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Rodrigo Gayosso: “Ya somos muchos… Y los que faltan”

Más que muestra de unidad y fortaleza, la incorporación de manera pública de tres diputados locales al grupo parlamentario del PRD, evidencia la grave crisis que vive este instituto político en Morelos y, específicamente, el grupo de allegados y cómplices afines al gobernador Graco Ramírez y a Rodrigo Gayosso. ¿En verdad era necesario hacer público lo que en los hechos ya ocurría?

Al sumar a sus filas a Julio Espín y hacerlo su coordinador parlamentario, el PRD amplió su margen de operación política e interlocución en el Legislativo local como nunca en esta legislatura. La agenda marcada desde el Ejecutivo estatal, una vez discutida al interior del grupo de diputados perredista, no tenía problema alguno al someterse al pleno o en alguna comisión.

Ante esto, Silvia Irra, Manuel Tablas y Edwin Brito, al sumarse al PRD, se volvieron tan sólo una herramienta de la mafia que hoy gobierna Morelos para mandar un mensaje de “iEl PRD Graquista Vive!” a los olvidados y maltratados militantes perredistas, los de a pie, a sus simpatizantes, a los que ya no creen en la Visión Morelos, los que han comenzado a regresar al PAN, a verlo con simpatía o a sumarse a otras fuerzas políticas.

La expresión de “Ya somos muchos… y los que faltan”, que decía ayer un sonriente en extremo Rodrigo Gayosso previo a la rueda de prensa para anunciar que ya son 12 los diputados perredistas y que próximamente anunciará la conformación de un gran bloque progresista, en realidad es un grito desesperado para darle vida artificial a un proyecto sin apoyo popular, a cuya cabeza abuchean aún en ausencia, que teme enfrentarse como gobernante a sus propios electores, que se da baños de pueblo en un blindado World Trade Center, que de diez diputados federales por Morelos que convoca sólo acuden dos, que ha sido incapaz de mitigar la quiebra de los ayuntamientos, que a nadie convence con su campaña de rendir cuentas, ni de pregonar que cumple compromisos, que crea empleos y que ha disminuido los índices de inseguridad.

Anunciar con bombo y platillo que ya son 12 los diputados perredistas y que faltan más, en términos futboleros no es más que darse ánimos en el minuto 89 entre jugadores de un equipo que tiene el árbitro a su favor, que cuenta con más recursos que nadie, que tiene más jugadores en la cancha, que juega en su propio estadio que está -aún sin estacionamiento- lleno de acarreados, con reglas puestas y aplicadas a modo, pero que, sin embargo… pierde por goleada.

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