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SERPIENTES Y ESCALERAS

Por méritos propios, Francisco Moreno Merino se ganó la candidatura del PRI, luego recuperó la diputación perdida por el tema de paridad y se convirtió en presidente de la cámara de diputados. Por descuidos personales perdió todo, otra vez.

La crisis financiera en el Congreso de Morelos se volvió insostenible y provocó un cambio en la presidencia de la Mesa Directiva. La salida del diputado Francisco Moreno es consecuencia del problema económico que hay en la cámara de diputados, pero también de la inconformidad en contra el priísta de voz ronca. A nadie sorprendió la renuncia de Paco, lo que a todos dejó con la boca abierta fue el anuncio de su incorporación al gabinete de Graco Ramírez.

Desde hace semanas se acentuó el problema entre los diputados como consecuencia de la falta de recursos económicos y la suspensión de pagos a proveedores. Eso y la ausencia del presidente Moreno Merino se convirtió en un coctel molotov que generó inconformidades y provocó un ajuste en la estructura interna del congreso. Desde hace tempo los diputados preguntaban insistentemente dónde había quedado el dinero del congreso, pero también en dónde estaba el presidente cuando más se requería de su presencia.

Sobre la primera interrogante la respuesta la tienen los propios diputados. La falta de recursos es consecuencia del manejo poco ortodoxo que se dio al presupuesto en los últimos meses: el dinero legislativo se utilizó para amarrar la reelección en la mesa directiva y los beneficiarios de ello fueron los propios integrantes de la cámara.

Pocos se pueden decir sorprendidos de la crisis económica que hoy agobia al poder legislativo. En los pasillos se comentan los detalles de lo que se hizo, se habla de las nóminas existentes, de los apoyos extraordinarios o de los gastos no programados. El manejo financiero fue incorrecto y cuando la bomba estalló, los diputados hicieron a Paco la misma pregunta que desde la tribuna él hizo al rector de la UAEM ¿Dónde está el dinero?

A la vuelta del tiempo la crisis económica del congreso se convirtió en crisis política. La unidad que caracterizó a la cámara de diputados durante los primeros meses del primer año se perdió cuando entró a escena el hijo del gobernador. La influencia del dirigente del PRD y los descuidos de Moreno Merino formaron un caldo de cultivo que creó enconos y diferencias, en algunos casos, irreconciliables.

Desde la semana pasada se mencionaba con insistencia que Francisco Moreno sería relevado del cargo de presidente. Los enterados hablaban de un plazo que se habría puesto al PRI para que tomara la decisión y mantuviera el derecho de silla. Lo que nadie tenía en el radar era la incorporación de Moreno Merino al equipo de Graco Ramírez; dicen que eso se concretó anoche, poco después de que el presidente fue informado que sería relevado del cargo.

El paso de Moreno Merino por la cámara de diputados fue de luces y sombras. Su desempeño como representante del congreso debe observarse desde distintos ángulos: en materia estrictamente legislativa los saldos son favorables en cuanto a número de iniciativas y consensos parlamentarios, pero visto desde un ángulo político el actuar del priísta dejó mucho que desear por su marcada tendencia a defender causas que no correspondían a los diputados y que causaron al parlamento una crisis social que ha marcado de por vida a muchos de sus integrantes.

Fue precisamente el aspecto político, en donde Paco presume habilidad y experiencia, lo que provocó la salida de Moreno Merino. El presidente del congreso descuidó su encargo, sus ausencias eran muy marcadas y su trato con sus homólogos era incómodo. El presidente fue arrogante, pecó de soberbio y minimizó a una clase política a la que siempre consideró inferior, pero que no pudo controlar. Por méritos propios Francisco Moreno se ganó la presidencia de la cámara y por descuidos personales la perdió.

No queda claro qué sigue para Paco Moreno. Su renuncia y el intempestivo anuncio de que se incorporaría al equipo de Graco Ramírez pareció un berrinche infantil para justificar lo injustificable; sumarse al gabinete estatal tendría que ser en una posición de primer nivel, como secretario general, pues otro espacio  sería un retroceso en su carrera y la anulación de su futuro político en el estado. Ítem más: si Paco Moreno entra al gabinete de Graco Ramírez, difícilmente el PRI lo tomará en cuenta para cualquier cosa en el 2018.

