¡López Obrador tiene la razón!
Lo confieso, nunca pensé que llegaría el día en que reconocería que Andrés Manuel López Obrador tiene toda la razón.
Y es que el dueño del partido Morena dijo —en su campaña presidencial ilegal, por Chihuahua— que los nuevos magistrados del Tribunal Electoral Federal “no son jueces con dimensión democrática, son gente sectaria que solo obedecerá las indicaciones de los integrantes de la mafia del poder”.
Además, calificó de “farsa” el nuevo Tribunal Electoral y —al estilo de su “gota de agua”, Donald Trump— dijo que “a pesar de que los dados están cargados vamos a participar en la elección y vamos a ganar”.
Y tiene razón López Obrador, porque no es secreto que la integración del nuevo Tribunal fue un proceso constitucional manoseado y desaseado al extremo del insulto, como lo documentamos en el Itinerario Político del 4 de julio y del 11 de octubre, respectivamente.
En los dos casos documentamos que se trató de uno de los procesos “más manoseados” por los poderes Judicial y Legislativo; por ministros de la Corte y partidos, en donde imperaron antidemocracia, autoritarismo, sectarismo, la línea vertical de jueces y partidos y en donde se ratificó que la concepción de órganos autónomos y ciudadanos está muerta, tanto en el INE, como en el TEPJF.
Por eso, todos los nuevos ministros tienen padrino.
Por ejemplo, José Luis Vargas Valdez llega gracias a padrinos como Santiago Creel y Manlio Fabio Beltrones. Mónica Aralí SotoRascón tiene de padrino a Emilio Gamboa. Felipe de la Maza Pizaña llega gracias a madrinas como Margarita Luna Ramos y Arely Gómez, titular de la PGR. Felipe Alfredo Fuentes Barrera es cuadro del presidente de la Corte.
Además, Nanine Madeline Otálora Malassis tiene como madrinas a Alejandra Barrales y Amalia García, mientras que Indalfer Infante González tiene como padrinos al magistrado Constancio Carrasco Daza y al senador Miguel Barbosa, y lo apoyan en el PAN y el PRD. Y Reyes Rodríguez Mondragón pertenece al grupo político de Roberto Gil Zuarth y tiene todo el apoyo del PAN.
Es decir, que nada importaron trayectorias, capacidades, conocimiento y experiencia. Más aún, algunos de los mejores calificados quedaron fuera. Y es que se trató de una grosera “tómbola” en la que imperó el amiguismo, la lealtad y la sumisión.
Por eso tiene toda la razón el ilegal candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, quien denunció que “los dados están cargados”. Y es que, en efecto, tanto el INE como el TEPJF son instituciones groseramente manoseadas para dar lugar a insultantes cuotas de poder.
Pero lo curioso es que es el mismo López Obrador que hoy se queja de ese grosero manoseo y de las insultantes cuotas de poder; que se queja de la falta de equidad, de la ausencia de ciudadanos, del autoritarismo, la antidemocracia, el sectarismo y los arreglos mafiosos, es producto de toda esa porquería.
Olvida que quedó fuera del Tribunal el mejor calificado en materia electoral, Rodolfo Terrazas, quien casualmente en el Tribunal del DF impulsó la tesis de que AMLO no cumplía con el requisito de residencia, en 2000.
AMLO también olvida que gracias a que los consejeros del INE y los magistrados del Tribunal Electoral saliente son serviles a PRI, PAN y PRD, no han declarado que su campaña —la de López Obrador— es ilegal. Y gracias a ese acuerdo entre los mismos partidos que hoy volvieron a controlar el Tribunal, López Obrador puede recorrer el país en campaña ilegal.
Olvida AMLO que en Morena todos los cuadros, dirigentes y candidatos son elegidos al gusto del dueño del circo llamado Morena. Es decir, en ese partido se practica como dogma todo lo que AMLO cuestiona en otros partidos —como PRI, PAN, PRD—, y en la vida democrática toda.
¿Qué fue la tómbola de candidatos de Morena, si no una simulación idéntica a la que hoy integró a los nuevos magistrados del Tribunal Electoral y que duramente cuestiona AMLO?
Sí, tiene razón López Obrador.
Todos son una porquería, empezando por AMLO y por Morena.
Al tiempo.