BLANCO VS LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Este jueves por la mañana empleados del ayuntamiento capitalino coartaron, por órdenes de Cuauhtémoc Blanco Bravo y Roberto Yáñez Moreno, la libertad de expresión en el estado, al mandar retirar de forma arbitraria y sin argumento sólido y legal los carritos en los que distribuimos nuestros 20 mil ejemplares diarios en Cuernavaca.
Las publicaciones, documentadas y con sustento, les han dolido tanto a quienes des-gobiernan la ciudad, que lejos de darle puntual respuesta a las acusaciones de corrupción, opacidad y la fabricación de una ciudadanía para el exfutbolista para lograr la candidatura por el PSD optaron por lo más fácil y, como bandoleros, mandaron quitar los módulos de Morelos Habla que se instalan itinerantemente en la capital, a través de su personero Édgar Contreras MacBeath, secretario de Gobernación y Comercio.
Según Contreras MacBeath, el retiro y prohibición para instalar los módulos fue por una denuncia ciudadana, aunque no dijo en qué sentido, y que Morelos Habla no infringía ningún reglamento o ley, al tiempo que tampoco era necesario pagar algún permiso, pero aun así, no se pueden instalar.
La razón real es que tanto el alcalde, como el secretario de ayuntamiento, dieron la orden de retirar los carritos, que hay que puntualizarlo, otros periódicos usan el mismo sistema de reparto que el de nosotros y a ellos ni los molestaron. El crecimiento en circulación de esta casa editorial no sólo tiene preocupados a los políticos corruptos de Cuernavaca, sino también a algunas empresas de la competencia.
El encargado de Comunicación Social, Alexander Pisa Metcalfe, asegura que los Yáñez -Roberto y Julio- están muy dolidos por las publicaciones hechas, tanto en nuestro periódico impreso como digital, porque según ellos son personales. Quiero precisarle, tanto al alcalde, como a los Yáñez y su séquito, que todo lo publicado en Morelos Habla está documentado. Les duele porque las verdades que descubren corrupción y mentiras, duelen y arden.
Así están Blanco y los Yáñez, ardidos y molestos, y al tener una incapacidad política grande, lo único que saben hacer es tirar patadas. Podrán quitar los carritos por unos días, pero no parar la circulación de esta casa editora, que seguirá documentando sus tropelías. Diputados de varias fracciones políticas y ciudadanos alzaron la voz y reprobaron que el gobierno capitalino ataque la libertad de expresión. Se podrá aplicar la ley mordaza en el Cabildo, pero no en este medio de comunicación. ¡Se equivocaron!