Es Trump, ¿y ahora qué?Se nos dijo que un loco, impreparado, con todos los defectos habidos y por haber, podía llegar a la Presidencia. Y algunos preguntaron: ¿se refieren a la elección 2016 con Trump en la Casa Blanca, o a Enrique Peña Nieto en Los Pinos en 2012?
Unos cuantos referentes:
1.- Ganó Trump por el hartazgo de Obama, que desde que tomó posesión como Presidente, dijo que su prioridad era la economía norteamericana y no Centro y Sudamérica. Y sí, no se ocupó de los países hermanos ni de los hermanos allá. Peor aún: no resolvió el problema financiero estadounidense, sino hasta premió a las grandes empresas, sus directivos, y pasará a la historia como el mandatario que más latinos deportó inhumanamente.
2.- Venció Trump porque su contrincante era una candidata muy endeble, con tantos cadáveres en el closet, soportando las humillaciones del Bill que tiene en su casa en aras de permanecer en el poder, contribuyendo con los millones de la fundación Clinton con la que se han enriquecido, acaso con información clasificada, como se investiga, y porque hay un hartazgo descomunal por la clase política de siempre y la creciente desigualdad.
3.- Triunfó Trump porque México mucho hace dejó de ser el hermano mayor de Centro y Sudamérica, porque a Peña jamás le interesaron los mexicanos vivos y muertos en Estados Unidos en busca del sueño americano, porque mucho hace debió hacer política con ellos para, por su gran número, influir en el resultado de las elecciones en el vecino país del norte.
¿Y ahora qué?
Veamos algunos escenarios:
1.- En lo general, habrá que repensar tanto la globalización y el neoliberalismo, aceptando que ha generado la concentración de la riqueza lo mismo en Europa que en América, con un grave descontento y miseria de la mayoría. Por lo pronto, viene mayor incertidumbre y especulación, que a final de cuentas vuelve a beneficiar a los que todo lo tienen. Ahí están las bolsas de valores y la paridad cambiaria en todas las monedas del mundo. Eso en lo económico.
2.- En lo político, llegó la hora de perfeccionar la democracia, que definida por Giovanni Sartori es la menos mala de las formas de gobierno, la realidad es que no está cubriendo las necesidades de un amplio sector social, porque la democracia, como el mercado, no corrigen las desigualdades. Tampoco impiden que ineptos como Trump en 2016 o Peña en 2012 llegaran al poder.
3.- En lo social, los flujos migratorios por la crisis económica que se avecina aumentarán considerablemente, y la crisis económica global en medio de la corrupción generalizada y la impunidad pueden provocar levantamientos sociales porque ya no hay quien aguante más, puesto que el agua ya nos superó por muchos metros de altura.
Ahora bien, en el caso México:
1.- La endeble economía del país terminará por derrumbarse, con la devaluación llegando a los niveles que mucho hace debían haber reconocido. ¿Replantear el TLC? Ganase quien fuera en Estados Unidos, iba a ser revisado porque se olvida que, en su momento, la Clinton fue una férrea opositora.
2.- El gobierno de la República ahora sí deberá tener una política exterior en manos de profesionales y con rumbo, estrategia y objetivos claros de corto y largo alcance.
3.- No sólo ya no podremos expulsar tantos mexicanos por la miseria imperante, sino que tendremos que hacernos cargo de los repatriados y las familias separadas, así como de los migrantes de otras naciones que se quedarán en México, sin acceso al sueño americano.
4.- Puesto que no hay voluntad política de poner fin a la corrupción galopante, empezando por la del que dice que no se levanta pensando cómo “joder” a México, pero que lo hace por incompetente y por omisión –por lo menos-, como en el caso Veracruz y otras entidades, el descontento social y la rebelión de autoridades inferiores –gobernadores y alcaldes- que ya no se llevarán lo que tenían previsto, pinta para una gran rebelión.
5.- De cara a la sucesión presidencial de 2018, hay que aprender la lección: en una democracia, incluso la que presumía como la más consolidada del globo, como la de los Estados Unidos, nada garantiza que un loco llegue al poder. Y no me refiero a López Obrador, al que nadie pudo meter a la cárcel por su gestión en el entonces DF, sino a los que llegan al poder estilo Peña o los que se apunten como independientes.
6.- Hay que estar atentos a las primeras medidas que tome el gobierno de la República con el triunfo de Trump. Por lo pronto, parece que están desempolvando el tapete…
Veremos.