TERTULIA POLÍTICA

 

 

Nada es más aberrante y ofensivo para los morelenses, que la posición simuladora, agachona, servil y convenenciera, de aquellos que están en condición de resolver los problemas que nos agobian, parar los ríos de sangre que inundan los 33 municipios, en los que a diario se registran ejecuciones, levantones y robos, pero no lo hacen.

     Me refiero a los senadores Fidel Demédisis, Rabindranath Salazar y Lizbeth Hernández, pero también al diputado federal presidente de la mesa directiva de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, el veracruzano Javier Bolaños Aguilar quien, por cierto, no ha ocupado el cargo para otra cosa, que no sea hacer negocios y conseguir beneficios personales. El señor Bolaños es bueno para facturar servicios de consultorías, de esas que no hacen nada más que repartirse el dinero con los contratantes.

     Lo anterior viene a tema, por el deleznable asesinato de cuatro jovencitos que cursaban la preparatoria en Jojutla, de donde eran originarios. Los 4 adolescentes fueron asesinados, desmembrados, abandonados y tirados como basura, en un paraje de la comunidad denominada La Nopalera, de Yautepec.

     Sobre el tema, fiel a su estilo oportunista, simulador y ramplón, el veracruzano Javier Bolaños vino a escupir condolencias y a ganar espacios mediáticos, a lamentar los hechos, a exigir que se investigue, pero nada más. 

     Antes de soltar sus declaraciones alegres, el diputado federal panista pidió permiso a quien lo tiene y mantiene en su nómina: Rodrigo Gayosso quien, me dicen, lo ha regañado de a feo, en más de una ocasión.

     Y lo creo, porque el problemita emocional que padece Rodriguito, lo obliga a ser iracundo, irracional y ofensivo con quienes están a su servicio, con sus gatos, en cuyo gatería, se encuentra el legislador federal panista que, por cierto, le debe la posición que ocupa al padrastro de Gayosso, el gobernador Graco Ramírez quien se encargó de conseguir la presidencia de la mesa directiva con Miguel Ángel Osorio, el secretario de Gobernación.

     Así las cosas, si el tal Bolaños estuviera tan preocupado por lo que pasa en Morelos, por los altísimos índices criminales; por al saqueo del erario y por la corrupción que inunda a las instituciones del Estado, ya habría aprovechado su cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto, en nada evento al que asiste de estorbo, para pararlo y exigir solución a los problemas que nos golpean a diario.

      Sumiso y servil como es, Bolaños no se ha atrevido a fijar una posición seria, responsable y comprometida en favor de los morelenses, desde la tribuna de la Cámara Baja del Congreso de la Unión. No toca a Graco Ramírez, pero para nada. No se atreve, sabe que le puede ser retirado su apoyo y perder las plazas que posee dentro del gobierno.

      El recurso es bien sencillo, su elaboración no requiere más que un par de horas; algo de valor, otro tanto de dignidad y un ligero aderezo de compromiso con la ciudadanía, para entonces presentar y dar curso al juicio político en contra del corrupto, vengativo y cómplice de asesinos que cobra como gobernador, Graco Ramírez quien, para colmo, ya ni siquiera vive en Morelos. Dejó la titularidad del Ejecutivo en manos de su hijastro, el mismo que lo ha retado a madrazos y ha amenazado con descobijar todas tus corruptelas y alianzas criminales. Las decisiones, supuestamente las toma el inepto, reducido y corrupto Matías Quiroz Medina, el pusilánime Secretario de Gobierno, que vive arrodillado a Rodriguito, como se dirige a su amo.

     Igual, me perece ridícula, un tanto estúpida y hasta ofensiva para el colectivo morelense, aquella posición asumida por los oportunistas y agachones que despachan como senadores, especialmente Fidel Demédisis y Rabindranath Salazar, quienes han recibido en la sede del senado a grupos de morelenses que, motivados por la selfie, acuden a engordar el caldo a irresponsables y cómplices del abuso de poder que, al omitir su responsabilidad, de enjuiciar a Graco Ramírez comparte la responsabilidad de que Morelos se desmorone.