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SERPIENTES Y ESCALERAS

La visita del dirigente nacional del PRI a Morelos fue incómoda. Enrique Ochoa se veía molesto, se le notaba el disgusto por lo que encontró y dejaba ver sus ganas de irse pronto. Los morelenses merecen un mejor destino, dijo el michoacano… pero no pudo convencer de que su partido es el camino para ello.

 

Enrique Ochoa vino a Morelos, se reunió con sectores priístas y algunos líderes de su partido. Su encuentro con la militancia no fue el mejor, ocurrió en medio de un ambiente tenso y polarizado donde hubo señalamientos, rechiflas y una marcada inconformidad entre la familia tricolor. El priísmo de Morelos es uno de los más difíciles del país, dijo antes de su único acto público el jerarca tricolor; “la división aquí es una de las más agudas”.

La visita de Ochoa Reza a Morelos fue incómoda para todos. No hubo, como en otras entidades, actos masivos ni reuniones en donde coincidieran todas las expresiones priístas del estado anfitrión. La de Morelos fue una reunión trompicada, armada sobre las rodillas, secuestrada por algunos grupos y compleja por el ambiente que rodea a la militancia local. El descontento tricolor se dejó sentir y el enfado de Enrique Ochoa fue visible en todo momento.

En una reunión previa con medios de comunicación Enrique Ochoa Reza habló de lo que ve en la tierra de Zapata: “Las cosas no están bien en Morelos, las estructuras están vencidas y es necesario reconstruir al priísmo local. Por la ruta que vamos, hemos dejado de ser una opción de gobierno para los electores

Sin lenguaje rebuscado, pero también sin salirse de su papel tecnocrático, Enrique Ochoa se refirió a los problemas internos que se presentan en varios estados del país y que están presentes en nuestra entidad. El de Morelos no es el único caso (donde hay división) pero es uno de los más agudos del país. La unidad no se impone, la fórmula del fracaso es la división, la dirigencia está vencida, igual que los comités; tenemos que convocar a la unidad a través del diálogo y cambiar de actitud. “La fórmula de la derrota es la división que provocan los grupos internos; eso debe cambiar”.

El discurso de Enrique Ochoa versó sobre la lucha contra la corrupción: No somos cómplices de los corruptos, dice, nosotros estamos actuando contra quienes cometieron actos ilegales y defraudaron a la gente. “Por primera vez en la historia un gobernador en funciones (Javier Duarte de Veracruz) fue suspendido de sus derechos como militante y fuimos nosotros quienes pedimos a las autoridades actuar en contra de él”.

El dirigente tricolor se nota obsesionado con el PAN. Todas sus referencias en el tema de corrupción se enfocan hacia esa fuerza política y por momentos pareciera que estábamos frente a una persona que vino a criticar al PAN y no a hablar del PRI. “Anaya protege a Padres… En doce años el PAN no actuó contra la corrupción… La política del comes y te vas no funciona… hemos generado en 4 años más empleos que el PAN en dos sexenios”.

Pero aunque el diálogo con Ochoa fue directo, quedaron muchas dudas respecto a su posición. El ex director de CFE no le entró a fondo a los temas, respondió las preguntas con interrogantes y evitó hablar de los casos donde su gobierno y su partido son cómplices de la autoridad, como en Morelos.

Estamos hasta la madre de la corrupción” dijo sin enfado Enrique Ochoa. Es ese punto donde la sociedad, los medios de comunicación y los partidos debemos poner atención. En el PRI apostamos por la rendición de cuentas políticas, pero también financieras. “No se puede tapar el sol con un dedo, el país está harto de la corrupción, lo escucho en todos los estados a los que acudo, la sociedad quiere que los corruptos acaben en la cárcel. ¡Eso es lo que el país necesita para salir adelante!”. Estaba a punto de creer en las palabras de Enrique Ochoa, pero me acorde de Graco.

