Trump y AMLO no se parecen
En efecto, Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump no se parecen: son iguales.
Cortados ambos por la misma tijera autoritaria y narcisista, sólo creen en la democracia si el triunfo es para ellos.
Lo que vimos anoche de parte del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos es el espejo de lo que hace en México, cada seis años, López Obrador.
Trump dijo en el debate con Hillary Clinton que se reserva el derecho a aceptar el resultado de la elección. ¿Se espera a qué? A saber si él gana o no.
Si Trump pierde, esa democracia que tiene más de 200 años de existencia, no sirve.
El argumento que usó Donald Trump para descalificar por anticipado la elección presidencial es que los medios de comunicación “son corruptos” porque no están con él y lo han cuestionado.
Su inmenso ego, tan grande como el de López Obrador, no admite que otra persona gane porque la gente la prefiera a él.
En caso de no triunfar, será por culpa de los “medios corruptos”.
Una involuntaria copia de los argumentos de AMLO, y hasta de las palabras que usa el líder de Morena, fue cuando Trump dijo que los de arriba se habían puesto de acuerdo para bloquearlo a él y favorecer a la candidata del sistema.
¿No se parecen? Claro que no, son iguales.
La democracia está en función del resultado de la voluntad de los votantes. Si ellos no ganan, no sirve esa democracia.
El narcisismo de Donald Trump y el de López Obrador son exactamente iguales. La democracia gira en torno a ellos, y no al revés.
Sólo aceptan las reglas si ganan. Y si pierden es culpa de los medios “corruptos” y de los de “arriba” que se pusieron de acuerdo para hacerlos fracasar de manera tramposa.
Trump es un peligro para Estados Unidos, así como López Obrador es un peligro para México.
La diferencia, quizá, podría estar en la solidez de las instituciones en ambos países.
Aquí han resistido en dos ocasiones, pero no sabemos cómo van a resolver un conflicto si AMLO desconoce por tercera vez la derrota.
Hemos golpeado de tal manera a las instituciones, las hemos descalificado y enlodado con críticas y golpes no siempre fundamentados, que los árbitros para 2018 tal vez no estén en condiciones de resistir un sabotaje del perdedor.
En Estados Unidos hasta el propio Partido Republicano daría la espalda a Trump en caso de que se niegue a aceptar los resultados.
Pero él, Donald Trump, ya mandó al diablo a su partido y demás instituciones porque sólo las concibe girando alrededor suyo, de su ego, de su populismo.
El otro aspecto en que son iguales es en el miedo que ambos le tienen al mundo.
La aversión de Trump al Tratado de Libre Comercio es idéntica a la de López Obrador. Ven en ese tipo de instrumentos globalizadores un peligro para sus países, sus empleos, su convivencia.
Ahí están ambos: Donald Trump y López Obrador, hermanados por el gen antidemocrático y su temor al mundo.
Hasta manotean igual. Son idénticos. Una amenaza porque hay personas que les creen y los siguen.
Esperemos que al verse en el espejo de anoche, los incondicionales de AMLO replanteen sus dogmas. Y que el país se forme una opinión.
Twitter: @PabloHiriart