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Graco acabó con Morelos, ahora destrozará al PRD

En su afán por buscar la impunidad, después del desastre que ha provocado en Morelos, ahora el desgobernador Graco Ramírez está haciendo todo lo posible por destruir al Partido de la Revolución Democrática, hoy en manos de alguien que ni siquiera es del Sol Azteca: Miguel Ángel Mancera. ¿Lo dejarán?

Junto con el resto de los desgobernadores de poca monta como él emanados del perredismo, Graco forma parte de un bloque que, acostumbrado como está a hacerlo, pretende desestabilizar a lo que queda de la izquierda en México, acaso en la búsqueda, de perdida, de alcanzar la dirigencia, puesto que está de locos que consiga la candidatura por la Presidencia de la República.

Al Graco-Duarte se le olvida la triste historia de los recientes líderes de ese instituto político, víctimas también no sólo de las distintas tribus y corrientes, sino muy particularmente de los ambiciosos como él que grillan todo lo que se mueve en aras de satisfacer sus ambiciones. Y así el destino alcanzó a Carlos Navarrete y al propio ex priista Agustín Basave, tal como ahora Graco y su grupillo pretenden con Alejandra Barrales, en una clara confrontación con Mancera, que ni siquiera se ha afiliado al partido.

A Graco se le olvida que:

1.- Hay que ver quién está más cerca del Presidente, y evidentemente, a pesar de los recientes roces, se trata de Miguel Ángel Mancera, porque no es de despreciar el peso político y económico que tiene la capital del país.

2.- Graco olvida que el PRD nacional y sus numerosas tribus no son, para nada, el partido como en Morelos, a modo, presidido por uno de sus incondicionales.

3.- Que si aún sigue en el poder en Morelos no es debido a méritos propios, sino a su cotidiano papel de tapete ante el poder para obtener algunos privilegios, pero para su desgracia, nuestra entidad poblacional, política y económicamente no tiene un peso relevante en la geografía nacional.

4.- Que el nefasto papel que ha desempeñado como desgobernador le impiden siquiera levantar la mano para ningún cargo intrapartidista o de elección popular, porque incluso es incapaz de enfrentar con éxito una consulta ciudadana, pues se le revocaría el mandato.

5.- Que Morelos, desde que Graco llegó a la entidad, sigue figurando en el plano nacional y en el ámbito internacional como una entidad de sangre, de violencia, de secuestros, de ingobernabilidad, de crisis social, lo cual se ha agudizado en los pocos años que lleva desgobernando la entidad el tabasqueño.

6.- Graco no tiene ningún peso en las distintas tribus y corrientes que integran el PRD, pero no se conforma con el feudo con el que se ha enriquecido a costa del malestar social.

No hay que olvidar que, ciertamente, tal como está hoy el PRD nacional no necesita de ayuda para continuar su camino rumbo al abismo, pero flaco favor le hace al partido seguir defendiendo y conservando entre sus filas a uno de los principales causantes de su declive, como es el desgobernador de Morelos, quien no aguantaría una objetiva evaluación del partido sobre su gestión.

Es justamente la falta de autocrítica y la ambición desmedida de los advenedizos lo que ha llevado al partido a la posición que hoy tiene: sin ser representativo de la sociedad, sin rumbo, lleno de grillas, entregado al régimen y botín del mejor postor.

Y Graco es uno de los que se empecina en terminar de poner los clavos al ataúd…

 

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