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Serpientes y escaleras - Visión Morelos

Algunos le llaman karma, otros simplemente dicen que se trata del reflejo de sus actos. Al gobierno de nueva visión no le salen bien las cosas, pero no podría ser de otra forma: Graco siempre anda fuera, ocupado en otras cosas y su gabinete es incompetente. ¿Cómo podrían ser las cosas de diferente manera?

 

Hay ocasiones en la vida que las cosas no salen bien; algunas veces vienen rachas negativas que desgastan mucho y hacen que todo resulte de la peor manera. Algo así ocurre ahora con el gobierno de Graco Ramírez: las cosas no le salen, los problemas se le multiplican y hasta la naturaleza se pone en su contra. La seguridad, la economía y ahora los incendios se les escapan de las manos. Es imposible que las cosas le vayan bien a esta administración cuando su titular se la pasa fuera del estado y su equipo es incompetente. Lo que ocurre en la tierra de Zapata no es casualidad.

A lo largo de tres años la estrategia que ha seguido este gobierno es la de echar culpas al pasado: la inseguridad fue causada por otros gobiernos, la crisis económica es heredada y hasta los tropiezos de los nuevos funcionarios son culpa los gobernadores del PAN y PRI. Las primeras veces el discurso fue válido: el voto de confianza era alto, lo mismo que la expectativa de muchos quienes vieron en el tabasqueño a un personaje diferente a lo que habíamos tenido. Las cosas andaban mal, pero no era por culpa de Graco, pensábamos. 

Así transcurrió el primer año: todo lo malo era responsabilidad del pasado y todo lo bueno estaba por venir. La inseguridad se mantuvo, los secuestros continuaron, las extorsiones se incrementaron y las ejecuciones se volvieron cada día más sangrientas. Incluso el atentado que sufrió el procurador a manos (y balas) de la policía estatal fue causada por las malas vibras del pasado y los remanentes de gobiernos anteriores.

Paso el primer año y todo siguió igual: la inseguridad no mejoró, incluso empeoró, la violencia se hizo presente en todos los rincones del estado y los actos de corrupción comenzaron a mostrarse de manera cada vez más ofensiva. El gobierno estatal contrató varios créditos millonarios y elevó la deuda del estado de mil 500 a más de 6 mil millones de pesos con la promesa de que habría obras, empleos y bonanza económica para todos. El dinero se gastó, pero nadie supo en qué.

Llegamos al segundo año y el panorama se complicó: a pesar de la millonaria inversión en seguridad el ambiente no mejoró y el nombramiento de un nuevo secretario importado desde Tijuana, generó más dudas que certeza. Siguieron los muertos, los ejecutados y volvieron a aparecer cuerpos desmembrados al lado de mensajes que acusaban a los nuevos mandos policiacos de brindar protección a la delincuencia. No fue uno ni dos, fueron muchos los mensajes que se colocaron en bardas y puentes peatonales, constantemente acompañados de personas sin vida. Nada es cierto, se apresuraban a decir las autoridades sin siquiera investigar o poner atención a la gravedad de los mensajes. Hechos aislados, desafíos, cosa de percepción, algo normal… siempre hubo excusas para no indagar.

Llegamos al tercer año y las cosas siguen mal: Morelos está considerado un lugar sin tranquilidad, muy violento y profundamente endeudado. El último reporte de Paz en México ubica a nuestra entidad como el tercer lugar menos pacífico a nivel nacional y el secretariado nacional de seguridad pública no nos saca de los primeros cinco lugares en los cinco delitos de alto impacto. Aún así el discurso de Graco es triunfalista: estamos en paz, tenemos bonanza y la gente vive feliz. 

Ya entramos al cuarto año de administración neovisionista y no se ve cómo las cosas puedan mejorar. El gobernador se la pasa fuera del estado, haciendo política nacional, opinando de temas ajenos a Morelos y participando activamente en las campañas políticas de otras entidades. De tiempo en tiempo la familia real organiza viajes disfrazados de giras de trabajo (el último a Inglaterra) y permanentemente disfrutan la vida desde su departamento de Polanco. A los morelenses sólo les gusta quejarse, dice enfadada Elena Cepeda.

Y mientras el gobernador atiende asuntos de su partido a nivel nacional, juega a que es aspirante a la presidencia de la república, hace campaña en otras entidades y se mueve para intentar ser dirigente nacional del PRD, en Morelos su gabinete es de horror. 