Más tarde, el encuentro del dirigente nacional con la militancia morelense reflejó la situación del partido en el estado: los asistentes fueron convocados dos horas antes y el acceso fue restringido; al acto sólo acudieron algunas fracciones del PRI y brillaron por su ausencia las corrientes más fuertes (y dañinas) del partido. Otros personajes buscaron al dirigente nacional por separado, lo esperaron al término de la reunión con directivos de medios porque no quisieron acudir a Villa Bejar.

El PRI tiene condiciones para recuperar el gobierno de Morelos, lo saben los priístas y lo tiene muy claro Enrique Ochoa; pero también entienden que su mayor reto es acabar con los conflictos internos, hacer a un lado las divisiones y trazar una ruta de unidad que incluya a todos.

Morelos merece algo mejor, dice el abogado; pero para transformar una expectativa en realidad, añade, es necesario cambiar la actitud de los grupos que dividen al partido.

“Los mexicanos estamos hasta la madre de la corrupción”, dijo Ochoa. Los morelenses más.

  • posdata

El tema ya inquietó a los panistas locales: la posibilidad de que desde México les impongan una alianza con el PRD en Morelos es real y se discute en algunas mesas del partido.

Aquí saben que un acuerdo de ese tipo condenaría al panismo morelense en la elección del 2018 y representaría un retroceso sustantivo en su carrera y la línea que han manejado durante muchos años.

Más aún: una alianza con el PRD en Morelos significa la derrota electoral, porque no hay condiciones políticas ni sociales para que el PRD obtenga la confianza ciudadana, ni manera de que la suma del panismo diluya el odio social que ha provocado el gobierno de Graco Ramírez.

Los panistas son hoy perseguidos del gobierno del PRD, sufren en carne propia los embates orquestados por el hijo del gobernador y tienen cerrados muchos espacios por órdenes de Rodrigo Gayosso.

Ir en el 2018 en alianza con el PRD e impulsar a un candidato amarillo es algo que no convence a nadie en Acción Nacional, pero es posible dados los acuerdos que se signarían en sus oficinas centrales. El planteamiento que allá están haciendo los chuchos es concreto: el PRD se suma al candidato panista en la campaña presidencial a cambio de que el PAN apoye a los candidatos perredistas en la Ciudad de México y Morelos.

A lo largo del sexenio de Graco Ramírez el PAN ha sido el único partido de oposición, son los únicos que se han opuesto a las ocurrencias del gobernador y los únicos que han dado la batalla contra un gobierno represor, corrupto, intolerante y soberbio.

¿Cómo se verían los panistas en el 2018 promoviendo a Rodrigo Gayosso como su candidato?

¿Qué dirían los simpatizantes del PAN si de la noche a la mañana los panistas se vuelven graquistas?

Una posible alianza entre el PAN y el PRD, por cierto, haría felices a los priístas.

  • nota

El eje del discurso de Enrique Ochoa en Morelos fue la corrupción. En el PRI no la avalamos, ni la toleramos, ni la aceptamos, presume el dirigente que hace unos meses aseguró que “el 99.9% de los priístas son honestos”.

La corrupción es el cáncer que está aniquilando las instituciones mexicanas. La corrupción económica ha sumido al país en una de las crisis más pronunciadas de los últimos tiempos (independientemente de los factores económicos externos) y la corrupción política, entendida como actos de complicidad, complacencia u omisión gubernamental, ha destrozado la confianza en las instituciones y destruido el tejido social.

Varias veces durante su visita por Morelos Ochoa Reza habló de la corrupción y en igual número de ocasiones puso como ejemplo lo sucedido con Javier Duarte (quien, por cierto, ya se les escapó); “le retiramos los derechos como militante, le denunciamos y lo expulsaremos” presumía orgulloso el moreliano, sin explicar por qué actuaron hasta ahora y no desde hace años que se ha venido denunciando la gravísima situación el Veracruz.

De lo que no habló el dirigente nacional es de los otros casos de corrupción en los que el PRI está vinculado por actos de protección o corrupción, en donde los actores principales no son militantes de su partido, pero la protección del gobierno de la república es clave para que la ley no se aplique y los abusos continúen. Morelos es un caso muy claro de ello.

