sus familias.

Luego de que el ex secretario del Ayuntamiento, Roberto Yáñez Moreno, entregó a la Fiscalía de Javier Pérez Durón el original del contrato firmado por Cuauhtémoc Blanco para alquilarse como candidato a la alcaldía capitalina (que se le había “perdido”), se renueva la expectación de la sociedad por el posible futuro, no del ex futbolista profesional, sino de Cuernavaca y sus habitantes. Incluso los doctos en cuestiones jurídicas tienen incertidumbre tocante a lo que desencadenará la investigación en contra del munícipe y, sobre todo, si será destituido u obligado a pedir licencia al cargo. Es que en el desenlace influirán no sólo las cuestiones jurídicas, sino también las políticas y es ahí donde todo puede suceder. No debemos olvidar que Juan Manuel Rodríguez Limonchi, suplente de Blanco Bravo, es gran amigo de los hermanos Roberto y Julio Yáñez Moreno, quienes retornarían al control de la comuna cuernavacense si el Cuau es defenestrado. A ver.

La Sedesol, que encabeza en la entidad Jorge Armando Meade Ocaranza, entregó ayer constancias de afiliación al seguro de vida para jefas de familia adscritas como policías del Mando Único en Cuernavaca. El funcionario precisó que el beneficio no será exclusivo para las agentes de la corporación liderada por el comandante Marco Antonio Lara Olmos, pues se aplicará en todos los municipios. Se trata de un apoyo justo y merecido como el que reciben jefas de familia dedicadas a otras actividades, pero además se otorga a quienes cotidianamente arriesgan la vida para proteger a los morelenses. Según se observa, la Sedesol podría disponer a futuro de beneficios sociales también para los policías varones. Ojalá.

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