Para el secretario de gobierno la violencia es natural y los muertos son desafíos de la delincuencia, la secretaria de turismo presume que Morelos “es seguro a pesar de la inseguridad” y reitera que la violencia “no afectan al turismo”; el secretario de desarrollo económico presume que el cierre de negocios no preocupa porque (caso Beraka) “era caro y sólo generaba 40 empleos”. El último eslabón de esta cadena de brutalidades lo dio ayer el titular de desarrollo sustentable, quien primero declaró extinto el fuego de Tepoztlán y luego, al conocerse el tamaño del siniestro, lo trató de minimizar diciendo que “no había nada de que preocuparse porque estaba lejos”. ¿Cómo puede un estado salir adelante con un gabinete así?

Pasada la segunda mitad del sexenio, con un gobernante ausente, un gabinete ineficiente y una familia arrogante, es terrible el panorama que se advierte para Morelos. A esta altura es imposible seguir enarbolando el discurso que rechaza los problemas y culpa al pasado, pero es tan patológica la actitud del tabasqueño que a pesar de todo sigue insistiendo en que los males son responsabilidad de los gobiernos anteriores y las cosas buenas aún están por venir.

El estado ya se le fue de las manos al gobernador. Ni en seguridad, ni en materia económica ni mucho menos en medio ambiente este gobierno puede presumir buenos resultados. 

Todo pasa en Morelos y nunca pasa nada. La gran ventaja para este gobernador es que la sociedad es pasiva y los políticos se vuelven cómplices. Aún así, no hay mal que dure seis años, ni pueblo que lo aguante. 

  • posdata

El querubín de la señora anda operando fuerte en el congreso, busca que los diputados desechen la solicitud de juicio político y le dejen manejar el fondo de infraestructura municipal. El dirigente perredista mete presión, amenaza, ofende y supone que con desplantes de junior va a espantar a los diputados. No es así.

La intervención de Rodrigo Gayosso en la cámara ya comenzó a generar problemas. El presidente del PRD se mueve como si él llevara la agenda política del estado y en sus charlas con coordinadores parlamentarios desconoce los acuerdos que los legisladores habían alcanzado con el secretario de gobierno. Matías es un pendejo, cuentan que dice el joven dirigente. 

El primer paso del hijo del gobernador es desactivar el juicio político, pero no le están saliendo bien las cosas. Hasta hace un par de semanas las condiciones estaban listas para que se desechara el expediente a partir del resultado de la auditoría; había acuerdos y compromisos firmes que se traducían en más de 20 votos, pero con la intervención de Gayosso las cosas cambiaron: se rompieron los acuerdos y se radicalizaron algunas posiciones; si bien no hay aún los sufragios suficientes para que el juicio político proceda, tampoco los hay para que sea desechado. El tema está entrampado.

Y es que la forma de operar de Rodrigo Gayosso es burda; no argumenta, amenaza; no convence, trata de comprar; no dialoga, impone. 

No es claro por qué el dirigente del PRD decidió intervenir en la vida interna del congreso. Fue después del tropezón de Hortencia Figueroa cuando dio el primer paso, pero no es comprensible la razón que llevó al calvo personaje a mover las cosas en un lugar donde todo estaba en orden y a favor del gobernador.

Habría que entender que por su conformación el congreso local es sumamente complejo. Hay once fuerzas políticas representadas en la cámara y más de un grupo dentro de cada bloque parlamentario. Conciliar tantos intereses no ha sido sencillo y se ha requerido de un enorme esfuerzo y atención permanente para mantener la gobernabilidad legislativa.

Habría que recordar que en la víspera de que iniciara esta legislatura y durante los primeros meses se conformó un bloque anti graquista que había conseguido ya los 20 votos necesarios para poner candados a la administración estatal. Luego vino un trabajo fino dentro de la cámara y una operación política excelsa que llevó a cabo Jaime Álvarez: lo que era un bloque anti graquista se convirtió en una mayoría aplaudidora y entonces todos se volvieron aliados del gobernador.

Pero esa situación está cambiando. La intervención de Rodrigo Gayosso ha desestabilizado la cámara, ha cambiado los escenarios y rompió varios acuerdos. De nueva cuenta se percibe un ambiente de incertidumbre que fácilmente puede generar hostilidades en contra del ejecutivo, producto de los movimientos que en la cámara está llevando a cabo el hijo pródigo.

Los primeros dos pasos dados por el dirigente del PRD en el congreso han salido mal. Sus intentos de cohechar o amedrentar a algunos legisladores no ha salido como esperaba y muy pronto podrían verse las consecuencias de sus actos. 