Ochoa Reza vino a Morelos a dar una cátedra de corrupción, pero en ningún momento se refirió a los problemas locales como las Fosas de Tetelcingo, el endeudamiento millonario del estado, los casos de corrupción y abusos de autoridad denunciados en instancias federales o la severísima crisis de violencia e inseguridad que azota a nuestra tierra.

El dirigente nacional priísta no habló de eso, quizá, porque estos temas son constantemente protegidos por el secretario de gobernación y la presidencia de la república.

Eso, por cierto, también es corrupción.

  • post it

Por segunda ocasión los comerciantes del primer cuadro de Cuernavaca cerraron sus puertas durante una hora en protesta por la inseguridad. Otra vez los fenicios manifestaron de esta manera su descontento por las múltiples crisis que padecemos en Cuernavaca: la económica, la de servicios y la de seguridad.

Los líderes del comercio formal de la capital han alzado muchas veces la voz, piden al ayuntamiento que atienda sus demandas y resuelva los padecimientos que resultan de la falta de alumbrado público, el pésimo servicio de limpia y la imparable inseguridad. Hasta ahora no han tenido respuesta.

Cuernavaca vive uno de sus peores momentos: no hay proyecto de ciudad, no existe rumbo en el gobierno, las finanzas municipales están en crisis, el gabinete es disfuncional y mientras todo eso sucede, el alcalde se la vive en el desmadre y jugando fútbol.

La petición de los comerciantes es concreta: es necesario que se alumbren las calles, urge que el servicio de recolección de basura mejore y el alcalde no puede seguir deslindándose del problema de inseguridad.

Bajar las cortinas es una medida de presión, es una manifestación de inconformidad y un acto de rebeldía de parte de los pequeños empresarios. La capital, igual que el resto del estado está en crisis: no hay ventas, muchos negocios están cerrando y la competencia con el ambulantaje es desleal.

Cuauhtémoc Blanco no responde a las demandas; no lo hace porque no está aquí y porque no entiende de qué le están hablando. El futbolista vive en un mundo paralelo (Gracolandia), deja el manejo de la ciudad en sus colaboradores y estos no tienen la más pálida idea de lo que necesitan hacer para que el gobierno funcione y la ciudad salga adelante.

Este adefesio de gobierno es resultado de las ocurrencias de los hermanos Julio y Roberto Yáñez y del descrédito de los partidos.

Hace poco escuche a alguien preguntar: ¿Qué hicimos los morelenses para que nos castigaran con un gobernador como Graco? La respuesta es obvia: ¡Votar por él!

Lo mismo aplica en la Cuernavaca de Cuauhtémoc.

  • redes sociales

Las fronteras se acabaron. Las distancias ya no existen cuando se trata de información en las redes sociales.

Ayer el dirigente nacional del PRI hablaba en Morelos del caso Duarte y lo ponía como ejemplo de la lucha que contra la impunidad impulsa su partido.

No solapamos como el PAN, decía Ochoa. Nosotros sí actuamos y denunciamos las irregularidades cometidas en el gobierno de Veracruz.

Mientras eso ocurría en Morelos, en Xalapa un diario local daba a conocer un esquema que detallaba la forma como operó Javier Duarte en su gobierno; El Cártel de Veracruz, tituló el rotativo.

Ahí aparecía la esposa, los familiares, los amigos, los socios y los cómplices del ahora prófugo ex gobernador. Entre ellos está Fernando Charleston, recientemente nombrado delegado del CEN del PRI en Morelos.

El diputado Charlestón fue colaborador de Javier Duarte y según los medios de comunicación Veracruzanos, forma parte de la red de corrupción y protección del ex mandatario. A Charlestón, comentan algunas fuentes en la Ciudad de México, ya se le investiga por sus nexos y probables delitos cometidos en complicidad con Javier Duarte.

A ver cuánto dura Charlestón en Morelos. Es difícil pensar que un sujeto con estas características puede llegar a poner orden y a combatir la corrupción en Morelos. Quizá pos sus características, dicen, es que el delegado ha trabado una espléndida amistad con Amado Orihuela.

Obvio: hablan el mismo idioma.

Comentarios para una columna sonriente: eolopacheco@elregional.com.mx

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