Crisis legislativa
El congreso de Morelos vive un momento muy difícil. La constante en esta legislatura han sido los escándalos, las manifestaciones y la descalificación a los diputados. En poco más de un año de trabajo parlamentario, la cámara ha sido tomada en múltiples ocasiones, sus integrantes sufren un cuestionamiento sin precedente y la desconfianza en los legisladores es preocupante. Nunca antes un congreso fue tan maltratado como ahora.
Hoy de nueva cuenta la cámara de diputados está en el ojo del huracán. Derivado de los severos problemas financieros que enfrentan como institución, los legisladores decidieron tomar acciones radicales para mantener el barco a flote, luego de la forma poco adecuada como manejaron sus recursos.
Hacia el exterior, entre la sociedad, el congreso es duramente cuestionado, sus integrantes sufren un desgaste público brutal y pocos apuestan por el futuro político de quienes forman parte de este parlamento. A pesar de la compleja situación financiera por la atraviesan, punto de quiebre de la cámara no es la falta de liquidez, eso es consecuencia; el problema de fondo, lo que llevó a pique al congreso, es la intervención del hijastro del gobernador.
Frente al problema financiero es sencillo hablar de desfalco y mucho más fácil señalar a un solo culpable. Siempre es cómodo descargar pecados en otros y hacer leña del árbol caído. Lo cierto es que el problema económico que enfrenta hoy la cámara de diputados de Morelos es resultado de muchas decisiones equivocadas, de excesos, de irresponsabilidades y de una mala planeación; los responsables de ello son varios, no sólo uno.
La crisis que hoy agobia al parlamento se cocinó desde meses atrás y frente a los ojos de todos los legisladores. Las decisiones que se tomaron sobre el manejo de los recursos se hicieron en muchos casos de manera colegiada, en esa mesa donde se sientan los personajes más poderosos y en la que se determinó, también, poner al congreso en la incomodísima posición de defensor de Graco Ramírez.
Al exterior es simple resumir que el problema fue causado por un individuo y que fue la decisión de un solo diputado la que causó la crisis. Hacia adentro los legisladores conocen el detalle de las cosas, entienden la forma como se manejaron los recursos y saben que los excesos se cometieron en diferentes momentos por muchas personas.
No se trata de defender a nadie, sino de comprender que el problema del congreso de Morelos es enorme y responsabilidad es de treinta. Cualquiera que conozca mínimamente la forma como opera nuestro parlamento sabe que aunque es una representación de treinta personas, nunca son más de diez los hombres y mujeres los que llevan el control absoluto de la legislatura. Así ha sido siempre y así seguirá ocurriendo; en algunos momentos los llamaron La Burbuja, en otros La Cúpula y más recientemente Los Adrianos.
Hablemos con una crudeza que no puede usarse nunca en un discurso público ni se reconoce abiertamente: los congresos son parte de una maquinaria de poder, históricamente sirven al ejecutivo y muy de vez en cuando son contrapeso político. La legislatura actual no es la excepción.
Los diputados forman parte de un poder cuya función social es bastante limitada: muchas veces legislan al vapor, constantemente cometen errores y cíclicamente apoyan al gobernante en turno; lo mejor que hacen es la gestoría, aunque casi siempre es sólo en los espacios que electoralmente les interesan.
Los congresos procesan las cosas que requiere el ejecutivo, pactan, toman decisiones, establecen compromisos y reciben beneficios económicos o materiales por su postura. Frecuentemente la cámara se sobregira en su presupuesto y siempre los gobernadores los ayudan con recursos extraordinarios para sanear sus finanzas porque así conviene a ambos. Son, digámoslo así, usos y costumbres del poder.
¿Qué paso ahora? ¿En qué momento se rompió la línea? ¿Por qué quebró el poder legislativo? ¿En verdad un solo hombre se robó tantos millones de pesos frente a los ojos de sus homólogos? ¿Y si fue así, por qué no presentan una denuncia en su contra?
