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TEMPLO MAYOR

MÁS DE un priista se pregunta preocupado cómo y de qué forma le pegarán al partido tricolor los casos de corrupción de sus gobernadores, en especial el del emblemático Javier Duarte.

AL CASO se le está dando la celeridad que durante 6 años no sólo no existió sino que, olímpicamente, se ignoró pese a que las denuncias por manejos irregulares fueron el sello, desde el inicio, de su sexenio.

SOBRE los efectos que tendrá en el PRI y sus aspiraciones al 2018, hay dos posturas. Una es la de su líder nacional, Enrique Ochoa, en el sentido de que el discurso anticorrupción será la principal herramienta para reposicionar al partido ante los electores.

DEL OTRO LADO están los tricolores menos idealistas que ven, desde todos los ángulos, que el PRI no sólo no sale bien librado, sino inclusive muy manchado. Tan es así, dicen, que estos casos terminarán por revertírsele, en un certero efecto búmeran político.

Y EN UNA de ésas, advierten, podría pegarle inclusive al propio Enrique Peña Nieto, con todo y que el Presidente haya marcado desde hace mucho tiempo su raya con Javier Duarte.

 

 
POR CIERTO que los sabuesos del gobierno federal para nada le han perdido la pista al fugado gobernador veracruzano. De hecho, tienen pistas bastante sólidas de que sigue en el territorio nacional y, para ser más específicos, en la Ciudad de México.

LO INTERESANTE del caso es que de los nueve presuntos responsables del desfalco a las finanzas de Veracruz, ya hay ocho detenidos. Y sólo falta el que responde al nombre de Javidú.

COSA CONTRARIA sucede con Guillermo Padrés, pues el panista, de plano, desapareció del radar de las autoridades.

 

 
PESE al desdén inicial mostrado por los capitalinos ante su flamante Asamblea Constituyente, Alejandro Encinas anda optimista de que, poco a poco, vaya prendiendo el interés. Sobre todo, en la medida en que se conozca el tema de las iniciativas ciudadanas.

RESULTA QUE uno de los mecanismos de participación previstos para la elaboración de la primera Constitución de la Ciudad de México es la posibilidad de que cualquier ciudadano o agrupación pueda presentar su propia iniciativa, sin necesidad de tener que pasar por el filtro de los partidos políticos.

Y LAS PROPUESTAS, aunque sea a cuentagotas, ya comienzan a llegar a la vieja casona de Xicoténcatl. En las dos semanas que lleva instalada la presidencia constituyente, se han recibido 33 iniciativas ciudadanas, las cuales, por ley, deberán ser dictaminadas e, inclusive, sus autores tendrán derecho a defenderlas ante los asambleístas.

AL MENOS en el papel suena bien la cosa.

Ámbito: 
Nacional
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