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Destaca Salinas relación con Castro

La Habana, Cuba (04 diciembre 2016).- Carlos Salinas anda sin calcetines. Camina por Cuba a su anchas. Recomienda tiendas, supermercados y restaurantes. Anda solo, sin séquito y sin chofer.

 

Viaja en un auto alquilado con placas cubanas. Hace dos décadas vivió en La Habana tras dejar México en medio de condenas políticas sobre su Gobierno.

-- ¿Fidel Castro le ofreció el refugio?

-- No había necesidad de dar refugio; lo que hice fue que, en circunstancias muy difíciles en el año de 1995, cuando había estallado la peor crisis económica que ha vivido México desde la Revolución Mexicana, una crisis terrible, que el Senado ya ha esclarecido sus responsabilidades, de la que me culpaban y en ese momento generaba una hostilidad tremenda contra mi persona, lo que hice fue ausentarme de México por varios años y uno de los lugares en que decidí residir fue en Cuba, responde.

Arguye que entonces realizaba labores de mediación entre el Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el de Cuba, Fidel Castro.

"En agosto de 1994, pasada la elección presidencial de México, encontrándome en la residencia oficial de Los Pinos, recibí una llamada de Bill Clinton", recuerda Salinas.

El mandatario estadounidense le pidió interceder con Fidel Castro para poder controlar el éxodo masivo de cubanos que entonces ocurría.

 

Salinas consultó con el escritor colombiano Gabriel García Márquez la posibilidad de entrar en contacto con Castro. Y posteriormente llamó directo al entonces Presidente cubano.

"Le dije que prefería no darle detalles por teléfono, pero que en ese momento el 'Gabo' García Márquez se trasladaría a La Habana para explicarle. Y así ocurrió", narra.

Entonces "se inició un diálogo inédito, único y directo entre el Presidente de Estados Unidos, el comandante Fidel Castro, mediado por el Presidente de México y por el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, para poderle dar solución a esa salida desordenada de cubanos que ante una situación tan dramática que vivían en la isla habían optado por irse a Estados Unidos", añade.

La segunda mediación entre Estados Unidos y Cuba, bajo el liderazgo de Fidel, ocurrió en 2003, cuando Salinas fue enterado del caso de una madre norteamericana, Nina Streeter, cuyos hijos habían sido secuestrados por su padre, quien los tenía de manera clandestina en Cuba.

Salinas recuerda: "no terminó ahí la relación con el Comandante. Años después, ya como un ciudadano más y visitando esta isla donde tenía relaciones de amistad con muchos ciudadanos en Cuba, conocí el drama de una madre norteamericana cuyos dos hijos habían sido secuestrados por su padre y traídos clandestinamente a Cuba. Esa madre norteamericana me pidió que intercediera yo ante el Gobierno de Fidel Castro para poder rescatar a sus hijos".

El ex Presidente mexicano dice que se reunió con Fidel Castro, quien en algún momento de la conversación le comentó: "¡pero Salinas, ése es el tema como el de Elián pero al revés!".

Fidel Castro se involucró de lleno para lograr el rescate de los niños norteamericanos y la señora Streeter viajó a La Habana para reencontrarse con sus hijos.

Salinas tuvo una relación estrecha con Castro, pero después de 2006 se enturbió por el caso Carlos Ahumada: el Comandante cubano acusó en un texto escrito que Carlos Salinas y Vicente Fox habían enviado a Ahumada a Cuba como parte de la estrategia para afectar a Andrés Manuel López Obrador, entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal y luego candidato a la Presidencia de la República por el PRD.

El ex Presidente no comenta. No habla de la ruptura sino del origen de la relación.

"Los lazos empezaron curiosamente con una visita del entonces Secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid, a Cuba en 1981, en la cual invitó a un colaborador de nombre Carlos Salinas de Gortari. El Embajador de México en Cuba entonces, Gonzalo Martínez Corbalá, convocó a la delegación mexicana a cenar y estábamos en la cena cuando hizo su aparición el Comandante Fidel Castro. Ahí fue la primera ocasión.

"Después, en 1988 invité al Comandante a la toma de posesión como Presidente el primero de diciembre. Era, si no me equivoco, la primera vez que volvía a estar en la Ciudad de México desde el año 1956, cuando exiliado en la capital junto a Raúl Castro y un argentino llamado Ernesto "Ché" Guevara y Camilo Cienfuegos, estaban a la espera de una oportunidad y pelear contra la dictadura de Fulgencio Batista".

"Con ese regreso se inició una relación intensa y cordial entre el Comandante y el Presidente de México", estima.

El ex mandatario pondera como un momento importante para estrechar la relación el año de 1991, cuando cae el Muro de Berlín.

"La desaparición del campo socialista significó un colapso para Cuba, para su economía y para las relaciones sociales. Porque Cuba le vendía azúcar a un precio subsidiado a la Unión Soviética y ésta le exportaba petróleo a Cuba a un precio subsidiado, que además si Cuba tenía ahorros en el consumo de petróleo lo podía reexportar al mercado internacional al precio comercial y obtener ingreso adicional", expone.

Con ello vino el denominado periodo especial, con una fuerte caída en los niveles de vida de la población, y también "un principio de aislamiento en los foros internacionales" del régimen cubano.

"Fue en ese momento, precisamente en 1991, cuando México, junto con España y Portugal, promovimos la Cumbre Iberoamericana y cursamos invitación a todos los países latinoamericanos, lo que le permitió a Fidel Castro tener presencia en un foro internacional, en reuniones anuales que dieron un espacio político a iniciativas diplomáticas bajo su responsabilidad", comenta.

Carlos Salinas no condena ni juzga a Fidel Castro.

"Ésa es una respuesta que los propios cubanos tendrán que dar con el paso del tiempo conforme se decanten los hechos, las acciones, los resultados de la responsabilidad del Comandante Fidel Castro al frente de los destinos de Cuba por más de medio siglo.

"En el balance, sin lugar a dudas, tendrá que reconocerse lo que el régimen ha logrado en la alimentación de los niños, la salud y la educación, son ejemplares en todo el continente americano", apunta.

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Nacional
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