Nada hay distinto entre esta legislatura y las pasadas, si acaso que ahora muchas acciones, decisiones, posturas y disposiciones de efectivo se volvieron más públicas y conocidas. Basta ver el tamaño de la nómina del congreso y ubicar el personal que corresponde a cada legislador para entender por qué la cámara de diputados está en la situación actual.
Pero lo de fondo, lo que verdaderamente trastocó la estabilidad parlamentaria, fue la intervención de agentes externos al poder legislativo. El primer año de trabajo fluyó sin conflictos: las iniciativas y peticiones del gobernador se procesaron sin contratiempo, los diputados recibieron un trato interno espléndido y los trabajadores y proveedores no tuvieron complicaciones al momento de cobrar lo que les correspondía.
Las cosas se complicaron (lo saben los diputados) cuando un personaje entró a escena y modificó el status quo de las cosas. No quiero decir con ello que lo hecho hasta entonces era bueno o lo mejor, simplemente que hasta ese punto no había problemas mayores ni en lo político ni en lo económico. Cuando intervino ese personaje, el ambiente en el congreso se volvió hostil y la crisis explotó.
Hoy los diputados viven una situación sumamente compleja. No ha terminado el ataque sistemático en su contra desde distintos sectores sociales, ni la exposición grotesca de sus rostros en el transporte público y ahora enfrentan un problema laboral. Hace poco el presidente del congreso exigía a nombre de todos los integrantes de la legislatura que el rector de la universidad les explicara dónde estaba el dinero de la UAEM; hoy los diputados no saben (o no quieren decir) en dónde quedó el dinero del parlamento.
La reingeniería financiera que anunció el congreso en voz de Jaime Álvarez implica medidas muy dolorosas para muchas personas. Se trata de un severo ajuste laboral que involucra a mil trabajadores y que plantea reducir la plantilla en un porcentaje importante a partir del próximo año. La decisión es dura, pero según los legisladores, es el camino para recomponer las cosas.
Puede ser que esa vía sea la única que le queda al congreso para enfrentar la catástrofe financiera luego de que el ejecutivo les negó el apoyo y los obligó a tomar decisiones internas para salir adelante. Pero lo que los diputados deben analizar va más allá del momento que viven, tienen que observar lo que les espera en el futuro. Explico:
Esta legislatura ha sido absolutamente solidaria con el gobernador: aprobó todos sus requerimientos, lo libraron de un juicio político y de una auditoría, sacaron adelante todas las iniciativas que ha enviado, impulsaron las reformas que quiso el gobernador aún cuando ello puso a muchos sectores en contra de los diputados y por si eso fuera poco, le autorizaron un nuevo endeudamiento por más de mil millones de pesos. Ningún otro congreso había puesto el pecho así por un gobernador.
Pero a pesar de que los diputados empeñaron su capital político personal y futuro electoral por el gobernador, hoy en un momento de crisis Graco los dejó solos. Los diputados tienen que tomar decisiones drásticas porque fallaron en la administración interna y porque no tienen el respaldo del ejecutivo; el secretario de hacienda acaba de anunciar que harán efectivo el nuevo crédito de mil 300 millones de pesos que les autorizó el congreso, pero ni un peso habrá extra para que los legisladores salgan delante de su crisis.
Lo que los legisladores tienen que observar hoy no es sólo cómo enfrentar el naufragio financiero, sino cómo van a transitar en los dos años que les quedan como legislatura. Varios diputados han sentido en carne propia el repudio popular, algunos de ellos ven sus rostros en el transporte público y otros han recibido ofensas de parte de ciudadanos enfadados.
El reto mediático del congreso es salir adelante de la crisis económica. La reflexión de fondo versa sobre la forma como actuarán en el futuro.
¿Es inteligente fincar su carrera política por un personaje como Graco Ramírez? ¿Es conveniente seguir apostando por un proyecto político como el de la nueva visión? ¿En verdad creen que por el camino que siguen podrán continuar su carrera política? ¿Se sienten cómodos con el trato que reciben de parte del gobernador y de su hijastro?
