Cd. de México (19 noviembre 2016).- El Secretario de Desarrollo Social, Luis Miranda, viola las reglas de operación de los programas sociales al repartir dádivas y prometer afiliaciones masivas, sostuvieron representantes de organizaciones.
El jueves, durante una feria de servicios en San Felipe del Progreso, Estado de México, el funcionario ofreció suscribir a Prospera a todas las mujeres voluntarias de los Comedores Comunitarios, dando prioridad a las 20 mil que trabajan en dicha entidad.
"Hay un compromiso en el Diario Oficial de la Federación, hay reglas para ver quién entra al programa, de acuerdo a los criterios del Presupuesto, y por supuesto no se puede repartir discrecionalmente. Lo que está diciendo puede ser muy serio", externó Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
"Lo más triste es que las reglas de operación de Prospera habían sido una de sus fortalezas para evitar este tipo de manipulaciones y no podemos regresar al pasado".
Las reglas de operación establecen que el programa se otorgará a personas en zonas de atención prioritaria, tras una evaluación de su situación socioeconómica, dando prioridad a hogares con menores de edad y con mujeres en edad reproductiva.
Las zonas de cobertura se establecen mediante fórmulas matemáticas para calcular la pobreza y el rezago social.
"Es una violación al espíritu original del programa, que rompe con la idea de la focalización y de una política social clara. Es una cuestión clientelar", criticó el economista Gerardo Esquivel.
Aseguró que el reparto de despensas Diconsa en ferias de servicio, que ha sido documentado por REFORMA, también representa un uso político de los recursos destinados al combate contra la pobreza.
Hace dos semanas, Miranda anunció que afiliará a todas las madres solteras de Tabasco al Seguro de Vida para Jefas de Familia, programa que sufrirá una reducción de 98 por ciento de su presupuesto.
Según las reglas de operación del programa, Sedesol sólo puede asegurar a las jefas de familia en condición de pobreza, vulnerabilidad por carencias sociales o vulnerabilidad por ingreso.
"Es una señal clara de una decisión de carácter político en un año electoral. Es una señal de alarma en retroceso en toda la política social del País", sostuvo Esquivel.
Aunque las cocineras voluntarias de los comedores sí atraviesan condiciones de pobreza, los especialistas consideraron que la Secretaría debería otorgar los programas con base en evaluaciones específicas a la necesidad de cada persona.
Según Gómez, es momento de consolidar el padrón único de beneficiarios, el cual sirva como la puerta de acceso para otorgar programas sociales.