I. La quiebra masiva. De los dos mil 440 municipios que tiene México, alrededor de 30 por ciento está hundido. Un total de 830 suma una deuda de 47 mil 243.7 millones de pesos, lo que ha provocado que enfrenten situaciones extremas, como cortes de energía eléctrica o agua, que no tengan para pagar nóminas y que hasta hayan empeñado activos, como camiones de basura, para obtener recursos. Al borde del colapso están Tijuana, BC, endeudada con dos mil 671.5 millones de pesos; Guadalajara, Jalisco, con dos mil 225: Monterrey, NL, con mil 908.3; y León, Guanajuato, con mil 372. Busquen en los bolsillos de los funcionarios. ¿O le van a llorar al gobierno federal por más dinero?
II. La factura. Guillermo Padrés Elías hizo de su administración una extensión de su riqueza. Cometió toda clase de excesos mientras fue gobernador de Sonora y ahora deberá pagar las consecuencias. El haberse construido una presa para abastecer de agua a sus ranchos es sólo una mínima parte de los actos que, junto con sus aliados, dejaron al estado en crisis financiera. En caso de ser encontrado culpable por delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita, podría alcanzar una pena superior a los 40 años de prisión, sin derecho a fianza e inhabilitación para ejercer cargos públicos por el mismo tiempo. Nada lo salva, señor exgobernador.
III. En más problemas. Tras la desaparición de un sacerdote en Catemaco, Veracruz sufrió otra violenta sacudida. Fueron activados los protocolos de búsqueda. En un comunicado, el gobierno estatal manifestó “su firme interés porque las diligencias iniciadas para dar con el paradero de esta persona deriven en su pronta ubicación, sana y salva”. Los habitantes no lo creen. Flavino Ríos, gobernador interino, debería echarle más ganas. Ya incendiaron una patrulla de la policía, allanaron la vivienda del alcalde, lanzaron disparos al aire y mantienen tomadas las instalaciones del palacio municipal.
A ellos las palabras ya no les sirven. Quieren paz.
IV. Hombre precavido… ¿vale por dos? El exgobernador de Durango Jorge Herrera Caldera interpuso un juicio de amparo contra una eventual orden de aprehensión. Junto con varios funcionarios que formaron parte de su gabinete, se protegieron de las autoridades. Hace un mes, la administración de José Rosas Aispuro, actual gobernador de esa entidad, denunció que el estado tiene una deuda de 14 mil 995 millones de pesos por presuntos malos manejos financieros y que el exgobernador dejó comprometido el presupuesto de Durango hasta el año 2038. Lo de siempre: los que llegan se lanzan sobre los que se van.
V. Compromiso. El gobierno de Héctor Astudillo Flores, mandatario de Guerrero, muestra firmeza en la lucha contra la corrupción. Tan es así que esta semana firmó un acuerdo para reformar el Código de Ética al que deberán sujetarse sus servidores públicos. Conducirse con principios y valores como la legalidad, honradez, eficiencia y rendición de cuentas, es ya una obligación inapelable en Guerrero. Y no para ahí: Astudillo les exigió puntualidad, disciplina, cortesía y vocación de servicio. Trabajar para la gente. Una afrenta menos: el dinero del presupuesto será, ahora sí, para beneficiar a los guerrerenses, sin fugas y con funcionarios amables. Ejemplo que deberían seguir otros gobiernos y poner manos a la obra. ¿O no?