“Defendamos a quienes nos defienden”. La inseguridad se ha apoderado de gran parte de la normalidad del estado de Morelos ante la omisión, con olor a complicidad, de los responsables de combatirla. Todos corremos riesgos, pero es claro que en Morelos éste se incrementa entre quienes deciden levantar la voz, señalar la corrupción, construir una realidad diferente o para quien decide abanderar causas comunes. Una de estas voces es la de Susana Díaz Pineda, integrante del centro de Derechos Humanos Digna Ochoa y quien ha sido voz lo mismo de jornaleros, que de migrantes, de niños “sin nombre” y “sin derechos” que viven en albergues temporales, de menores desaparecidos o de mujeres que sufren diversos tipos de violencia. En un nota informativa de quien esto escribe del pasado 26 de octubre del 2015, publicada en la Agencia de Noticias Morelos y censurada en el periódico Capital Morelos, Susana Díaz Pineda refirió: “Hay que ser claros, en Morelos la violencia sigue siendo la constante, en ningún momento han bajado los índices de criminalidad, la seguridad es un tema que está pendiente, los derechos humanos no se respetan y es una situación en la que el gobierno se enoja porque somos la voz cantante en esto y hay situaciones en las que se molesta de manera grave”. Más aún, aseguró que “el que haya en Morelos un gobierno de izquierda no es garantía para el trabajo de los defensores de los derechos humanos, al contrario, estamos en riesgo, porque ellos son los principales persecutores de las voces que se levantan para poner el dedo en la llaga” y recordó a Gustavo Salgado Delgado, quien fue ultimado por defender los derechos humanos de las personas migrantes y a Juan Ignacio Suárez Huape, cuya muerte se ha etiquetado como “un accidente y no se va más allá en la investigación, cuando debería haberla” (http://www.adnmorelos.com/2015/10/25/el-gobierno-de-izquierda-en-morelos- principal-persecutor-de-los-defensores-de-los-derechos-humanos/). Y vaya que tuvo y tiene razón Susana Díaz Pineda, quien este miércoles denunció que ha sido blanco de hostigamiento, intimidación y amenazada de diversas formas y en diversos lugares en días recientes, que la han llevado a temer por su vida y la de su familia. Con diferentes matices, pero situaciones similares han vivido en nuestro estado desde el Obispo de Cuernavaca, hasta el Rector de la UAEM, catedráticos, presidentes municipales, activistas, abogados, integrantes de medios de comunicación, empresarios, amas de casa, constructores, choferes, estudiantes y ahora, en la persona de Susana Díaz Pineda, los defensores de los derechos humanos, tan necesarios como incómodos en un Morelos donde disentir de quien tiene la autoridad formal, es mayor delito que desfalcar ayuntamientos o enriquecerse con recursos públicos destinados a la seguridad o al combate a la pobreza. Nuestra solidaridad y apoyo a Susana Díaz Pineda y una pregunta al titular del Ejecutivo estatal, Graco Ramírez, hoy de visita en Colombia y casi siempre fuera del estado que dice gobernar: ¿Dónde quedaron tus compromiso expresados en el discurso de toma de protesta del 1 de octubre del 2012, como el de que: “A partir de mañana, a las 8.30, todos los días, durante los próximos seis años en mi carácter de responsable del Ejecutivo del Estado coordinaré una reunión invitando a quien encabece la Procuraduría del Estado, al representante del comandante de la 24 zona militar, al comisario de la policía federal preventiva, a quien represente a la Procuraduría General de la República para revisar puntualmente la situación y poder tomar decisiones de inmediato. Con el acuerdo de los presidentes municipales actuaremos con un mando coordinado en cada una de las regiones metropolitanas constituyendo una sola policía preventiva y de seguridad ciudadana que le responda a la gente la exigencia de vivir seguros”?