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Atril: Para que no nos llegue el smog

Tanto se dice en los medios de comunicación sobre las medidas emergentes en la Ciudad de México, que en Morelos mucha gente está confundida. Creen erróneamente que el “hoy no circula” operará en suelo morelense, que también aquí los automóviles con placas de Morelos no podrán transitar un día a la semana. Les afecta el hecho de que todos los vehículos con láminas locales no deben circular allá un día por semana, aunque tengan el doble cero. Esto porque cientos de automovilistas de Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Zapata, Cuautla y Xochitepec viajan de lunes a viernes al ex Distrito Federal por razones de trabajo o estudio. Habituados al coche, se resisten a desplazarse en autobuses y una vez allá a usar el Metro, taxis y micros. Se quejan: ni que fuéramos chilangos. Pero en cierto sentido sí, siendo como es Morelos parte de la Megalópolis que integran la CDMX así como las zonas conurbadas del nuestro y los estados de México, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo. Dicho en otras palabras: tan cerca del De Efe y tan lejos de Dios, porque sin tener culpa del smog que asfixia a los capitalinos nos pegan las medidas de emergencia que dictó la Comisión Ambiental de la Megalópolis tras la crisis por el aire más contaminado que de costumbre en la tercera semana de marzo. Y no hay de otra; las circunstancias lo ameritan así paguen justos por pecadores. El problema de la contaminación del aire que causa daños a la salud de las personas viene de décadas atrás, advertido por científicos expertos en el estudio del medio ambiente pero soslayado por los políticos hasta que la crisis los agarró como al Tigre de Santa Julia para que por fin se pusieran las pilas haciendo hasta ahora lo que debieron hacer hace muchos años, entre otras cosas, que los camiones de carga transiten en la CDMX nomás de las diez de la noche a las diez de la mañana, que los vehículos con placas federales también sean sujetos a la verificación de contaminantes o sacar de la circulación un día a la semana y un sábado al mes a los vehículos sin que importen los números de placas. Pero la dichosa Comisión Ambiental se queda corta, ve la superficie y no alcanza a observar el fondo. “El hoy no circula es una medida emergente pero no es la solución, lo que necesitamos en Morelos es un transporte masivo no contaminante”, expuso el gobernador Graco Ramírez en el acto donde se dieron a conocer las medidas que deben aplicarse en Morelos para evitar una contingencia ambiental como la ocurrida en la CDMX. Alertó sobre acciones urgentes que, si ahora no son llevadas a la práctica, en sólo cinco años Cuernavaca y su zona metropolitana presentarán una crisis ambiental. Se trata, definió Graco, de “adoptar un programa de movimientos de transporte en horarios definidos y, llegado el caso, imponer suspensiones escalonadas de circulación”,  lo cual ocurrirá en base a los estudios del Centro Mario Molina y de otras organizaciones en torno a la calidad del aire en Morelos. Comentada en el Atril del 8 de junio de 2014, una de esas “suspensiones escalonadas” se refiere al programa hasta hoy no ejecutado de “un día sin taxis” que saque de las calles de Cuernavaca a la mitad o la cuarta parte de los taxis para que, además de equilibrar la oferta con  la demanda, aligeren el tráfico vehicular y sea menor la emisión de gases contaminantes. También modernizar el parque vehicular de las rutas, sustituyendo las carcachas de modelos anteriores al 2006 con nuevas por medio de créditos bancarios mediante el aval del gobierno para los concesionarios que tienen una sola unidad pero no así para los “flotilleros” que pueden avalarse a sí mismos, pues ricos son algunos de los autodenominados líderes del transporte. Igualmente, introduciendo lo que en Cuernavaca sería una novedad, el Morebús que no ha pasado de proyecto por la oposición de los dirigentes de organizaciones de permisionarios de rutas. Más aún: revivir la vieja idea del tren urbano sobre el camellón del Paseo Cuauhnáhuac, inicialmente del hospital regional del Seguro Social a la colonia La Joya y andando el tiempo a partir de ahí pasando por el Cañón de Lobos hasta Cuautlixco. O el ideal de los automotores eléctricos e híbridos. Habida cuenta los crecimientos exponenciales de la población y de vehículos de servicio público y particular, esto que ahora parece fantasía debe ser realidad… antes de que la crisis chilanga nos alcance, entonces el aire envenenado nos pique los ojos y lloremos como como mujeres lo que no supimos defender como hombres… ME LEEN MAÑANA.

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