Incognitapro

SERPIENTES Y ESCALERAS

Otra vez los ojos del mundo se pusieron en Morelos. No fue por el magnífico clima de Cuernavaca, conocida por ser el lugar de la primavera eterna. Tampoco por las historias de un hombre valiente, admirado en todo el mundo, me refiero a mi general Emiliano. No. Como ha sucedido de unos años a la fecha mi tierra es observada por los capítulos de violencia y terror que se viven. Ahora, de nuevo, por las fosas de Graco.

 

Este día la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación a la Fiscalía de Morelos, al gobernador Graco Ramírez y al alcalde de Cuautla por las irregularidades encontradas en las fosas de Tetelcingo. “Las condiciones de clandestinidad como se manejaron los cuerpos son similares a los que utiliza el crimen organizado” dijo el organismo nacional.

La CNDH pide que se investigue a 42 funcionarios morelenses por el trato “poco digno” que se dio a los cuerpos; señaló que en 44 casos encontraron indicios de muertes violentas y que en 15 carpetas iniciadas no hay registro de necropsia de cadáveres previo a su inhumación. La recomendación pide al fiscal que ofrezca una disculpa pública y al gobernador que repare de manera económica el daño causado a los familiares de las víctimas.

El fallo de la CNDH vuelve a poner los ojos del mundo en Morelos por una historia que ha mostrado lo que sucede en el gobierno del PRD. Las fosas de Tetelcingo son un asunto que nos avergüenza como estado, que nos duele como país y que tendría que servir como punto de referencia para evitar que este tipo de situaciones sigan pasando a lo largo del territorio nacional.

Para los familiares de las víctimas, la determinación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos es insuficiente, deja fuera al gobernador (principal responsable de estos hechos) y se queda en un plano superficial. A pesar de ello las fosas de Tetelcingo y las demás fosas que van a abrirse en Jojutla y Chamilpa acompañarán de por vida a un hombre que aspira a ser presidente de la república, pero ha fracasado como gobernador.

Lo que visto luego de la apertura de las fosas de Tetelcingo nos muestra el tamaño de la indolencia de un régimen que no tiene empacho en tratar como basura a las víctimas, que se ha caracterizado por la violación recurrente a la ley y a los derechos humanos y que miente de manera sistemática.

Lo expuesto por la CNDH, a pesar de ser una recomendación insuficiente a los ojos de los familiares de las víctimas, hizo que los medios de comunicación volvieran a tocar ampliamente el tema y la comunidad virtual recordara uno de los pasajes más dolorosos que hemos tenido como estado en los últimos años y el grado de impunidad como que se maneja la actual administración morelense.

El gobierno de Graco Ramírez trató los cuerpos de las víctimas de la violencia como basura, actuó como lo hace la delincuencia organizada y sigue sin darle importancia al asunto. Para Graco Ramírez las fosas de Tetelcingo son un punto más en la agenda del estado (que de por si no atiende), no altera sus ambiciones políticas ni trastoca sus objetivos económicos. Ni los muertos, ni el dolor de sus familias le quita el sueño al tabasqueño; para Graco las fosas son tan irrelevantes que no ameritan un comentario, ni una sanción a los funcionarios que cometieron directamente las irregularidades.

A pesar de ello, de que para el tabasqueño las fosas de Tetelcingo son algo que le tiene sin cuidado, el tema lo ha marcado ya como un gobernante que desprecia a las víctimas de la violencia, al que no le importa el dolor de la gente, ni le conmueven las historias que hay detrás de cada caso. Las Fosas de Tetelcingo son una marca indeleble en la imagen del perredista.

En la mente de cualquier persona racional, un tema como las fosas de Tetelcingo y una recomendación nacional significaría una señal de alerta y una fuerte llamada de atención. En Morelos eso no ocurre, aquí pueden aparecer (como sucederá) más fosas irregulares, pueden repetirse las mismas atrocidades, pueden multiplicarse las inconformidades sociales y de nueva cuenta la opinión pública nacional puede exigir una explicación y sanción a los responsables. Aún así, en el Morelos de hoy nada va a suceder; estamos en la tierra de la impunidad.

