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SERPIENTES Y ESCALERAS

La gente está enojada y tiene razones para estarlo. La situación es crítica en el país y en el estado, las cosas no marchan bien y los actos de poder son cada día más cínicos y ofensivos. El sentir de la población era de frustración y tristeza; ahora comienza a volverse odio y deseos de venganza. Cuidado con estas reacciones.

 

Poco a poco el enfado ciudadano hacia los actos de autoridad en Morelos se han vuelto más notorios. Las expresiones de enojo se presentan de diferentes maneras: se ven en las calles, se escuchan en las mesas, se comentan en los pasillos, se leen en las redes sociales y aparecen en los actos públicos. En Morelos los ciudadanos están molestos con lo que está pasando y lo demuestran cada día de muchas maneras. La gente ha pasado del miedo a la desesperación y de la desesperación al enojo. Hombres y mujeres de poder deben tener cuidado con las reacciones sociales que están provocando.

El enfado ciudadano se manifiesta en todo el país. El presidente Enrique Peña Nieto se refirió a él como un “mal humor social” que prevalece pese a que las cosas en México van avanzando. En su último informe de gobierno el mandatario federal alude ese mal humor social cuando refiere que “las cosas buenas poco se cuentan, pero cuentan mucho”. El gobierno de la república intenta atajar este sentimiento colectivo que no reconoce los logros y exalta los yerros, pero hasta ahora sus esfuerzos no han tenido los resultados esperados.

En Morelos también existe un mal humor social que resulta de la mezcla de hechos que tienen que ver con la situación del país, pero que fundamentalmente se basan en acciones u omisiones de la administración local. Personalmente nunca antes había visto un ambiente social tan adverso como el actual; jamás me tocó vivir un momento en donde el sentimiento colectivo fuera tan hostil hacia una administración pública y en contra de los gobernantes.

La imagen de Graco Ramírez ha ido cayendo desde el primer día de su administración. Aquellos aspectos que a Graco le hicieron crecer como candidato, que le generaron simpatía social, que le permitieron tener acceso a numerosos grupos sociales y que le impulsaron a ganar la gubernatura, se esfumaron.

Contrario a lo que hace el gobierno federal en su cuarto año, cuando reconoce fallas y hace un esfuerzo de autocrítica, en Morelos la postura es diametralmente opuesta. Aquí la publicidad refleja la personalidad del titular del ejecutivo, insiste en negar la realidad y desecha la crítica. Para Graco Ramírez y para su administración no hay nada de que arrepentirse, ni temas pendientes por resolver; al cuarto año el mensaje es graquiano: ¡Compromiso cumplido!. “Me los chingue” diría Cuauhtémoc.

En el escenario político nacional y estatal hay aspectos que vale la pena observar con cuidado. Poco a poco el enojo ciudadano ha ido escalando niveles hasta convertirse en un odio personal hacia los personajes de poder. La semana pasada el país conoció de la mutilación se seis personas a quienes les cortaron las manos por, supuestamente, dedicarse a delinquir. También vimos la ejecución de un juez federal y a nivel estatal el conflicto colectivo en una población (Totolapan) en donde la gente explotó y la violencia volvió a hacerse presente.

Desde hace un par de años el gobierno de Graco Ramírez comenzó a perder el control de las cosas. En esa fecha aparecieron las primeras muestras de repudio colectivo en actos públicos y comenzó a notarse más claramente que las cosas iban mal. Fue en el Morelos Open y en la inauguración del estadio Agustín Coruco Díaz cuando la gente perdió el miedo, rompió los protocolos y expresó abiertamente su sentir a la autoridad.

De ahí a la fecha los abucheos al tabasqueño no han cesado. Este tipo de expresiones se han presentado en los actos públicos, en las ceremonias cívicas, en inauguraciones, en reuniones sociales, en las manifestaciones  de las calles y ahora hasta en las fiestas populares. Primero era el grito a Graco cuando hacía acto de presencia; ahora es el grito de odio a Graco, tan solo por escuchar su nombre.

