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Utilizando a un ex empleado de una de sus empresas y un chofer de ruta como prestanombres, la Secretaria de Infraestructura y Transporte de Coahuila, María Esther Monsiváis Guajardo, ha facturado este año a la Administración de Rubén Moreira al menos 24 millones de pesos a través de la empresa fantasma Riviera Álamo.
Una investigación de Grupo Reforma comprobó que Riviera Álamo, una firma "pantalla" a la que el Gobierno coahuilense pagó este año más de 24 millones de pesos, está ligada a Monsiváis Guajardo y su esposo, Fernando Martínez Garza.
Actualmente, Riviera Álamo, con domicilio en Saltillo, tiene como dueños a dos prestanombres de la funcionaria: Valentín Moreno González y José Santos Javier Garza Lizcano.
Según registros patronales del IMSS, a los que este medio tuvo acceso, Moreno González, uno de los supuestos dueños, fue empleado de la empresa Concordia Ferma, entre el 10 de agosto de 2012 y el 31 de mayo de 2014, teniendo un sueldo base de 125 pesos diarios, unos 3 mil 750 pesos al mes.
De acuerdo con información obtenida en el Registro Público de Nuevo León, Concordia Ferma, registrada el 19 de julio de 2011 en Monterrey, tiene como dueños a Monsiváis Guajardo y su esposo.
Moreno, cuyo domicilio personal está ubicado en una vivienda popular en la calle Camboya, en la Colonia Nuevo Amanecer, en Apodaca, Nuevo León, se convirtió en "empresario" tras trabajar para Monsiváis y su esposo.
Luego de laborar en Concordia Ferma hasta el 31 de mayo de 2014, Moreno sorpresivamente apareció tres días después, el 3 de junio de 2014, como dueño de Riviera Álamo, la empresa que ahora factura millones de pesos a Coahuila.
Garza Lizcano, el otro "propietario" de Riviera Álamo, es un ex chofer de ruta que tiene su domicilio en la Colonia Pedregal de Santo Domingo, un sector popular de San Nicolás de los Garza, Nuevo León. Dentro del Gobierno de Coahuila, Monsiváis es considerada la funcionaria más cercana y la principal operadora financiera y política de Rubén Moreira.
"Marucha, como se le conoce, se mete en todas partes", dijo una fuente del Estado. "Lo mismo en la Oficina del Ejecutivo, que en Sedesol o en la Tesorería. Tiene todo el poder dentro de la estructura estatal.
Al inicio del actual sexenio, era la jefa de la Oficina del Ejecutivo y desde ahí manejaba toda la Administración".
El 26 y el 27 de septiembre, Grupo Reforma reveló que el Gobierno de Coahuila pagó decenas de millones de pesos del erario a empresas fantasmas, entre ellas a Riviera Álamo.
A esta firma, localizada en una bodega de la calle Irlanda 910, interior A, en la Colonia Villa Olímpica, en Saltillo, le han pagado al menos seis facturas por 24 millones 250 mil pesos del erario coahuilense a pesar de no estar en el Padrón de Proveedores y Contratistas del Gobierno estatal.
Datos del Registro Público detallan que Riviera Álamo maneja 15 giros que van desde la construcción de viviendas, obra civil y desarrollos inmobiliarios hasta la tramitación de permisos y certificados y asesorías en obras portuarias y aeroportuarias e incluso la producción de granos y forrajes.
La "todóloga" lo mismo factura al Gobierno de Coahuila bolos infantiles que cobijas o paquetes electrodomésticos en contratos obtenidos sin licitaciones públicas.
Por ejemplo, a través de dos facturas, el pasado mes de abril, el Gobierno de Moreira le pagó 7 millones de pesos por 700 mil bolos infantiles.
Fuentes de la Secretaría de Finanzas coahuilense indicaron que, por orden del subsecretario de Administración, Julián Montoya, los cheques para varias firmas, entre ellas Riviera Álamo, deben agilizarse y ser pagados en forma.