El de Graco es el gobierno de la mentira, de la barbarie, del cinismo y de la insensibilidad. A Graco le sale natural inventar historias, fabricar escenarios y habitar castillos en el aire. Al tabasqueño no le incomoda engañar, es más, le sale natural y lo hace con tal cinismo que hasta los pillos se sorprenden. El desprecio del perredista hacia la gente y sus padecimientos no tiene antecedente: ni Carrillo Olea fue tan arrogante e indolente como el gobernador que ahora sueña con ser presidente.

Pero esta comedia de equivocaciones y abusos no va a durar por siempre. La sumatoria de conflictos y sobre todo el avance del sexenio ha ido mermando la fuerza de un hombre que ha basado su gobierno en la mentira, la represión, el chantaje, la amenaza y la corrupción.

El gobierno de Graco Ramírez entró ya en la recta final de su mandato, los que vienen son los años más difíciles de cualquier administración y las convulsiones sociales que vemos hoy son la consecuencia de los yerros cometidos a lo largo de varios años.

Graco pudo ser un gobernador exitoso, tenía todos los elementos para triunfar: el desempeño de los gobernantes que le antecedieron hacían sencillo trascender; bastaba que el tabasqueño hiciera lo que prometió en campaña, que tuviera la sensibilidad que mostró cuando pedía el voto ciudadano y no repitiera los mismos errores que cometieron sus antecesores.

Pero la naturaleza de Graco y la influencia de su familia fue mucho más grande que cualquier meta o convicción. La Nueva Visión es el ejemplo más claro de un gobierno fracasado, corrupto, inhumano y profundamente ineficiente.

Las fosas de Tetelcingo son el reflejo más claro de lo que es Graco Ramírez como persona y como político.

  • posdata

Un juez condenó al ayuntamiento de Cuernavaca a regresar de inmediato el contrato de recolección de basura a la empresa PASA, al tiempo de ordenar una indemnización por 300 millones de pesos por concepto de daños y perjuicios.

El tema se viene litigando desde hace años, luego de que el gobierno de Manuel Martínez Garrigós a través del secretario del ayuntamiento Rodrigo Gayosso, decidiera cancelar el contrato signado con la empresa lagunera.

La sombra de PASA ha rondado al ayuntamiento capitalino desde entonces. Varias veces la concesionaria ha ganado los pleitos y uno a uno ha ido venciendo las acciones leguleyas para alargar las cosas, pero parecería que en esta ocasión ya no quedan espacios a través de los cuales el municipio pueda evadir su responsabilidad.

PASA nunca fue una empresa comprometida con la ciudad, su actuación fue estrictamente mercantil y su salida de Cuernavaca tiene que ver con la decisión que tomó en aquel tiempo de suspender el servicio de limpia. A pesar de ello, de que el municipio pudo hacer valer la ley a su favor y documentar que fue la empresa lagunera la que incumplió con lo establecido en el contrato, el terrible manejo jurídico del caso ha puesto hoy a la ciudad a merced de esta empresa.

Si lo dicho por los abogados de PASA es real, el municipio ya no tiene forma de evadir su responsabilidad y deberá pagar a la empresa los millones que mandató el juez, al tiempo de regresarle el contrato.

El problema es que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco es insolvente y no tiene el dinero para afrontar un compromiso de ese tamaño. Más aún: el municipio atraviesa una crisis financiera tan aguda que de regresarle a PASA el contrato, no está en condiciones de sufragar el gasto que implica su trabajo.

PASA ha ganado el juicio al ayuntamiento, pero aún se ve muy lejano de que obtenga lo que ha determinado la autoridad judicial. Aunque quisiera, el ayuntamiento no tiene los 300 millones que adeuda, ni tampoco puede cumplir el compromiso financiero que antes había con esa empresa.