Desde el Congreso Francisco Moreno fue un aliado clave del gobernador. Como representante de la cámara hizo las veces de secretario de Gobierno y atendió temas que correspondían al Ejecutivo, pero que el gabinete no fue capaz de procesar. Esa actividad más allá de sus funciones le generó mucho desgaste al Congreso, pero fue un alivio para el gobernador en momentos claves y muy críticos.

No se si a la vuelta de los días, como lo anunció al presentar su renuncia a la presidencia, Paco Moreno se incorporará al gabinete estatal. Me cuesta ubicarlo en un puesto de primer nivel, sobre todo porque a pesar de su cercanía con el tabasqueño, son públicas sus diferencias con el hijastro. Más claro: fue Rodrigo Gayosso quien operó su destitución de la presidencia.

Moreno Merino carga con un desgaste social muy grande por haber procesado temas sumamente complejos del ejecutivo. Por sus relaciones nacionales, su habilidad en el cabildeo y su formación profesional, Paco  supera con mucho lo que tiene hoy Graco en su equipo, aunque también habría que señalar que la personalidad del priísta, los enemigos que ha creado y el carácter que le caracteriza no es la mejor carta de presentación frente a la sociedad.

Paco Moreno dijo que se incorporará al gabinete, pero no señaló donde, anunció que en próximos días presentará licencia a la diputación, pero no precisó cuándo. Hasta ahora todo está en el aire, todo es especulación y la mayoría de las expresiones son críticas hacia Moreno.

Me cuesta creer que el todavía diputado ocupará un lugar en esa administración estatal porque su expulsión de la presidencia del congreso fue impulsada por el hijo del gobernador.

El gobierno de Graco Ramírez vive uno de sus peores momentos, enfrenta un desgaste inusitado y su credibilidad está en el piso. El perredista necesita ayuda urgente, tiene que cambiar su escenario, recuperar capacidad de diálogo, tender puentes de diálogo, mejorar su comunicación y reconciliarse con la sociedad. Ninguno de quienes acompañan al tabasqueño ha sido capaz de impulsar esa idea, ni ha tenido el valor de decirle al gobernador que es urgente recomponer el rumbo.

La pregunta es¿Paco Moreno es la persona que necesita Graco?

  • posdata

El deterioro del tejido social y lo trompicada que ha sido la política en Morelos en los últimos años abre la posibilidad a escenarios inéditos.

El descrédito de las figuras de poder, el desgaste de las instituciones y los escándalos permanentes en los que se ven envueltos los hombres y mujeres de poder permite que figuras cuestionadas en otro tiempo consideren que tienen oportunidad de regresar a la actividad pública.

Hoy vemos, por ejemplo, que el ex gobernador Sergio Estrada Cajigal se deja ver, se deja querer y sonríe ante la posibilidad de volver a competir por la presidencia municipal de Cuernavaca. No lo hice mal, la gente me recuerda bien y nadie ha superado mi trabajo en la capital, dicen que comenta el piloto.

Lo mismo ocurre cuando vuelve a mostrarse el ex alcalde Manuel Martínez Garrigós. El ex priísta ha sido muy cuestionado por su desempeño en la capital, muchos le recuerdan con enojo por los errores que cometió y dicen una locura que ahora busque ser gobernador. Para el joven tricolor el panorama es alentador: “no importan los negativos, dice, lo que cuenta es la intención de voto; la gente reconoce mi trabajo y las obras que hice en Cuernavaca”.

Como estos dos ejemplos podemos mencionar a más. Las circunstancias del estado son tan atípicas que hasta lo más inverosímil se vuelve posible y políticos que en otro tiempo fueron duramente criticados sienten que son menos malos que los gobernantes actuales.

¿Cómo puede ser eso posible? Pregunté hace unos días a un experimentado político morelense. ¡Es una locura, un despropósito! Añadí.

Recuerda que hoy estamos en Gracolandia y todo es posible, me contestó.

¡Plop!

  • nota

Aunque nunca se ha desligado de su tierra, David Jiménez González esta laboralmente de vuelta en Morelos. El abogado acaba de incorporarse como magistrado de la octava sala del Tribunal Federal de Justicia Administrativa que tiene sede en Cuernavaca.

David es un profesional del derecho, un reconocido servidor público y un político de carrera; el magistrado es, sin duda, una de las joyas de la corona del priísmo de Morelos.

Un dato curioso: un 14 de octubre de 1966 David Jiménez Gonzáles se tituló como abogado y también un 14 de octubre, pero del año 2004 recibió el título de doctor en derecho.