Durante una comparecencia ante el Congreso del Estado para aclarar los pagos a firmas desconocidas, el 18 de octubre el tesorero de Coahuila, Ismael Ramos Flores, aseguró que ninguna de las empresas es fantasma, pero no mostró constancias oficiales de la entregarecepción de las adquisiciones ni fotos o videos de los productos y servicios contratados.
En tan sólo 3 días, Valentín Moreno González, ex empleado de la empresa Concordia Ferma, propiedad de la Secretaria de Infraestructura y Transporte de Coahuila, María Esther Monsiváis, se convirtió en un próspero "empresario", al que la Administración de Rubén Moreira le pagó este año al menos 24 millones 250 mil pesos.
En su paso por Concordia Ferma, propiedad de la funcionaria y su esposo, Fernando Martínez Garza, Moreno González tuvo un salario base de cotización de apenas 125 pesos diarios.
Registros del IMSS a los que Grupo REFORMA tuvo acceso establecen que el empleado laboró con la funcionaria entre el 10 de agosto del 2012 y el 31 de mayo del 2014.
Tres días después, el 3 de junio del 2014, Moreno González creó la empresa Riviera Álamo, junto al chofer José Santos Javier Garza Lizcano, en una operación similar a la que comúnmente realizan los prestanombres.
Riviera Álamo, con domicilio en Saltillo, es una firma "fantasma" a la que el Gobierno coahuilense le ha dado millones de pesos sin licitación.
La empresa no está dentro del Padrón de Proveedores y Contratistas del Gobierno del Estado, que le ha adjudicado todos los contratos de este año a través de asignaciones directas.
A pesar de facturar millones al Gobierno de Rubén Moreira, Moreno González, uno de los "propietarios", tiene domicilio en la calle Camboya 515, de la Colonia Nuevo Amanecer, en Apodaca, un sector popular de la zona metropolitana de Monterrey.
Al acudir al sitio, una mujer que se identificó como su mamá, pero que se negó a dar su nombre, dijo que su hijo tenía dos años de haberse ido a vivir a Saltillo.
"Desconozco a qué se dedique allá, no tengo conocimiento de que tenga una empresa", comentó escuetamente la mujer.
En el caso de Garza Lizcano, según los registros del IMSS, era chofer de la ruta urbana 124 antes de convertirse en "empresario".
Éste también tiene su domicilio en un sector popular: la calle Manuel Rivera Anaya 240, de la Colonia Pedregal de Santo Domingo, en San Nicolás de los Garza, Nuevo León.
"Nunca hemos sabido que tenga negocio, menos en Saltillo", dijo uno de sus vecinos, que admitió conocerlo desde hace varios años.
El giro principal de la empresa fantasma Riviera Álamo es la construcción y urbanización, pero también la tramitación de servicios y certificados, la realización de convenios, la consultoría en maniobras portuarias y aeroportuarias y servicios aduanales, hasta la producción de granos y forrajes.
Sin embargo, los contratos asignados sin licitación por el Gobierno de Coahuila son por conceptos que van desde cobijas térmicas, hasta al menos 6 mil 100 paquetes de electrodomésticos y 700 mil "bolos" infantiles (bolsas de dulces).
Este año, la Administración de Moreira le ha pagado a Riviera Álamo al menos seis facturas por un total de 24 millones 250 mil pesos.
El pasado 18 de octubre, al acudir a aclarar los pagos a las empresas "fantasma" ante el Congreso de Coahuila, el Secretario de Finanzas, Ismael Ramos, dijo que las compañías estaban dadas de alta ante el SAT.
Cuando los Diputados le preguntaron si había constancia de que se hubieran recibido los materiales facturados dijo que sí, pero no mostró fotos ni videos ni constancias de entrega-recepción ni nombres de quién entregó y quién recibió las mercancías.
El funcionario se comprometió ante los Diputados a presentar "en un futuro" las pruebas de las adquisiciones.