Tener mucho dinero en la bolsa no hace a nadie un buen operador; sobornar o amenazar tampoco. El único espacio en donde la nueva visión tenía estabilidad política, el congreso, está a punto de resquebrajarse. 

Hacer negocios no es lo mismo que hacer política. 

  • nota 

Guerrero es el estado menos pacífico de México, seguido de Sinaloa, Morelos y las Californias. El estudio lo realizó el Instituto para le Economía y la Paz y, de nueva cuenta, la tierra de Zapata aparece en los primeros cinco sitios, a pesar del discurso triunfalista del gobierno del PRD.

Así lo publica Milenio: 

Guerrero es el estado menos pacífico del país, de acuerdo con el , que elabora el Instituto para la Economía y la Paz; le siguen Sinaloa, Morelos, Baja California y Baja California Sur. 

De acuerdo con el estudio, publicado hoy, en el último año, la paz en México tuvo el menor avance registrado desde 2011, con el 0.03 por ciento, y se estancaron las mejoras en la paz en los últimos 5 años. 

El reporte señala que en 2015, la tasa de delitos con violencia y la de crímenes de la delincuencia organizada, disminuyeron 8 y 10 por ciento, respectivamente. 

"Sin embargo, esto se contrarrestó con un aumento del 6 por ciento en la tasa de homicidio, aunado al incremento de la tasa de delitos cometidos con arma de fuego y presos sin condena", se informó en un comunicado. 

Además, se hicieron ajustes en los datos para la falta de denuncia, mejor conocida como la "cifra negra". En el reporte también se evalúan los costos asociados a la violencia y los factores socioeconómicos relacionados con la paz, definidos como Paz Positiva. 

Destaca que desde el punto álgido de la guerra contra el narcotráfico en 2011, el nivel de paz en México mejoró 13 por ciento y que de acuerdo con el reporte, 25 de los 32 estados, son más pacíficos hoy que en 2011, con disminuciones de cerca del 30 por ciento en las tasas de delitos con violencia, homicidio y crímenes de la delincuencia organizada, entre 2011 y 2015. 

Sin embargo, señala, "es muy pronto para determinar si la ligera mejora en 2015 es una excepción a la tendencia de los últimos 5 años o si los niveles de paz seguirán estancados". 

Los cinco estados con mayores avances en sus niveles de paz en los últimos cinco años son Nayarit, Durango, Nuevo León, Chihuahua y Baja California. En 2011, estas entidades se encontraban entre los siete estados menos pacíficos. 

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula, Patricia de Obeso, coordinadora del Instituto de Economía y Paz en México, destacó que en el último año la paz tuvo el menor avance registrado desde 2011, con el 0.03 por ciento. 

"Medimos tasa de homicidios, delitos con arma de fuego, delitos con violencia, delitos del crimen organizado, secuestro, extorsión Y nos referimos también al sistema de justicia y a la tasa de presos sin condena en el país", explicó. 

El Índice de Paz México, producido por el Instituto para la Economía y la Paz, ofrece una evaluación integral de la paz en México, que detalla el nivel de paz en cada uno de los 32 estados de la República, durante los últimos 13 años. El análisis del IPM toma en cuenta diversas fuentes, encuestas y apoyo técnico de un panel de expertos.

  • post it

Dirigentes de partidos y algunos diputados preguntan ¿Quién paga la escolta que protege al presidente del PRD? Los cuestionamientos surgen desde varios lados y las respuestas se evaden en el gobierno: Pregúntenle a él, responde Matías Quiroz.

Pero el presidente del PRD no sólo tiene guaruras que le cuidan el físico, también tiene incondicionales que le protegen de cualquier cuestionamiento incómodo, es el caso del presidente de Nueva Alianza Felipe Castro, un sujeto limitado que ha encontrado en la sumisión un muy lucrativo negocio personal.

Dos rostros tiene el partido esmeralda en Morelos: uno sobrio e inteligente en el congreso y otro etílico y corrupto en la dirigencia. 

  • redes sociales

Desde ayer les pedimos apoyo con helicópteros. Desde ayer les advertimos que el incendio se iba a salir de control. Desde ayer solicitamos ayuda y no nos hicieron caso, dice el alcalde de Tepoztlán. “Mañana lo vemos con calma”, fue la respuesta del gobierno de Graco Ramírez. 

  • es viernes

Aunque sea con ventilador: hoy toca.

Comentarios para una columna acalorada: eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco www.facebook.com/Eolopachecomx

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