  • post it

Muchas historias de corrupción y abusos oficiales ocurren en Morelos, aunque no todas tiene que ver con el gobierno estatal. La ciudad de la eterna primavera es sede desde varias oficinas federales, empezando por Capufe, quien desde 1985 mudó su central a esta ciudad.

Esta dependencia ha sido constantemente cuestionada por la manera como opera, por la forma como entrega contratos y el sentido que dan a las políticas públicas. Hoy Capufe vuelve a ser objeto de cuestionamientos porque en esa dependencia, para no variar, se orienta la obra pública a empresas relacionadas con sus directivos.

Así lo escribió ayer Lourdes Mendoza en Reforma:

“Desde hace tiempo, entre las empresas constructoras del país existe profunda irritación por la forma en la que se llevan a cabo los procesos de contratación en CAPUFE. Al frente del área responsable de las licitaciones de obra pública se encuentra Mauricio Sánchez Woolworth, quien no tenía experiencia previa en el ramo carretero, a menos que dedicarse a la edificación de vivienda en Nuevo León, se la de; ya ven que luego se dan asentamientos irregulares en las orillas de las carreteras, pero este no es el caso. Sánchez Woolworth, dicen, llega debido a su compadrazgo con Benito Neme, director de CAPUFE y personaje cercano al presidente EPN, y quien solía decir, yo no le tengo que reportar a Ruiz Esparza, pues a mi me puso el mismísimo ciudadano. Este dúo dinámico ha enriquecido el ambiente en CAPUFE mediante la maquinación de una compleja estrategia enfocada en la obtención de cuantiosos recursos obtenidos de la obra pública. Dicha estrategia inicia desde la asignación de los contratos donde disponen de una pandilla de operadores o “asesores” como Poncho Ruíz, Humberto Blanco o el recientemente célebre Jorge Villagómez, quienes se encargan de distribuir los contratos a cambio de moches por adelantado que incluso rebasan el “diezmo”; ¡Ave María Purísima! Cuando no aplican este mecanismo, son directamente los funcionarios de CAPUFE en unas oficinas alternas en Cuernavaca quienes muestran a los potenciales contratistas la lista de obras que tienen para distribuir a cambio de la retribución respectiva.

Cómo complemento a lo anterior, también han instrumentado una estrategia de recolección de los moches cuyas variantes son la recolección de maletas de efectivo en las propias instalaciones de las empresas o inclusive la entrega a domicilio en motocicleta en la casa de estos funcionarios en Cuernavaca. Ahora bien, ¿para qué necesitarán tanto dinero? ¿será que andan haciendo un guardadito por si de casualidad Neme, decidiera ser candidato a gobernador de su natal Tabasco?”

La historia que cuenta Lourdes Mendoza no es nueva ni desconocida; los negocios de los personajes que cita en su artículo son del dominio público en las oficinas de CAPUFE en Cuernavaca y también en los pasillos del poder del gobierno de la república. Como esta historia de transas y negociaciones privadas hay muchas más en las que están involucrados otros funcionarios. En actuar de Benito Neme despedaza el discurso anti corrupción que promueve el presidente Peña y el gobierno de la república.

  • redes sociales

Muchas cosas deberán corregir los diputados en esta nueva etapa del congreso. La salida de Paco Moreno debe ser un parte aguas en el poder legislativo para que sus integrantes recompongan las cosas no sólo en materia económica, también en cuestiones políticas y su relación con la sociedad.

Paco Moreno utilizó la presidencia para defender al gobernador en temas muy dolorosos para la sociedad, asumió una postura que iba más allá de su investidura y colocó a la legislatura como defensora incondicional del régimen. Con sus actos y declaraciones, Moreno Merino anuló de facto la división de poderes e hizo del congreso una dependencia más del poder ejecutivo.

Ese desgaste lo sienten todos los diputados, varios de ellos han sentido en carne propia el desprecio social y han pasado tragos amargos producto del enojo ciudadano. Un reto del congreso es reconciliarse con la gente, retomar la institucionalidad y devolverle la dignidad perdida a la cámara de diputados.

No hablo de confrontarse con el gobernador, sino de recuperar ese espacio de independencia que siempre ha tenido el poder legislativo a pesar de sus acuerdos políticos.

Recuperar la confianza de la gente es una de las metas principales de los diputados. Una ventaja: hoy son las mujeres quienes tienen en sus manos la responsabilidad de poner orden en casa.

Así sea.

  • es viernes

¿Cumpleaños? Hoy toca.

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