Ojo: Cuando termine su mandato, Graco Ramírez se va a ir de Morelos, pero la mayoría de los diputados se van a quedar.
- posdata
El alcalde de Cuernavaca respondió fuerte al panista Javier Bolaños, quien al inicio de esta semana cuestionó que el edil permite el cobro de estacionamientos en supermercados y no entrega útiles escolares y becas a los alumnos de primaria de la capital.
“Es un protagonista… no tiene calidad moral para exigir… no baja recursos para el municipio… anda en campaña porque quiere ser gobernador… pretende colgarse de mi fama… ¡No se dejará de cobrar el estacionamiento; hasta yo pago!” respondió Cuauhtémoc Blanco
Recio en sus afirmaciones, aunque débil en sus argumentos, el monosilábico alcalde descalificó al diputado, pero olvidó responder a las acusaciones. Entendamos algo: Cuauhtémoc Blanco es hábil con los pies, pero muy torpe con el cerebro. El NO cobro de estacionamientos, las becas y los útiles escolares NO son ocurrencia de un diputado, son aspectos contemplados en la ley que deben ser cumplidos.
Puede ser que Bolaños ande en campaña y quizá aproveche la coyuntura para hacerse notar, pero lo que dijo tiene un sustento jurídico e implica una responsabilidad legal para el presidente municipal. El Cuau puede mandar a la chingada a Bolaños (para usar un lenguaje americanista) pero tiene que cumplir la ley.
Un dato: los recursos de la federación a los municipios dependen de la gestoría de los alcaldes; si Cuernavaca no recibe dinero federal, es porque este gobierno NO ha presentado proyectos.
Otro dato: Cuernavaca acaba de perder 20 millones de pesos de SEDATU porque al secretario de obras del municipio se le pasó el tiempo para ingresar los proyectos y amarrar los recursos.
Again: Gobernar NO es lo mismo que jugar fútbol.
- nota
Manlio Fabio Beltrones reapareció en el escenario político nacional al lado de José Woldenberg y Roberto Gil Zuarth en un evento con el grupo perredista denominado Galileos; los tres coincidieron en la necesidad de que en nuestro país se establezca la segunda vuelta electoral y gobiernos de coalición con el fin de generar condiciones de gobernabilidad.
Beltrones señaló que “el modelo político de México está agotado, pues hay una fragmentación de tres opciones y una cuarta, que viene emergiendo, que nos está avisando que nos debemos preparar para una nueva gobernabilidad”.
En el acto estuvieron presentes, entre otros, Manuel Añorve, expresidente municipal de Acapulco, Felipe Bravo Mena, expresidente nacional del PAN y Alejandra Barrales, presidenta del PRD. “Es la hora de plantear algo distinto a lo que hemos vivido en los últimos años”, dijo BrontoFabio.
“Estamos transitando de un tripartidismo a una fragmentación con un partido que lucha por ser un cuarto polo, pero además, con candidatos independientes y se presagia más fragmentación; pregunto: ¿cómo vamos a generar mayor gobernabilidad ante un escenario así? Con gobiernos de coalición”.
Manlio Fabio Beltrones llegó al hotel sede en la Ciudad de México acompañado de seis personas, una de ellas el diputado priísta por Morelos Francisco Moreno Merino.
- post it
El despido masivo de empleados del congreso es un asunto muy delicado. Si fallan en los cálculos, la salida que plantean los legisladores se puede convertir en una crisis mayor.
¿Con qué dinero atenderá la cámara de diputados las demandas de quienes no acepten firmar su renuncia?
- redes sociales
Comenzó la filtración de información parlamentaria. Empleados molestos están liberando datos confidenciales de la cámara. Cuidado.
- es viernes
Y hoy toca.
Comentarios para una columna asombrada: eolopacheco@elregional.com.mx
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