Meade, más vivo que nunca
En Sedesol era un actor de reparto, en Hacienda son palabras mayores.
Ahora sí hay que tomar en serio la posible candidatura presidencial del secretario José Antonio Meade.
Está bien que no se distraiga y sólo piense en sacar lo mejor posible el paquete hacendario y lo que sigue, pero sus características técnicas y cualidades personales lo van a poner, de manera natural, como compañero de Miguel Ángel Osorio en la carrera presidencial.
Dentro de un par de meses ya no veremos peligrosamente sólo en las encuestas al secretario de Gobernación, sino que comenzará a figurar el titular de Hacienda.
Meade es una carta fuerte para ganar en 2018, a pesar de la debilidad del PRI.
Una señal de sus posibilidades es la manera en que lo comienzan a atacar porque 'da muchas entrevistas' y recibe a todos y saluda a todos. Así es Meade. Siempre ha sido así.
La queja contra Videgaray era su trato altanero, arrogante… para los que alguna vez tenían la oportunidad de acceder a él.
Meade, en cambio, es un tipo amable, que no se siente virrey, y hace lo que cualquier funcionario con los pies en la tierra debería hacer, además de atender las tareas de su secretaría: dar entrevistas, hablar con los inconformes, no menospreciar a nadie, darle su lugar a cada quien, recibir a todos los que le alcance el tiempo.
Todos saben dónde vive Meade, en qué ha trabajado, de qué ha vivido, cuáles son sus amigos. Es un libro abierto.
Si pierde Trump y la economía mejora un poco, los vientos lo van a favorecer.
Es una incógnita saber si ganaría, pero las circunstancias lo van a poner –quiera o no– como un competidor serio a la candidatura que saldrá del gabinete.
Dentro del PRI van a surgir voces para subrayar que no es miembro activo de ese partido. Otros dirán que eso es lo que necesitan: una alianza encabezada por alguien no militante, si tienen intenciones de ganar.
¿Querían a su militante Luis Videgaray, que no los recibía ni les tomaba la llamada?
¿O prefieren al muy priista secretario de Desarrollo Social, Luis Miranda, que –versión de Reforma– trató con groserías a los senadores de su partido?
“En Sedesol tenía posibilidades, ahora no”, se dice y se escribe.
Todo lo contrario. Veamos la cobertura informativa que tiene y va a tener Meade como secretario de Hacienda y la que tenía como titular de Desarrollo Social. Habrá un mundo de diferencia.
Tendremos a Meade mañana, tarde y noche en los espacios informativos, por la naturaleza de su encargo. Y será una presencia amable, que no va a tratar a los ciudadanos como súbditos, a la manera de su antecesor.
Si hay algunas buenas noticias que dar, como la estabilización del peso –en caso de que pierda Trump–, será ganancia para él, como no había forma de tenerla en Desarrollo Social.
Sedesol como fabricante de candidatos presidenciales es un mito: sólo sirvió para Luis Donaldo Colosio, cuando Solidaridad era el programa más importante del sexenio.
La circunstancia hoy es otra. El candidato que salga del gabinete será el que pueda ganarle a López Obrador.
Veremos cómo se acomodan las piezas y mientras avance el tiempo se multiplicarán los ataques contra Meade.
De que está vivo y coleando, no cabe la menor duda. Ahora sí es posible candidato presidencial.
Twitter: @PabloHiriart