La reacción del gobernante progresista ante el enfado ciudadano es la de un cobarde que ofende cuando se siente protegido por su equipo de seguridad, pero se oculta cuando sabe que no puede controlar la situación. Hace unas semanas el tabasqueño acudió a un partido del Zacatepec y cuando se dio cuenta que un ciudadano le veía fijamente, le devolvió la mirada y abiertamente le mentó la madre; la respuesta del aficionado fue colérica, a gritos comenzó a insultar al gobernador y a él se sumaron de inmediato otros aficionados que en el mismo tono repudiaron la presencia del tabasqueño en el palco del estadio Coruco Díaz. La gente ya le perdió el miedo a Graco y el respeto a su investidura de gobernador.

Me queda claro que al tabasqueño ya no le importan este tipo de situaciones. Es evidente que los ojos del gobernador y de su familia ya están puestos en lo que sigue para ellos y desde tiempo atrás dejaron de interesarse en lo que opine la gente de esta tierra. Es más, en su irracionalidad, el gobierno de nueva visión está sumando a su causa a los otros poderes y ha hecho de los demás representantes populares una copia de su actuar; los ha convertido en enemigos de la gente. El congreso es un claro ejemplo de ello.

Graco Ramírez utilizó a los diputados como carne de cañón para sacar adelante sus ideas, no tuvo empacho en actuar a través del congreso y procesar desde ahí sus ideas. Los legisladores se prestaron a ello, se convirtieron en el brazo ejecutor del mandatario y al hacerlo se volvieron en parte de la misma historia. El odio a Graco es ahora también el odio a los diputados.

Este fenómeno no es cualquier cosa y debe verse más allá del ámbito político. La mezcla de situaciones y decisiones que están tomando al alimón el ejecutivo y el congreso están lastimando seriamente a muchos sectores, afectan a miles de familia y en algunos casos trastocan de por vida a cientos de ciudadanos.

Hasta ahora la única reacción que hemos visto es de enojo, de desesperación, de tristeza o de impotencia. Muchos de quienes son afectados por este tipo de acciones han entrado a un estado de shock en donde la primera reacción es el disgusto y la depresión, pero puede ser (la historia en el mundo así ha sido siempre) que en breve el enfado se transforme en ira y la depresión se vuelva acción. Cuidado con aquellos que sintiéndose desesperados pudieran tomar algún otro tipo de actitudes en contra de los actores de poder.

En el tema de la seguridad la gente ha comenzado a organizarse, toma medidas con sus vecinos, organiza comunidades y en casos extremos, asume la justicia en propia mano. Puede ser, si los políticos locales insisten en lastimar tanto a la ciudadanía, que alguien se desespere, que pierda la razón y decida tomar venganza personal contra aquel o aquellos que le están destrozando la vida. Ya ha pasado en México y en varias partes del mundo.

Personalmente nunca antes había visto tanto rechazo ciudadano hacia un gobierno. Es más: nunca antes vi que el desencanto social hacia un partido se transformara en odio personal hacia un grupo de personas.

Cuidado con que la situación se salga de control y la gente pase del enojo a la acción. Hoy en Gracolandia todo es posible.

-          posdata

El proceso de “reingeniería financiera” que lleva a cabo el Congreso del estado debe hacerse con mucho cuidado. El ajuste laboral que plantean los legisladores es la salida más adecuada, dicen, para enfrentar la crisis económica, pero este camino debe seguirse con mucha prudencia con aquellos trabajadores que llevan años al servicio del poder legislativo.

Cuando Jaime Álvarez dijo que se contrataron más empleados de los necesarios, entendemos que el reacomodo de piezas será ahí, entre los recién llegados. Los acompañantes de los diputados son los que menos tiempo tienen y consecuentemente los que más fácilmente pueden ser removidos.

Ojo: si los empleados que llevan varios años al servicio de la cámara se inconforman y demandan, la salida al problema se convertirá en un conflicto mayor. Simple: trabajador que no renuncie y demande, gana.

-          nota

David Jiménez González fue recientemente nombrado magistrado integrante de la Octava Sala del Tribunal Federal de Justicia Administrativa con sede en Cuernavaca, Morelos.

Morelense de gran trayectoria política y reconocimiento social, David fue recibido así por Hugo Salgado, otro morelense ilustre:

Maestro y amigo, el Magistrado David Jiménez González, aunque lastime su modestia.

No he decirte, como muchos otros, bienvenido puesto que no te has ido.

