- Insiste en imponer impuestos elevados a las compañías que inviertan aquí
- Temen que magnate presione a más empresas
- Abre caso Carrier una nueva política
- Critican expertos la intervención y otros sólo ven un truco publicitario
- Lejos de moderar su postura de campaña, el Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, subió ayer el tono contra México.
"Las compañías no van a abandonar Estados Unidos nunca más sin (sufrir) consecuencias", advirtió tras visitar la planta de Carrier en Indianápolis.
"Seis de las ocho empresas de aires acondicionados (de EU) están en México (...) Y 80 por ciento de las cadenas de abasto, 80 por ciento, está localizada en México. Y eso ya no lo vamos a tolerar.
No lo toleraremos.
"Y nos gusta México, es maravilloso... pero tenemos que tener un buen trato", destacó.
Además, reiteró su amenaza de imponer aranceles a las importaciones.
"Se les van a imponer impuestos sumamente fuertes en la frontera si (las compañías) deciden irse, despedir a su personal y hacer los productos en otros países para luego vender esos productos a través de la frontera", dijo en presencia del presidente de United Technologies, a la que pertenece Carrier.
Durante su intervención, Trump volvió a culpar al Tratado con México y Canadá de arrebatar empleos estadounidenses.
"No estamos obteniendo nada. Tenemos el TLC, que es un desastre completo y total.
Es una carretera en un sólo sentido hacia México. Nada viene hacia acá", acusó.
Y aclaró que el muro en la frontera con México se construirá.
"La gente está diciendo: '¿Piensas que Trump va a construir el muro?'. Créanme: vamos a construir el muro''.
"Tendrá puertas", agregó en referencia al acceso de los migrantes legales.
Para mantener a las empresas en EU, Trump anunció que su Administración propondrá al Congreso una reducción de la tasa de impuestos corporativos del 35 al 15 por ciento.
Tras su visita a Indiana, Trump viajó a Cincinnati, Ohio, como parte de su gira de agradecimiento a los estados industriales que fueron clave para su victoria.
Esta semana, tras un acuerdo con Trump y el Vicepresidente electo, Mike Pence, Carrier decidió retener mil 100 empleos en Indiana y no trasladarlos a México.
El acuerdo incluyó un incentivo fiscal de 7 millones de dólares atados a niveles de empleo, retenciones y un compromiso de 16 millones de dólares en inversión, confirmó ayer Carrier.
Luego de conseguir que una empresa estadounidense a que no traslade empleos a México, Donald Trump buscaría replicar el hito.
"Vamos a hacer muchas llamadas a compañías cuando digan que van a dejar el país, porque no van a dejarlo", afirmó ayer el Presidente electo al visitar una fábrica de Carrier, que manufactura aires acondicionados.
Pero expertos alertaron que ese modelo de presionar e intervenir de manera directa en una sola empresa se presta a que el mayor puesto político de Estados Unidos decida favoritos.
"Creo que es muy presidencial.
Y si no es presidencial, está bien... porque me gusta hacerlo", indicó Trump.
En el caso de Carrier, el equipo de Trump atacó por dos frentes para prevenir el movimiento de trabajos hacia el País. Por un lado, el Gobierno de Indiana -dirigido por el futuro vicepresidente, Mike Penceofreció recortes fiscales de 700 mil dólares al año.
Por el otro, según el Indianapolis Star, presionaron a la matriz de Carrier, United Technologies, recordándole la cantidad de contratos federales que tiene. "El Pentágono es el mayor cliente de United Technologies (...) Con el tiempo, un Presidente Trump quizás consiga tener más poder para premiar a las empresas para que hagan lo que él quiere, pero actualmente es difícil que lo haga sin recibir acusaciones de favoritismo", apuntó a The Washington Post Loren Thompson, consultor para empresas de defensa.
Además de las críticas sobre una posible intervención sin precedentes en las andanzas empresariales, expertos destacaron que Trump no podrá mantener el paso si quiere supervisar a cada compañía.
Según datos del Gobierno destacados por The New York Times, cada tres meses desaparecen hasta 6.7 millones de empleos en el sector privado y, si la economía va bien, se crean hasta 7.2 millones para compensar.
Eso significa que Trump difícilmente podrá hacer las llamadas necesarias o presionar a empresas cada vez que quiera mantener trabajos en Estados Unidos que se moverían a otros países.
"Probablemente sea sólo un truco publicitario", apuntó a The Washington Post Taylor Howard, una de las empleadas de la fábrica de Carrier en Indianápolis que Trump visitó ayer, sobre el anuncio de que no se trasladarán más de mil empleos a México.
De hecho, durante la gira del Presidente electo a la fábrica, hubo protestas de trabajadores de otra planta de la empresa de aires acondicionados en Huntington, que va a cerrar sus puertas.
Aunque también hubo quien celebró la iniciativa de Trump de intervenir directamente en las empresas.
"El acuerdo con Carrier abre la puerta a una nueva manera de lidiar con la política de crecimiento económico estadounidense", aseguró en un comunicado la Information Technology and Innovation Foundation.