En el primer bimestre de 2016, el robo con o sin violencia se ubicó como el delito con mayor incidencia que afecta la integridad física y patrimonial de los morelenses. De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y febrero se perpetraron 3 mil 248 robos, que representa casi la mitad del total de ilícitos denunciados ante la Fiscalía General del Estado en el mismo periodo. El 30% de los robos fueron consumados con violencia, siendo los transeúntes, los automovilistas, los comerciantes y los conductores del transporte público las principales víctimas de los agresivos delincuentes. Por cuanto al robo sin violencia, los hurtos a casa habitación que se quedan solas por razones de trabajo o vacaciones de sus ocupantes, los vehículos estacionados en vía pública y los comercios son los principales objetivos de los delincuentes, que en estos casos realizan trabajo previo de observación para perpetrar sus delitos. Aun cuando las estadísticas oficiales indican un descenso de los delitos de alto impacto como el secuestro y extorsión, el robo de vehículo mantiene una constante alza, mientras que el homicidio doloso se volvió a disparar desde las primeras semanas del 2016. Sin embargo, las autoridades han insistido en que estos dos últimos delitos tienen que ver con la actividad de diversas células criminales que operan en Morelos o transitan hacia el estado de Guerrero, así como con su antagonismo.