Morelos es tu casa y ni como Diputado, como Senador o integrante de la Legislatura del Distrito Federal ó como Delegado en la hoy Ciudad de México, ni como Magistrado, has cambiado tu residencia.

Te honra el interés sostenido y genuino por los sucesos de esta entidad, que tan bien conoces y que te es tan entrañable como para nosotros.

Estás en esta tierra de Zapata como prenda, como garantía de que la justicia es la prioridad vital del Estado. Esta comunidad política que se llama México tiene hambre y sed de justicia y esa necesidad es mayor en Morelos.

El servicio de justicia requiere de buenos Jueces y mejores Magistrados; buenas Leyes, nosotros, los del oficio, preferimos las dos primeras.

Justicia cercana a los justiciables, sin los estorbosos ropajes de la solemnidad curial, justicia simple, justicia sencilla, justicia, a secas.

Este Tribunal, que sin parecerlo, es nuevo, constituye un alto valladar en la lucha contra la corrupción y contra la impunidad, es trinchera en esta guerra de enemigos emboscados, de grandes intereses, que hacen sentir inerme al ciudadano a quien la autoridad ha violentado.

Abrigamos fundadas esperanzas, tu historia te precede como Magistrado con justicia a secas, esa que exige la población.

Tu rigor en el trabajo, tu vocación magisterial para quienes sirven contigo siempre se hace  presente.

Como Presidente Municipal navegaste entre las aguas turbias de la política de campanario y la soberbia virreinal del centralismo feroz. Ocupaste en el Gobierno, con solvencia y dignidad, el cargo administrativo y político de mayor relevancia, la Secretaría General de Gobierno de Morelos, Presidiste con eficiencia y exigencia, el Tribunal Superior de Justicia del Estado, con ese momento llegaste primero a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y luego a la de Senadores.

Morelos tuvo voz en el Poder Legislativo Federal y muchos de sus esfuerzos fueron apreciados.

Con esa carga, política, profesional, ejecutiva y de amistades, has asumido esta noble responsabilidad de justicia administrativa colegiada, acompañando a excelentes Magistrados, Señoría María del Pilar Azuela Bohigas y Señoría Manuel Lucero Espinosa, presididos siempre por la seria y enérgica dirección del Magistrado Presidente Dr. Manuel Luciano Hallivis Pelayo.

El Capítulo Morelos de la Academia Mexicana de Derecho Fiscal acompañará sus trabajos y apoyará, conforme a sus estatutos, los esfuerzos de esta Sala Regional y cumplirá con transmitir y generar una mejor y amplia cultura fiscal.

Sabemos el qué y el cómo pedir pero, también sabemos el qué y el cómo no pedir.

-          post it

Cuentan los que saben que próximamente el GPPRD crecerá su representación con la suma de otros legisladores. Así sucedió en la segunda mitad del sexenio de Marco Adame y todos sabemos cómo terminaron las cosas.

¿Dónde quedaron aquellos personajes que de último momento se volvieron Adamistas? ¿Dónde estarán en el 2018 los que ahora se llaman Graquistas?

-          redes sociales

Las redes sociales son un poderoso vehículo de información; permiten estar sin estar en muchos lugares, gracias a la generosidad de quienes comparten hechos, momentos y situaciones.

A través de las redes sociales, en un video de ADN, pudimos ver y escuchar la reacción de los asistentes a la inauguración de la feria de la cecina en Yecapixtla. Cuando el secretario de gobierno Matías Quiroz nombró a Graco Ramírez, la sola mención del tabasqueño provoco gritos, rechiflas y expresiones de odio hacia un personaje que se ha ganado a pulso el desprecio colectivo de la gente. El secretario Matías tuvo que engullir tubérculo poblano y terminar rápido su discurso, porque la gente ya no lo dejó hablar.

Otro momento interesante es el que comparte Luis Roberto Rodríguez, cuando relata el enfrentamiento verbal público que tuvieron el actual jefe de prensa del gobierno estatal Miguel Sandoval y el hijastro del gobernador Rodrigo Gayosso:

-          ¡Ya te dije que no te metas en mis cosas!

-          ¡Yo no soy perredista!

-          ¡Por algo llegaste al gobierno!

¡Zas! Lo dicho: Cero… y serán tres.

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