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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

La promesa

 

Este oficio mío, el de escribidor en los papeles públicos, está lleno de sorpresas. He aquí que en este mismo espacio hice la promesa de no ir a Estados Unidos mientras Trump sea Presidente. Fue la única manera que encontré de expresar mi indignación por las ofensas y amenazas que a México y a los mexicanos ha inferido ese mal hombre cuya baja calidad humana no sube un ápice por el hecho de que vaya a ocupar la Casa Blanca. Pensé que esa actitud mía -que desde luego nadie tiene por qué imitar- sería objeto de irrisión; que mi quijotada me acarrearía burlas y chacota. ¡Qué equivocado estaba! Recibí centenares de mensajes al respecto, tanto de México como de mexicanos que viven y trabajan en "el otro lado". Todos, sin excepción, fueron congratulatorios. Transcribo algunos, no por inmodestia, sino por agradecimiento. Pondré sólo las iniciales de quienes los enviaron, pues fueron tantos que no tuve tiempo de pedirles su autorización para poner su nombre... MITM me escribe: "Desde que tengo uso de razón he visto a mi madre leer todos los días 'De Política y Cosas Peores'. Me fascina verla carcajearse y después contarnos sus escritos. El de hoy nos conmovió. Nos emocionó leer las palabras de una persona única, como usted; de por qué renunciaba a ir a EUA. En un tiempo trabajé como guardaespaldas, y eso hace que se pierdan muchos sentimientos, pero usted hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas. Gracias por su actitud y por los momentos felices que le ha dado a mi madre. Le deseo una larga vida". LFS me dice: "A diario leo y releo sus artículos con grandísimo placer. El de hoy hizo que me pusiera en pie y lo aplaudiera. Sé que los pequeños placeres por los cuales iba a los Estados Unidos lo hacían muy feliz. Dejarlos por cumplir lo prometido lo engrandece. Su honestidad intelectual me hace admirarlo más. Gracias por existir y por hacerme feliz cada día con sus inigualables columnas". JR, de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, escribe: "Me preocupa que se quede con las ganas de ir a la Isla, a comprar sus libros en Barnes & Noble y al mercadito de Puerto Isabel. Por mí no se preocupe: le doy permiso de regresar. Si no tiene quien lo lleve yo voy por usted y lo llevo en mi humilde carro. Un megaabrazo con todo mi cariño". GCH, de Canadá, me hace otro ofrecimiento igualmente generoso: "Le mando un cordial saludo por la congruencia de su postura ante el resultado de las elecciones en EU, y al mismo tiempo lo invito a considerar otros horizontes para que siga disfrutando de algunos de sus sencillos goces. Yo vivo en Vancouver, y aquí tiene su casa. Aquí encontrará muchos de esos goces, y le garantizo que van a exceder sus expectativas". JLSB comenta: "Soy uno de sus cuatro lectores, como humildemente dice, y estoy de acuerdo con usted. México es un país maravilloso, con la fuerza de sus valores recibidos de nuestra herencia hispánica y prehispánica, que debemos inculcar a nuestros hijos y nietos. Reciba un fraternal saludo, y sigo siempre pendiente de sus letras". BC me escribe: "Te felicito por tu decisión. Tu promesa requiere de muchos cojones, como decimos en Veracruz. Un abrazo". LFL expresa: "Su decisión de no pisar tierra americana me pareció de lo más atinada. Lo secundo por convicción, no por tener 82 años. Vivo en el DF. Aquí encontrará usted muchas alternativas de valor a aquello a lo que ha renunciado. Felicitaciones por sus editoriales". Declara ALM: "Se requiere tener una gran fortaleza para prometer lo que usted prometió. Eso sólo puede venir de un gran amor a México. Lo admiro"... Ahora díganme ustedes si no vale la pena escribir para lectores como éstos... FIN.

Ámbito: 
Nacional
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