Por ahí por el bulevar Las Torres hay un anuncio de Graco Ramírez, el gobernador de Morelos. El espectacular es la portada de una revista y dice: "Graco Ramírez, Transforma Morelos"; y después: "De venta en Sanborns". Más adelante, hay otro espectacular en Las Torres con el mismo mensaje. Y en la salida a Silao, uno más.
Graco está violando la ley. A todas luces, es un acto anticipado de campaña, pero él se protege con la idea de que es una revista la que se anuncia y no él, aunque todo mundo sabe que es su precampaña en busca de la candidatura para el 2018.
De pronto, las revistas tienen mucho dinero para pagar espectaculares en todo el país y casualmente llevan en la portada a precandidatos.
Es el mismo recurso que utilizó Rafael Moreno Valle, el gobernador de Puebla, para promoverse: la portada de una revista que nadie conoce que paga anuncios en todo el país.
Los precandidatos a la Presidencia de la República violan las leyes y nadie les dice nada. El precandidato del PAN, Ricardo Anaya, dirigente nacional, tiene más de un año utilizando los tiempos oficiales en televisión para promoverse a sí mismo. Y Andrés Manuel López Obrador hace lo mismo desde hace años. Andrés Manuel ocupa los tiempos de televisión de su partido para hablar de su proyecto personal.
En este país todos violan la Ley electoral y no les hacen nada. La ley es muy severa en el uso de la radio, la televisión y en los anuncios para promoverse, pero todos han encontrado la forma de violarla.
Se veía venir.
La reforma electoral, surgida después de la crisis post electoral del 2006, se ha quedado corta. Otra vez urge otra reforma electoral que corrija la reforma. Graco, Moreno Valle y Anaya son la prueba de que hay que cambiar la ley.
Es el cuento de nunca acabar.