Sucesión y no la gente en la mira de Graco
Mientras a Graco y camarilla les preocupa y ocupa de mal manera la sucesión 2018 no sólo para garantizar la continuidad de los negocios, sino fundamentalmente ganar en impunidad, la sociedad sigue preguntándose cómo sobrevivirá a lo que queda de este año, lo mismo que a los amplios y antisociales recortes presupuestales que desde Presidencia de la República se ciernen en perjuicio de los sectores más desprotegidos.
Y sí, ahí tienen ustedes al cada vez más desesperado desgobernador, que le tira a todo lo que se mueva con tal de agarrar un hueso que le garantice la impunidad y el margen de maniobra para seguir haciendo negocios en la entidad, al autodestaparse como aspirante a Fiscal. ¡Válganos Dios!
Y claro, ahí tienen ustedes a su secretario de Gobierno y Anarquía, ya reconocido por todos por emular a su patrón no sólo sembrando desorganización al interior del gabinete, sino que en realidad carece de vínculo alguno convincente con amplios sectores de la sociedad que, sabiéndolo sin capacidad de decisión que no le haya sido dada por el tlatoani local, simplemente no sirve de nada.
Porque, en efecto, esa anarquía en el gabinete la promueve él, un día disfrazado de secretario de Desarrollo Social entregando beneficios a la gente, otro de Obras Públicas o de Desarrollo Agropecuario, en la búsqueda de ser considerado serio aspirante por la gubernatura o lo que caiga, pretendiendo ignorar que la gente de confianza, la más cercana del desgobernador, está en otra parte.
¿O puede el secretario de Gobierno en la Anarquía explicarnos qué diablos hacía Jorge Messeguer, secretario del Transporte, encargado de otro de los negocios del patrón, como es el Morebús, en la reunión de procuradores de justicia de la región centro del país a la que asistió Graco para ventilar su desesperación autodestapándose como aspirante a Fiscal?
¿Cuántos más del actual gabinete hacen sus intentos también por moverse y salir en la foto de los palomeados de cara al proceso de 2018?
Es fácil percibir que en el gabinete estilo Montessori que cree que mandata Graco y que piensa –que ya es decir- coordina –que es más que un acto de fe de su parte- el secretario de Gobierno y Anarquía, no hay uno solo que esté pensando tanto en el bienestar de los morelenses, sino en la avalancha de problemas que se avecinan con los recortes presupuestales de cara a 2018.
El mal ejemplo lo puso Graco, tirándole a todo lo que se mueva, destapándose como aspirante a lo que se pueda, que al fin es todólogo, malo, por cierto. ¿Cómo no habían de emularlo los demás?
Todas las veces que he hablado de la necesidad de que el Frente Amplio Morelense precisamente amplíe la altitud de miras lo he hecho considerando que si bien el peor enemigo de Morelos vive en la Ciudad de México y dice que despacha en Palacio de Gobierno, los problemas de la entidad no son sólo políticos o de seguridad, con todo y la gravedad que entrañan, sino económicos y sociales, y que van de la mano del país, de quienes toman las decisiones tanto en Los Pinos como en San Lázaro, así como en la flamante nueva sede del Senado, en Reforma y, naturalmente aquí, en el Congreso local.
Sabemos que Morelos depende en algo así como el 97 por ciento del presupuesto y participaciones federales, con sus convenios fiscales de coordinación, que para el año venidero serán recortados.
Los partidos, de cara al centaveo y las posiciones a las que aspiren en 2018, guste o no van a ceder al ajuste presupuestal decretado por la Secretaría de Hacienda.
Por eso he de insistir que la sociedad organizada, con estrategia y tiros de precisión, con un orden programático, debe presionar en ambos frentes, el federal y el estatal, para que los congresos de la Unión y morelense sepan quien los puso ahí y a quien deben servir.
Y debo refrendar mi llamado a que el Frente Amplio Morelense, si dice representar a los de la tierra de Zapata, no se circunscriba solamente a defender los intereses y la lucha particular y respetable que quienes lo integran, sino la de todos y en todos los rubros, si de verdad quieren el respaldo de quienes en esta tierra vivimos y padecemos por Graco, pero también por lo que se decide desde la capital del país.
Que la gente no espere más héroes ni más milagros, sino que tome las riendas en sus manos por el bien de todos…