CÓMO “JODER” A MÉXICO
Luis R. Aveleyra
“No creo que ningún presidente se haya levantado pensando, y perdón que lo diga, cómo joder a México…”
Enrique Peña Nieto
Definido en el diccionario en su primera acepción como práctica de coito o fornicación; luego como verbo transitivo que significa molestar, fastidiar, estropear o impedir alguna cosa, y en tercera como interjección de sorpresa, admiración o fastidio, el castizo vocablo “joder” fue usado por el presidente Enrique Peña Nieto al afirmar que nadie se levanta pensando como fastidiar al país que cree o piensa en su modesto cerebrito que gobierna.
Si atendemos al significado puro del término creo que por enésima vez el mandatario se equivocó. Veamos los porqués.
Olvidando o haciendo de lado el primer significado del vocablo, aunque en algunos casos quedaría más que perfecto, por ejemplo en economía no podemos estar peor, en el pago de impuestos porque nos han subyugado tanto que casi, casi, el SAT nos dice “agáchate más”, “relájate y siente” o la clásica expresión de “flojito y cooperando…”
Es muy probable que el mandatario no se levante pensando en cómo joder a México pero sus colaboradores sí.
En política, el peor de los pecados es el de la omisión, pues con él se cometen barbaridades y con la aquiescencia de quien manda cuando se deja a los subordinados que abusen del poder y de la confianza otorgada, pues los resultados amén de catastróficos muestran la debilidad de los gobiernos.
Se jode a México con un Secretario de Gobernación como Miguel Ángel Osorio Chong, que en vez de dedicarse a lo suyo está en permanente promoción de sí mismo y con el suspiro de ser candidato presidencial, se ha olvidado que los titulares de ese importante ministerio, son mudos, ayudan a su jefe y se deben a él callada, quieta, reposadamente. Quien actualmente despacha en el viejo palacio de Bucareli, busca el efecto mediático, los reflectores, en insulsos actos dizque públicos que sólo sirven para realzar su limitada capacidad y su no menos pueblerina oratoria.
Se jode a México, con una Secretaria de Relaciones Exteriores como Claudia Ruiz Massieu Salinas, que nos quiere presumir a cada rato y hasta la saciedad su horrible inglés, que piensa que autopromviéndose en algunos foros de los Estados Unidos es la gran cosa, que se menea como pavorreal pero que en su limitada inteligencia no ha sabido dar golpe en materia de política exterior, que fue quien nombró al señor Roemer como embajador en la UNESCO y seguramente acaricia aspiraciones presidenciales, legítimas pero lejanas. Ni siquiera con Felipe Calderón Hinojosa hubo tal mediocridad en esa importante cartera.
Se jode a México cuando usted señor presidente Peña Nieto ha sido incapaz de poner en orden a la cauda de exgobernadores ladrones como César Duarte Jáquez de Chihuahua, Rodrigo Medina de la Cruz de Nuevo León, los hermanitos de Coahuila, o los de Tamaulipas, cuando siga impune el ex de Veracruz; cuando su gobierno es omiso en escuchar el clamor de pueblos enteros como el de Morelos que tiene que soportar al mendaz e infame Graco Ramírez Garrido Abreu, o bien ha permitido que otros más abusen del poder sin recato y en muestra de franca descomposición del sistema político.
Jode a México que el Senador Emilio Gamboa Patrón amarice sobre un arrecife protegido y que no pase nada porque el señor tiene fuero constitucional.
Jode a México pensar que lejos de tener un presidente que sea el gozne de unidad de la nación, se ha encargado de enemistarse con sectores completos y divorciarse de las legítimas aspiraciones de justicia de un pueblo que clama por un mejor gobierno.
Jode a México que su presidente sea omiso y permisivo con la exagerada corrupción y venalidad de los servidores públicos, las mañas en las licitaciones, los contratos de obra y los “moches”, que son motivo de escándalos y muestran cada vez más osadía y desvergüenza.
Jode a México la abultada deuda pública interna y la poca pericia en materia económica que nos tiene al borde del colapso, aunque se nos diga que las condiciones internacionales nos prohijaron la actual circunstancia.
Tal vez los mexicanos creeremos que usted no se levanta con el ánimo de joder a México cuando se llame a cuentas a su amigo y protegido el señor Alfredo Castillo, a quien le creó un superpuesto como Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral en el estado de Michoacán, más allá de la Constitución y en contra de la soberanía de dicha entidad federativa, donde cometió los peores dislates con funestas consecuencias.
Duele y jode, la guerra intestina que cobra vidas cada día, la incertidumbre e inseguridad en las calles, la sensación de dolor y de hartazgo por la carencia de convivialidad y de condiciones mejores.
Jode, señor presidente, que en México la pobreza sea el común denominador de más del 50% de los connacionales y que en cuatro años lo más que pudo hacer su gobierno fue persistir en las mismas políticas y prácticas de los anteriores gobiernos.
Jode a México que sus tan llevadas y traídas reformas estructurales llegaron con veinte años de retraso y que sólo servirán para hacer de México un país dependiente, sin voz ni voto, carente de soberanía.
Jode a México la falta de imaginación y visión políticas, la ausencia de la gobernanza, la incuria, y los desmedidos apetitos de poder, el deseo insaciable de medrar por parte de quienes le rodean.
Gracias señor presidente por todo ello, seguramente algunos mexicanos le vivirán eternamente agradecidos, pues los más rogaremos al cielo que no se levante con ganas de joder a México, de lo contrario, ni siquiera nos imaginamos lo que pudiera suceder.