Será decisión de PASA regresar a Cuernavaca bajo las condiciones económicas que hay actualmente y arriesgarse a que de nueva cuenta no le paguen por sus servicios. La vez pasada la empresa canceló el servicio porque no le pagaron al segundo mes; quienes la sustituyeron tuvieron que trabajar con adeudos de más de diez meses.

¿Se animará a regresar’

  • nota

Los diputados locales morelenses pidieron a sus homólogos en el Congreso de la Unión que peleen los recursos para la Beca Salario. El gobernador Graco Ramírez acudió hace unos días junto con otros mandatarios perredistas a un encuentro con el secretario de hacienda para discutir el paquete económico 2017; el tabasqueño asegura que la Beca Salario seguirá.

Personalmente espero que este programa piloto federal continúe y que independientemente de quien lo presuma, se pueda seguir apoyando económicamente a los estudiantes.

Pero también me gustaría que se revisara la operación y el sentido de la Beca Salario, que se evalúe, que se mida, que se focalice y que no sea simplemente una dádiva. Más claro: que los recursos de la Beca Salario lleguen a quienes más lo necesitan, que formen parte de un programa integral que pueda ser analizado constantemente y que sirva para impulsar verdaderamente la educación.

Dar dinero mensualmente a los jóvenes no sirve de nada. Sin un plan que vaya más allá de la entrega mensual de dinero, hablamos de un programa que no fortalece el desarrollo ni el rendimiento académico de los jóvenes.

A pesar de lo que reiteradamente pregona Graco Ramírez, la Beca Salario no es una panacea, no es el camino para disminuir la deserción, no ayuda a elevar los estándares académicos, no inhibe la delincuencia ni aumenta el rendimiento de los estudiantes. Como se aplica actualmente, la Beca Salario es una ayuda económica, pero nada más.

Que bueno que los legisladores están peleando por la continuación del programa, ojalá que con esa misma vehemencia revisen el fondo del plan, pidan un informe de lo que ha representado para Morelos durante su aplicación y los datos duros de cómo su funcionamiento ha servido para todo lo que presume el gobernador.

Un programa de apoyo económico que no va más allá de dar dinero, se convierte en un plan asistencialista que no cambia las cosas. La Beca Salario puede ser distinto, mucho más, pero no de la forma como se aplica hoy en Morelos.

En nuestro estado la Beca Salario es un instrumento discursivo y el negocio personal de algunos; todavía no es un mecanismo para fomentar el desarrollo educativo de los jóvenes.

  • post it

El duelo político al interior de la cámara de diputados es intenso. El enfado de los diputados es notorio luego de que se agudizó la crisis económica y el tema se hizo público y se les fue de control.

Al interior de la cámara la discusión es intensa, se habla de traiciones, de complots, de complicidades y de excesos; cada quien tiene su versión de las cosas y muchos dan detalles del origen de la crisis.

Nada hay definido aún en el palacio de Matamoros, lo único en lo que todos coinciden es que el caos comenzó cuando el junior llegó. La máxima continúa: todo lo que toca Gayosso se descompone.

  • redes sociales

Tetelcingo fue ayer tendencia nacional en Twitter. Durante varias horas la población morelense que se hizo mundialmente famosa por las fosas clandestinas del gobierno de Graco Ramírez ganaron la atención de la comunidad virtual.

¡Los Gracobots se llenaron de envidia!

  • es viernes

En medio de tanto barullo político, es tiempo de recordar lo que hace unos años escribió mi querido Germán Dehesa en su libro Los PRIsidentes:

… hay dos consejos que a mí me han sido de enorme utilidad y en mucho me han ayudado a acercarme a la tercera edad. El primero me lo proporcionó mi venerable cardiólogo, que a la letra dijo: todo está bien, Germán, pero cuídate mucho y no te vayas a morir discutiendo con un imbécil.[…] El segundo es un corolario a las leyes de Murphy: “Nunca discutas con un imbécil; es posible que la gente no perciba la diferencia”.

Dicho esto: Hoy toca.

Comentarios para una columna que no discute: eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco www.facebook.com/Eolopachecomx

Ámbito: 
Local
Autor(es):